Cuando educamos a nuestros hijos lo hacemos con nuestras mejores intenciones pensando siempre en su futuro, en educarles para que sean personas independientes, autónomas, autosuficientes, competentes y que sepan desenvolverse sin dificultades en las distintas áreas de la vida. No existe un guión de educación perfecto que los padres puedan seguir, sino que educamos en base a lo que creemos que es lo mejor, lo correcto, teniendo en cuenta cómo nos han educado a nosotros y en qué momento vivimos.
Si hablamos de educación de los hijos, no se nos puede pasar por alto la educación sexual. Tan importante es educar a un hijo a comportarse socialmente como lo es brindarle la educación necesaria en sexualidad.
¿Cómo hablar de sexo con los hijos? ¿Nos sentamos a darles una charla sobre el tema? ¿Qué les contestamos si nos hacen una pregunta incómoda? ¿Cómo les explico “de dónde vienen los niños”? Éstas y otras muchas son dudas que tienen padres y madres acerca de la educación sexual de sus hijos.
Tenemos que tener en cuenta que fomentar el diálogo entre padres e hijos también fomenta la confianza y el respeto. Esto quiere decir que, si por ejemplo, ante una pregunta de un hijo sobre sexo, los padres reaccionan con silencio, regañándole o cambiando de tema, sin resolver su duda, los hijos aprenden que “de esos temas no se habla en casa”, que es tabú y buscarán la información por otras fuentes. Esas fuentes tienden a ser los amigos, los medios de comunicación y, actualmente, sobre todo internet. Los amigos de su misma edad probablemente tengan las mismas dudas y si éstos tampoco han recibido una adecuada educación sexual, en las conversaciones sobre temas sexuales llegarán a conclusiones basadas en lo que creen que es y no o qué se debería o no hacer.
La información que a veces llega de los medios de comunicación, según del medio que se trate, puede estar distorsionada e incluso puede ser contraproducente si la información no se da desde el conocimiento profesional y con intención educativa, por tanto no siempre es de calidad. Por otro lado, internet, como en todos los ámbitos, puede convertirse en un arma de doble filo: si se busca en portales profesionales se podrá obtener información de calidad, pero si se busca en foros y en sitios no profesionales los datos que se conozcan pueden estar cargados de comentarios que fomenten los mitos y el desconocimiento en materia sexual.
¿Qué quiere decir esto? Que no es necesario que nos sentemos todos alrededor de la mesa a tener la charla sobre sexo. Ese tipo de charlas ya las reciben en el colegio o en el instituto. Nosotros, como padres y como responsables de la educación de nuestros hijos, tenemos que ofrecerles apoyo para que depositen en nosotros su confianza para que ante cualquier duda de tipo sexual, acudan a nosotros para resolverla y nosotros podamos responderlos adaptando nuestro lenguaje a su edad. No son necesarias explicaciones técnicas ni tampoco utilizar un lenguaje infantil, simplemente tenemos que tener en cuenta que estamos ante personas que tienen dudas y que nosotros tendremos que resolverlas. Esto no significa que los padres seamos enciclopedias sobre temas sexuales, es lógico que no sepamos qué contestar si nos hacen preguntas que ni nosotros mismos entendemos. En ese caso le diremos a nuestro hijo que tampoco sabemos esa información, que nos encargaremos de buscarla o que incluso podemos buscarla juntos.
El hecho de mostrarnos abiertos con naturalidad y aceptar las dudas en el plano sexual que tengan nuestros hijos, favorece que confíen en nosotros no sólo para esto, sino para tratar otros temas que pueden ser importantes para ellos. Por ejemplo, si ante una pregunta sobre sexo nosotros en lugar de callarnos y ponernos rojos respondemos a la pregunta de la misma forma que cuando nos preguntan que dónde está su camiseta favorita, aprenderán que somos personas a las que podemos acudir para que nos orienten y nos ayuden a resolver problemas o dudas que no sabemos solucionar por nosotros mismos sin sentirnos juzgados, que “podemos confiar en nuestros padres para todo”, y si un día tengo un problema, por ejemplo con un método anticonceptivo, será más probable que acuda a mis padres si éstos siempre se han mostrado receptivos a tratar los temas sexuales con normalidad.
Además de responder a sus dudas y curiosidades, también podemos aprovechar para educar cualquier situación que de pie a tratar algún tema de sexualidad, por ejemplo, una noticia de la televisión, un anuncio publicitario, Educar en promoción de la salud sexual y también en prevención. Queremos hijos autónomos y competentes también en la vivencia de su sexualidad.
Si algunos padres consideran que sus conocimientos en materia de sexo y sexualidad son un poco “flojos”, existen muy buenos manuales actualizados sobre cómo de hablar de sexo con los hijos que dan pautas y sugerencias para guiar en la educación sexual. Podéis poneros en contacto conmigo si necesitáis bibliografía. ¡Os espero en el próximo artículo!
Puedes consultar la publicación original en de Ayuda Psicológica en Línea.