Son varios los frentes que se nos abren en este aspecto: la sexualidad como acto íntimo y personal, la sexualidad como función reproductiva, la sexualidad en pareja y la orientación sexual. Entorno a ellos nuestr@s hij@s nos plantearán dudas, se nos presentarán diversas situaciones, y debemos tener respuesta para todo, como se suele decir.
En casa somos de pensar que, cuanto más natural se trate este tema, menos complicaciones. Y es que el sexo no puede ser tabú, no debe dar miedo, vergüenza o reparo. Se debe hablar con naturalidad, el sexo es parte de la vida, una parte fundamental sin la que no habría vida, obviamente. Y, por supuesto, el sexo no se debe ver como algo malo.
En esta entrada hablaré de uno de estos frentes de la sexualidad en l@s niñ@s. El autocomplacimiento como manera de descubrir su cuerpo y su sexualidad. Porque es un hecho que l@s niñ@s se tocan. Sienten placer al tocar sus partes y se lo pasan bien. Y es normal, ¿o es que nos creemos que el sexo es, como decía el anuncio de Chocolates Valor, un placer adulto?.
Si a nosotros nos gusta, a ellos también, están tocando el mismo resorte, con la diferencia de que nosotros sabemos todo lo que implica y ellos simplemente han descubierto que ciertas partes de su cuerpo tienen unas cosquillitas raras, sin saber por qué.
¿Qué hacer cuándo nuestr@s hij@s se tocan?
Que l@s niñ@s se toquen es lo más habitual del mundo. Sin embargo los padres no hablan de ello o lo hacen con vergüenza, como si sus hij@s fueran l@s únic@s que lo hacen. Es una tendencia general, es decir, para bien o para mal solemos pensar que ciertos comportamientos de nuestr@s hij@s son únicos y exclusivos... Luego, intercambiando experiencias y opiniones te das cuenta de que, al contrario, lo que pensabas único en tu hij@ es habitual en la gran mayoría de niñ@s.
Hablando con otros padres he comprobado que, tristemente, la respuesta general ante un@ niñ@ que se toca es negativa. "¡Eso no se hace!". Como si estuvieran haciendo algo sucio o malo. Entonces yo pienso, ¿cuant@s no lo hemos hecho de niñ@s?. Vergüenza ninguna, l@s niñ@s no deben avergonzarse de tocarse, ni nosotros avergonzarnos al verles o de que lo hagan, lo que debemos hacer como padres es educarles con coherencia y normalizar la sexualidad.
En primer lugar, tocarse no es malo ni sucio. Es totalmente natural y normal. Es más, es bueno que se toquen, que conozcan su cuerpo, lo que les gusta, lo que les duele. Es la única manera de que sepan donde nunca debe tocarles nadie más que ell@s mism@s.
Creo que no hay que darle importancia a que lo hagan, no más de la que tiene. Es normal que sientan curiosidad por su cuerpo y que sientan placer al tocarse en determinadas partes. Y eso no es malo.
No se trata de fomentar y animarles a que se toquen, pero tampoco criminalizarlo. Lo fundamental es educarles en el respeto a sí mism@s y a su intimidad. Si se lo prohibimos caeremos en el riesgo de coartar su confianza en nosotros, de tal manera que si alguna vez alguien les toca o violentan, sentirán que están haciendo algo malo, sucio, que además es culpa suya y no nos lo contarán por vergüenza o por miedo. Y como padres eso es lo último que queremos. O al menos yo como madre no quiero que sea así. Deben saber que solo ell@s son dueñ@s de su cuerpo, que nadie tiene derecho a tocarles y que pueden/deben confiar en nosotros si alguien vulnera su confianza y les toca en contra de su voluntad.
Si queremos adultos libres de tabúes que disfruten del sexo sano, pleno y libre, debemos educar desde la infancia.
Aquí hay que tener en cuenta la linea finita que separa la libertad de descubrir su cuerpo con la de hacerlo siempre que apetezca y donde les pille. Ahí es donde hay que educar consecuentemente. El sexo no es malo, ni sucio ni vergonzoso. Pero es un acto íntimo y personal que no deben compartir con nadie más que con ell@s mismos. Así se lo he explicado a mi mayor. Sus partes son suyas y de nadie más, nadie tiene que verle, nadie tiene que tocarle. Igual que no vamos desnudos por la calle, ni hacemos nuestras necesidades en ella (yo soy de las que cuando a mis hij@s les entra un apuro siempre busco un cuarto de baño para llevarlos antes de ponerlos a hacerlo en plena calle), tampoco nos tocamos en plena calle. Creo que es importante recalcarles que si sienten la necesidad o las ganas de tocarse pueden hacerlo pero en la intimidad de su dormitorio, fuera de miradas ajenas.
Educación para la prevención
Llevo mucho tiempo en foros de madres y se que este es un tema que preocupa mucho. Que hay niñ@s muy curios@s y poco discret@s (porque para ell@s es tan normal como rascarse un pie) que no pueden evitar tocarse en cualquier lugar y en cualquier momento, y esto puede resultar violento para sus padres y para el entorno. Conozco a madres/padres que lo pasan realmente mal con este tema. He leído opiniones de todo tipo y entiendo que la educación sexual hace 30 años (prácticamente inexistente por ser tabú) lleve a muchos padres a reprobar estas conductas. Creo que la reprimenda, el castigo, la prohibición, decirles que es algo malo y sucio, además de confundirles, puede volverse en nuestra contra. No dejarán de hacerlo, solo que lo harán fuera de nuestra observancia por temor a que les reprendamos. Y si alguien les toca en contra de su voluntad o lo intenta, pueden llegar a ocultárnoslo por el mismo temor y la falta de confianza.
