Hace siglos fue el gurú del psicoanálisis, Sigmund Freud quién desató la polémica de los deseos sexuales en niños. Hoy en día llegamos a entenderlo y comprenderlo ya que la sexualidad forma parte de nuestra naturaleza, sin embargo puede costarnos educar correctamente en la sexualidad a nuestros hijos. Os vamos a dejar unas claves que podéis aplicar en vuestra familia para saber cuándo empezar a educar en la sexualidad y de qué forma.
¿Cuándo empezar a educar a nuestros hijos en la sexualidad?
A veces, sin quererlo les estamos educando. Les educamos con los abrazos, las caricias y las muestras de afecto. Esto lo hacemos desde que nacen, por lo que la educación sexual es una parte del aprendizaje y que va en progresión. Los abrazos y caricias son muy importantes ya que el bebé relacionará un abrazo con seguridad y protección, y esto a su vez les hará sentirse a gusto, aunque no estén ni cerca de relacionar significados eróticos con estas sensaciones. Sin embargo, cuando crezca relacionará esos sentimientos de seguridad y protección.
Normalmente a partir de los 6 años es cuándo comienza a despertar su curiosidad acerca de los modelos de pareja entre los adultos y también, empiezan a preocuparse por sus genitales, a hacerse preguntas.
¿Cómo explicarles la sexualidad a los niños?
Explicar la sexualidad no se trata solo de informar sobre el funcionamiento de los órganos sexuales, la función reproductiva o los anticonceptivos; si no también hablar de como se comunica, de la responsabilidad y el placer. Es necesario que aprendan a conocerse y aceptarse y para ello debemos plantear la sexualidad como una forma de comunicación y afectividad. Pero sobre todo, hay que conseguir que sean felices con su sexualidad. Conseguir que sean felices, aceptándose a uno mismo, conociéndose al final va a repercutir en su aprendizaje global ya que la sexualidad es una parte del mismo.
Problemática actual con la sexualidad
Hoy en día tenemos una sobresaturación en los medios, redes sociales, etc, del ámbito sexual de las personas. Esta sobresaturación puede provocar que las manifestaciones sexuales de los niños se aceleren y cojan conceptos equivocados. Es por ello que el papel de los padres es fundamental para reeducar y orientar la sexualidad al objetivo que hemos mencionado antes, ser feliz. Parece que hoy en día los niños y adolescentes valoran menos su propia sexualidad y esto está muy relacionado a la sobreexposición con la que viven, en el cine, en la televisión, en revistas y, sobre todo, en redes sociales dónde todo está menos controlado. Nuestro papel como padres es enseñarles a respetarse, quererse y valorarse a sí mismos.
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