Y es qué el lenguaje puede jugar en nuestra contra y en la lactancia materna, casi todo juega en contra, porque antes de la “subida de la leche”, lo que hay es calostro y esos días son claves para el desarrollo de la lactancia.
La composición de la leche cambia conforme va avanzando la lactancia, para satisfacer las necesidades que tiene el bebé cuando nace. Va pasando de una leche nada grasa a una leche más grasa.
Desde que comienza la lactancia la leche materna va modificando, dando lugar a tres tipos de leche:
CALOSTRO: fluido amarillento y espeso de alta densidad y escaso volumen. En estos primeros días se produce un volumen de 2-20 ml por toma, suficiente para satisfacer las necesidades del recién nacido.
El calostro tiene menos contenido energético, pero tiene más proteínas y minerales; y un contenido muy elevado en inmunoglobulinas que protegen al recién nacido de los gérmenes ambientales y favorecen la maduración de su sistema defensivo.
El calostro está adaptado a las necesidades de los riñones del recién nacido y facilita la evacuación del meconio ( la primera caca que es bastante pegajosa).
LECHE DE TRANSICIÓN: entre el 4º-15 día postparto; se produce un aumento brusco en la producción de leche (subida de la leche). Esta leche de composición intermedia y va variando día a día hasta alcanzar la composición de la leche madura.
Su concentración de Inmunoglobulinas y proteínas disminuye y aumenta la grasa, la lactosa y las calorías totales.
LECHE MADURA: composición 88% agua y 8% proteínas, tiene grasas que tienen un papel importante como fuente energética y para el desarrollo del sistema nervioso, minerales y vitaminas.
Esta diferencia de composición es lo que más problemas puede generar al inicio de la lactancia, puesto que como habeis visto, el calostro es muy rico en proteínas pero muy pobre en grasas, y esto quiere decir que el bebé no se sacia, por lo que pide muchas veces el pecho, y aquí es cuando las bienintencionadas y malafortunadas personas deciden dar consejos a diestro y siniestro, sin importar cuál será la repercusión en la mama y en el bebé y es el famoso momento de : “ este niño tiene hambre”, “ dale un biberón que pasa hambre”, “ muchos niños se han criado con biberón y mira no les ha pasado nada”…
Llegados a este punto, si conoceis cuál es la fisiología de la lactancia, sabréis que vuestro bebé no necesita ser empachado con leche, necesita estar más tiempo al pecho, al principio puede ser cada 20 minutos, y esto se puede hacer muy duro, pero eso es lo que necesita.
Somos mamíferos, y como tal, producimos el alimento que necesitamos y más adecuado para nosotros, y si no preguntaros que pasaba hace más de un siglo cuando no existían estas leches de fórmula…se morían todos los niños de hambre? Que les daban a sus bebés? Es una auténtica lástima como se ha manipulado la alimentación de los bebés, haciendo creer a muchas mujeres que la calidad de su leche no es buena, o no es suficiente.
Lo que necesitan las mujeres es más confianza en ellas mismas y su cuerpo, y por supuesto mucho, mucho, mucho apoyo, por parte de su pareja, de su familia y de toda la sociedad.
Por eso hoy las madres que nos enfrentamos a esta ardua tarea de la lactancia, aparte de lo duro que resulta tener, al principio, a un bebé todo el día pegado al pecho nos toca armarnos de paciencia, confiar en nosotras mismas y desmontar tantas creencias erróneas que hay acerca de la lactancia y que no hacen otra cosa que dificultarla. Mucho ánimo a todas las madres, confiar en vosotras mismas que nadie como vosotras para saber qué es lo mejor para vuestros hijos.
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Y a vosotras, ¿cuando os “subió” la leche?
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