Lo que más temo yo como madre es que alguien pueda abusar sexualmente de mis hij@s, como contaba hace no unas semanas en esta entrada. Y seguro que como yo, cualquiera madre o padre. Por eso creo que hay que poner todos los medios a nuestro alcance, y el principal es la educación. Porque no podemos evitar que alguien intente abusar de nuestr@s hij@s fuera de nuestra vista, ojalá tuviéramos el poder de la omnipresencia. Pero quiero pensar que si nuestr@s hij@s tienen información, tienen seguridad y confianza en sí mismos, saben dónde nadie les debe tocar nunca y tienen la certeza de que es algo que nos deben contar siempre, para poder protegerlos, será más fácil evitar este tipo de situaciones. Y si no evitamos la primera (que ojalá nunca suceda), sí podremos evitar que haya una segunda. No podremos evitar nada si lo desconocemos.
Lo normal no interesa
Por otro lado, normalizar la situación resta interés. Si tienes un hijo que le gusta tocarse y se pasa todo el día ahí, curioseando, cuanto más le insistamos que no lo haga, peor. Es una verdad irrefutable. Cuanto más brasa le demos a l@s niñ@s con respecto a alguna conducta (no pegues, no muerdas, no te rasques, no te muerdas las uñas, no..., no..., no...) peor la harán. Y es que no hay nada más atractivo que un no. Si a nosotr@s, adultos que somos, nos dicen "¡no mires hacia atrás!", giramos la cabeza que ni la niña del exorcista. ¡No lo podemos evitar!
Así que con l@s niñ@s es exactamente igual, si vemos que se tocan y les decimos "¡no te toques!", lo van a hacer con más ahínco. En lugar de ello podemos preguntarles por qué lo hacen, qué sienten, decirles que tengan cuidado para no hacerse daño y explicarles por qué les gusta, para que lo entiendan.
Si no tenemos reparos en explicarles por qué les pica un pie o la nariz, esto no tiene por qué ser diferente.
Si lo tomamos como algo normal, si no le damos importancia, si no estamos pendientes, lo harán simplemente porque les apetece, no por llamar la atención o por la atracción de "lo prohibido".
Aplicándome el cuento
Quizás os parece que todo esto que os digo es fácil escribirlo, decirlo, y que otra cosa es hacerlo. Pero si lo planteo es precisamente porque es lo que aplico en mis hij@s. Y porque, si bien tratamos el tema con naturalidad, a veces es inevitable que por la reminiscencia de la educación en nuestra infancia, en mi infancia, a veces se me escape un "¡eso no se hace!" de manera involuntaria, y que al momento reaccione e intente recuperar la naturalidad.
Mis hij@s, como niñ@s que son, tienen su curiosidad. De hecho, son muy curiosos. Así que son muchas las ocasiones en los que me los he encontrado más felices que la mañana de reyes. Su padre y yo nos miramos con esa cara de "¿y ahora qué hacemos?". Pues nada, ¿qué vamos a hacer? No podemos evitar que lo hagan. No es una conducta reprobable. Lo único que hemos tenido que insistir con el mayor, que es el que entiende más, en que es algo normal pero que fuera de casa no se hace, porque es un niño tan extrovertido y con tan poca vergüenza que si es normal, es normal aquí y fuera, y eso tampoco. Que no tiene que enseñarle a los amigos en el cole lo que hace o lo que deja de hacer con sus partes. Con la niña, aunque no se lo explicamos con la misma claridad que a su hermano, porque aún no tiene la capacidad de entenderlo como él, tampoco se lo reprobamos. "Cariño, ten cuidado, no te hagas daño", a su edad es lo más que le podemos decir.
Por lo demás, es un tema que llevamos con mucha naturalidad, así se lo transmitimos a ellos. No tenemos reparos en mostrarnos desnudos y en llamar a cada parte del cuerpo por su nombre, aunque no podemos evitar las típicas risas (¿hay algo que le guste más a un niño que decir "culo"?, sí, ¡verlo! jajaja). De esta manera también nos cuesta menos abordar la sexualidad desde el punto de vista reproductivo, aunque hablaré de ello en otro post (y prometo risas), al igual que la orientación sexual y la sexualidad en pareja (amig@s, novi@s y demás).
En todo caso, se que no es un tema fácil. Pero no podemos evitarlo, está ahí, así que tomémonoslo con sentido del humor y con plena naturalidad. ¿Queremos que nuestr@s hij@s confíen en nosotros? Démosles confianza. No están haciendo nada que no hayamos hecho nosotr@s, y nos basta recordar un poco nuestra infancia para saber que en nuestra mente no había pensamientos sucios.
Hay vida después de los seis años" es una iniciativa en la que queremos implicar al mayor número posible de blogs con el fin de hacer más visibles los problemas y situaciones que viven las familias con niños que han dejado ya atrás la primera infancia. Hijos en edad escolar, preadolescentes, adolescentes... todos tienen cabida aquí. Si estás interesado en aportar tus experiencias sobre el tema propuesto, no tienes más que publicar bajo el hashtag #hayvidadespuesdelos6 el tercer lunes de cada mes.