Cuando estaba intentando quedarme embarazada de mi primer hijo mi padre sufrió una enfermedad muy grave, meningitis, que le dejó con una discapacidad de un 96%. La meningitis es una enfermedad que en 24 horas puede destrozar literalmente a una persona y fue eso lo que le pasó. Yo en aquel momento no sabía que estaba embarazada pero el shock que sufrí fue luego me pasó factura.
Mi padre estuvo entre la vida y la muerte durante mucho tiempo y yo estaba todo el día estresada: además de ver como se está deteriorando un ser querido por momentos, tenía que ir al trabajo y después iba todos los días al hospital a verle.
A los dos meses tuve un aborto y me hicieron un legrado; todas las que hayáis pasado por esta situación sabéis que es un momento muy difícil y más siendo tu primer embarazo.
Cuando fui al médico me dijo que todo estaba bien y que esperase dos meses para volver a intentarlo.
Mientras seguíamos intentando el embarazo mi rutina diaria no había cambiado: mi padre seguía ingresado en el hospital y la situación familiar seguía siendo muy dura.
Seis meses después conseguí quedarme embarazada otra vez pero, al igual que la primera vez lo perdí a los dos meses. Cuando fui al ginecólogo, le dije que si no conseguía quedarme embarazada podría hacerme una in vitro y mi ginecóloga, lejos de animarme, me dijo que a lo mejor no podía tener hijos y que una in vitro no me aseguraría el embarazo.
Imaginaos como me sentí, por un lado la situación familiar que estaba viviendo, y por otra que el propio ginecólogo no te de ningún tipo de esperanza.
En esto que mi hermana le contó mi caso a su ginecólogo, un médico que había trabajado varios años en reproducción asistida, y éste le preguntó si había tenido estrés en el embarazo y si me habían hecho las pruebas de la prolactina. Parece ser que esta hormona sube mucho cuando estamos estresados y puede dificultar el embarazo. El médico me dijo que probablemente esta fuese la causa de que el embarazo no prosperase, me recetó unas pastillas que consiguieron bajarme los niveles de progesterona y a los tres meses me quedé embarazada de mi primer hijo.
En mi segundo embarazo también sufrí una situación aún peor, ya que cuando estaba embarazada de 7 meses murió mi hermana.
La situación fue diferente pues ella enfermó y en un mes murió esperando un trasplante de hígado. Yo ya había pasado el primer trimestre de embarazo (en el que las probabilidades de un aborto son mayores) y el embarazo se desarrolló con total normalidad.
Hablándolo con mi ginecólogo me dijo el estrés influye, pero también influyen otros muchos factores, y sino mira en los países que están en guerra, las mujeres siguen teniendo hijos. No sé si fue una respuesta acertada o no, pero lo que sí que me hizo plantearme es que quizás el hecho de que el embarazo vaya o no bien puede tener relación con cómo gestionamos cada uno de nosotros se estrés o las situaciones que vivamos .
¿Y vosotras? ¿Habéis pasado situaciones estresantes durante vuestro embarazo? ¿Os ha repercutido de alguna manera? Contadnos vuestra experiencia
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