Cuando somos padres es muy común preocuparnos por muchas cosas que pueden no ser graves. Lo cuál, hace que dudemos en otros momentos sobre en qué situaciones debemos ponernos en manos de especialistas en la materia. Por ello, en este artículo nos adentraremos en aquellos síntomas o problemáticas que se reflejan en niños que necesitan acudir a logopedas, al igual que algunas indicaciones básicas y material logopedia, que pueden ser muy útiles para ejercitar también desde casa la logopedia con niños.
La edad a la que debe empezar a hablar un niño es algo muy discutido y en lo que aún muchos especialistas difieren. Aunque muchos padres prefieran esperar a que sea algo espontáneo que nazca desde el propio infante, bien es cierto que esa permisividad puede pasar factura en su aprendizaje. A temprana edad el niño ya debe ser capaz de comunicarse mediante llanto, miradas o señalando. Estos gestos son previos a balbucear palabras y tener intención de reproducir sonidos que han escuchado, que es lo propio de edades cercanas a los 8 meses. Desde los típicos “mamá”, “papá”, “agua”, también aprenderán a referirse a animales, por ejemplo, con los sonidos que emiten. Imitando la onomatopeya de los perros con “guau-guau”, “miau” de los gatos, etc. Poco a poco incorporarán palabras cortas a su vocabulario como “ven”, “toma”, “hola”, “adiós”, etc. Por lo tanto, la edad más común a la que ya se podría evaluar una posible necesidad de intervención profesional serían los dos años.
Problemas más comunes del lenguaje en niños
Cuando aún dudes si tu hijo necesita ayuda, hacer una pequeña consulta al logopeda de niños siempre es recomendable para poder descartar que sean casos graves o que al contrario, aquellas situaciones estén dentro de la normalidad. En este sentido, te indicamos a continuación algunos casos donde es necesario contar con la colaboración de un logopeda infantil, especialista en el tratamiento:
No mantiene atención ocular con el interlocutor con el que habla o juega. Con esto nos referimos a que no tiene una atención directa a esa persona, no mira a los ojos y ni siquiera tiene una mínima intención comunicativa.
Tarda mucho en responder preguntas sencillas. El primer paso para comunicarse es entender qué le estamos diciendo. Si desde ese punto ya tiene dificultades para comprender mensajes simples repercutirá en su emisión de respuesta.
Mala pronunciación de algunas consonantes. A la edad de los 4 ó 5 años, se pueden encontrar casos de niños con error en la pronunciación de palabras como “barro” por “bardo”, “coeta” en lugar de “coleta”, y casos así. Esto se entiende como una mala articulación debido a una falta de desarrollo en la mandíbula.
A edades más avanzadas, entorno a los 5 años, puede haber una falta de frases más complejas. Si la elaboración sigue siendo demasiado simple y no emplea formas como preposiciones, conjunciones, subordinadas o más variedad de tiempos verbales, se puede necesitar acudir a algún taller de logopedia de niños. A esa edad debería poder hacer frases como: “ella quiere que yo me vaya”, “dame la pelota para jugar”, “tengo ganas de ir al parque para ver a mi amigo”.
Cómo ayudar a nuestros hijos: ejercicios de logopedia para niños
Al ser niños de corta edad, los ejercicios que se emplean en la mejora de la articulación y comunicación son sencillos. En ellos se trata de poder emplear los músculos faciales así como labios, lengua y mejillas. Una gran ventaja de estas terapias frente a otras partes del cuerpo es que estas pequeñas musculaturas son mucho menos complejas y más pequeñas. Estos ejercicios se adquieren de forma fácil y en un periodo corto de tiempo ya se pueden empezar a percibir resultados.
Algunos ejercicios divertidos de logopedia que se pueden hacer desde casa son juegos de soplar, desde hacer pompas de jabón con una pajita o inflar globos. También, podemos enseñarles a crear palabras y a repetir con ellos cada sílaba. Esto mejora su pronunciación de forma indirecta, mientras lo pasan bien y están relajados.