Como sabes, desde hace unas semanas, estoy escribiendo los artículos desde un prisma más íntimo y hoy también contaré parte de mi experiencia personal con esta emoción, con la que quizás te sientas identificado, con el fin de darte pautas para que descubras cómo manejar la frustración en adultos y en niños.
La frustración emocional
La frustración es una mezcla de tristeza, rabia y desilusión que surge ante la imposibilidad de satisfacer una necesidad o un deseo. Es una consecuencia negativa que afecta a nuestro estado anímico y que si se mantiene durante un periodo largo de tiempo puede desembocar en diagnósticos más serios, como la depresión.
Seguro que alguna vez has vivido una frustración amorosa o te has preguntado cómo superar la frustración laboral. En los tiempos que corren, cada vez son más las consultas que recibo de padres y educadores que no me preguntan cómo trabajar la frustración en los niños, sino que buscan respuesta para su situación profesional. Me cuentan que viven una situación de estrés en el trabajo, que no se sienten reconocidos, valorados, que el trabajo les ocupa demasiadas horas y eso les priva de tiempo con sus hijos, lo que desemboca en una sensación de insatisfacción y frustración. Si esto también te ha ocurrido a ti, sigue leyendo.
En mi caso, durante mucho tiempo sentí una gran insatisfacción a nivel laboral. Esta frustración, fue la que me dio fuerzas para crear maestradecorazon.com y, a partir de este proyecto, generar mi propio puesto de trabajo acorde con mis valores, mis fortalezas, siendo fiel a mis principios y la única responsable de la toma de decisiones.
Cómo superar la frustración
Usa la frustración como aliada
¿Cómo definirías la emoción de la frustración? ¿es buena o mala? Si sigues este blog desde hace tiempo, sabrás que no existen emociones buenas ni malas, así que solo queda una respuesta: depende (se nota que soy gallega, verdad ;)? Trataré de explicarme mejor, para que lo veas claro.
Cómo sabes, vivimos en una situación económica muy complicada. Cada vez son más las personas que tienen dificultades para llegar a fin de mes. ¿Qué podemos hacer ante una situación cómo esta? De buenas a primeras, se me ocurren dos opciones:
– Usar esta insatisfacción como excusa para justificar nuestra infelicidad:
“No tengo dinero y esta situación me impide actuar y cumplir mis sueños”.
– Usar esta insatisfacción como impulso para pasar a la acción:
“No tengo dinero y eso es lo que me impulsa a cambiar y superarme “.
Hay personas que ante la inestabilidad laboral en la que vivimos han reaccionado tratando de formarse más, de adquirir nuevas competencias, de reciclarse y, finalmente, no solo no han perdido su empleo, sino que lo han mejorado.
Otros sí que han perdido sus trabajos, pero esa situación les ha abierto la puerta para reinventarse, emprender otros caminos y descubrir nuevas salidas.
Otras personas viven una situación similar, pero se quedan paralizados en la queja. Se limitan a charlar con conocidos y familiares anclados en un rol de víctimas. Pueden hablar durante horas de “lo mal que está el trabajo”, pero no hacen nada al respecto. No tienen intención de pasar a la acción, ni de buscar soluciones. Carecen de la motivación suficiente para poner lo mejor de sí mismos para mejorar las cosas.
¿Con cuál de las opciones te identificas? ¿Cómo encontrar la motivación para sacar lo mejor de ti? Sigue leyendo.
Pasa a la acción
Si todavía no tienes esa motivación que te da fuerzas para superar cualquier obstáculo, ha llegado la hora de encontrarla. Para ello tan sólo necesitarás un papel y un bolígrafo. ¿Los tienes? Vamos allá.
Pregúntate y escribe en qué momento de tu vida te encuentras, tanto a nivel profesional, como personal: con tu pareja, tus padres, tus hijos, tus amigos y sobre todo, contigo mismo. ¿En qué empleas tu tiempo? ¿qué haces en
tu tiempo libre? ¿Mantienes el equilibrio entre lo que piensas, lo que sientes y lo que haces?
