Los robos: un miedo en los hogares urbanos
Es evidente que, en las últimas décadas, muchos españoles han cambiado el campo por las grandes ciudades. Las casas y los vecinos con los que compartían su día a día, por grande edificios y ausencia de palabras en los ascensores. A día de hoy, ya a nadie se le ocurriría dejar la puerta de casa entreabierta mientras salimos a por el pan o dejar la bicicleta sin candado en el portal. El miedo y, sobre todo, las posibilidades de que alguien se lleve nuestras pertenencias es mayor que la confianza. De hecho, se calcula que, en grandes ciudades como Madrid se han producido más de 15.600 robos en viviendas, durante el año 2016.
Bienestar y seguridad: las dos de la mano
Por otra parte, la necesidad de sentirnos cómodos en casa y tenerla a nuestro gusto, nos obliga a querer combinar seguridad con el estilo y la decoración que mejor nos representa. Al final y al cabo, nuestra casa es ese espacio en el que queremos disfrutar del bienestar. Por eso, cuando se trata de decorar nuestra vivienda, podemos poner en práctica pequeños trucos con los que elementos que conforman la seguridad del hogar no vayan en dirección opuesta a nuestra decoración. El objetivo será integrar nuestro sistema de protección en la atmósfera estilística de la vivienda. Por eso, algunos de los consejos que podemos experimentar son:
Las lámparas, el nido ideal para las cámaras: si en nuestra vivienda decidimos instalar cámaras de seguridad, debemos ser conscientes de que estas deben ubicarse en lugares altos, desde los que divisar todo lo que ocurre en la sala. Para ello, las lámparas se convierten en nuestro mejor aliado. Según su forma y su material, podremos integrar las cámaras en su interior o colocarlas justo al lado, a su misma altura. Podemos elegir un modelo de lámpara que mantenga los colores o formas de la cámara, para que así pase más desapercibida.
Las alarmas y los estilos ornamentados: si nos gustan las viviendas con mucha decoración, tendremos una gran facilidad para integrar nuestro sistema de seguridad en ella. Sistemas como las alarmas pueden esconderse detrás de jarrones, entre libros de estanterías o incluso detrás de cuadros. También podemos instalarlas de manera que parezcan puntos de iluminación u objetos como ambientadores.
La caja fuerte y los cuadros: aunque esta opción parece muy de película, lo cierto es que tener una caja fuerte empotrada en la pared o en el interior de un armario, hará que si un ladrón, entre, pierda tiempo buscándola. Estos nos ayudará a detectar el robo y a tener más tiempo para actuar.