El cólico del lactante es un trastorno gastrointestinal funcional, que se traduce en episodios prolongados de llanto e irritabilidad en el bebé, y desesperación para nosotros, los padres, durante los primeros meses de vida.
Existen diferentes formas de aliviar o calmar el dolor de cólicos, pero es importante saber como prevenirlos. De esta forma, reducirás considerablemente su aparición y te ahorrarás el malestar así como largas noches de llanto inconsolable.
Qué produce o provoca los cólicos
Cuando el bebé realiza las tomas, succiona el chupete o simplemente llora, está ingiriendo aire. Este aire que ingiere, le provoca molestias y es lo que conocemos como cólicos o gases.Y entonces, cómo podemos evitarlo
No es fácil prevenir los cólicos del lactante, más aún cuando eres mamá o papá primerizo y desconoces o no tienes una idea clara sobre el tema. Antes de empezar, deciros que no existe ninguna técnica milagrosa, pero creo que estos consejos os servirán de gran ayuda.Evitar que el bebé llegue a las tomas demasiado hambriento. Cuando esto sucede, el bebé mama con ansia y por ende, tragará mucho aire. Para ello, puedes observar que antes de irritarse o comenzar a llorar, empieza a enviar otras señales que nos indican que tiene hambre, como por ejemplo empezar a moverse, estar inquieto, desperezarse, llevarse las manos a la boca, etc.
Si la leche sale muy deprisa (a chorro), hay que dejar que fluya un poco o utilizar el sacaleches para extraer una mínima cantidad y de esta forma, descongestionar los senos y evitar que el bebé tenga que tragar con rapidez, lo que haría que tragase mucho más aire.
Expulsión de gases. Es muy importante que el bebé expulse los gases después de cada toma. Para ello, puedes colocar al bebé sobre tu hombro y con la palma hueca de tu mano, efectuar pequeños y muy suaves golpecitos sobre su espalda. Otra opción es colocar al bebé sentado sobre tus piernas y levantar uno de sus brazos hacia arriba (sin hacer fuerza), durante unos minutos. De esta manera, su espalda quedaría recta en vertical, favoreciendo la expulsión del eructo. Esta última, es la práctica que nos resultó más efectiva a nosotros y la que más recomiendo.
El proceso habría que repetirlo cada vez que se alimente al bebé. También puedes aprovechar cuando realice un breve descanso en la misma toma, ya que a veces, no la puede terminar por culpa de algún gas que le está molestando.
En ocasiones, acompañado de la expulsión del eructo aparecen las regurgitaciones (pequeños vómitos), no te asustes por ello, son frecuentes en los primeros meses de vida y en principio, no tienen importancia siempre que no afecte a la ganancia de peso del bebé y no se acompañen de otros síntomas.
Evitar el llanto prolongado, porque al llorar, tragan aire. Intentar calmar al bebé utilizando diferentes métodos como acunarlo, mecerlo, cantando una nana en tono suave o susurrar una canción, darle un paseo en el carro u ofrecerle el pecho a los lactantes también les proporciona calma y seguridad.
Evitar el uso excesivo del chupete. Además de no ser recomendable su uso en las primeras semanas de vida, es una succión no nutritiva que favorece la aparición de cólicos. No quiere decir que no puedas dar uso del chupete, ya que esta práctica les calma y reconforta sobre todo en las horas de descanso, pero si evitar o reducir su uso en etapa de cólicos.
Fomentar la lactancia materna. Según diversos estudios de la AEP (Asociación Española de Pediatría) y la OMS (Organización Mundial de la Salud), el cólico en lactantes es más frecuente en aquellos alimentos de fórmula, que en los bebés que son alimentados con lactancia materna.
Realizar algunos ejercicios. Cuando el bebé esté relajado, tranquilo y despierto, puedes aprovechar para hacer algún masaje abdominal de forma suave y circular (en el sentido de las agujas del reloj), ejercicio tipo bicicleta o flexionando las piernas hacia su vientre y estirándolas nuevamente hacia ti.
Cualquier tipo de actividad que practiques al recién nacido, deberás hacerlo siempre de manera suave. Si notas que se queja, que se contrae o que no se siente cómodo, es mejor posponer el ejercicio o masaje porque no tiene que ser algo forzoso ni molesto para el bebé sino todo lo contrario, el bebé debe de estar receptivo en todo momento.
Con estas pautas se puede llegar a evitar el cólico o en el peor de los casos reducirlo al máximo.
Para las familias que ahora mismo creen estar en un punto de no retorno, publicaré otro artículo de cómo aliviar los cólicos del lactante.
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