Y ahora, responde con honestidad a la siguiente pregunta: ¿A dónde te gustaría llegar en cada una de esas áreas? Y lo más importante: ¿POR QUÉ? ¿PARA QUÉ? La respuesta a estas preguntas te dará la motivación que necesitas para hacer todo lo que dependa de ti para conseguir tus objetivos.
Para terminar escribe lo que tienes a favor y las dificultades que puedas encontrar en el camino. Identificar tus fortalezas y prever los obstáculos te dará más herramientas para alcanzar tus objetivos.
Terminaré este punto con una frase de otro gallego, Anxo Pérez, autor del best seller “Los 88 peldaños del éxito”, emprendedor y entusiasta, la cual resume perfectamente todo lo que te acabo de decir:
La insatisfacción con la que unos justifican su abatimiento es la misma con la que otros justifican su superación.
La frustración en los niños
Vamos ahora a trabajar esta emoción con los pequeños. Muchos padres intentan reducir o evitar las fuentes que causan frustración en el niño impidiendo así que estos desarrollen las habilidades necesarias para tolerar y gestionar la frustración.
Para prevenir esta situación, es fundamental evitar la sobreprotección y no abusar de la permisividad. La conducta permisiva se manifiesta, con frecuencia, al ceder ante cualquier requerimiento del niño, de modo que este siempre consigue lo que quiere y nunca se enfrenta a situaciones negativas o frustrantes.
1. Dar ejemplo. Qué sorpresa, ¿verdad? Seguro que nunca te lo habrías imaginado ;). Como te imaginarás, la actitud positiva de los padres a la hora de afrontar las situaciones adversas es el mejor ejemplo para que los hijos aprendan a solventar sus problemas. ¡Sé feliz, sé optimista! No solo por ti, sino también (o fundamentalmente) por ellos.
2. Edúcale en el valor del esfuerzo. Ya hemos hablado de ello. Es importante enseñar al niño que es necesario esforzarse por alcanzar nuestros objetivos. Y lo más importante, que hacerlo, tendrá siempre su recompensa, antes o después. Por eso es fundamental que tú cumplas tus sueños. Serás su mejor modelo a imitar. Si tú has podido él también conseguirá hacerlo.
3. No le des todo hecho. Si quieres mejorar su autoestima, no le facilites demasiado las cosas. Si no aprende desde pequeño alcanzar sus retos por sí mismo, no desarrollará las habilidades que le permitan aprender de sus errores y enfrentarse al fracaso.
4. No cedas ante sus rabietas. Las situaciones frustrantes derivan, en muchos casos, en rabietas. Si los padres ceden siempre ante ellas, el pequeño aprenderá que esa es la forma más efectiva de resolver los problemas.
* Evita los “siempre” y los “nunca”, no seas absolutista ni esclavo de tus propias normas. Que no cedas nunca puede ser tan contraproducente como ceder siempre. Usa el sentido común :).
5. Marcarle objetivos. Puedes hacerlo de una forma tan simple como marcándole objetivos realistas y razonables, pero sin exigirle que se enfrente a situaciones que, por su edad o madurez, sea incapaz de superar. Tener cerca las metas resulta especialmente motivador, sobre todo al comenzar a desarrollar un hábito o una habilidad.
6. Convierte la frustración en aprendizaje. Las situaciones problemáticas son una excelente oportunidad para que el niño aprenda cosas nuevas y las retenga. De esta forma, podrá afrontar el problema por sí mismo cuando vuelva a presentarse. Si esta afirmación es válida para los alumnos, también lo será para los niños.
7. Enséñale a ser perseverante. La perseverancia es esencial para superar situaciones adversas. Si el niño aprende que siendo constante puede solucionar muchos de sus problemas, sabrá controlar la frustración en otras ocasiones. ¡El que la sigue, la consigue!
Espero que estos consejos te ayuden a gestionar la frustración. Conocer a fondo las emociones que nos hacen perder el equilibrio, nos da herramientas para gestionarla mejor.
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