Cuando Manu y yo decidimos que queriamos ser padres, tuvimos que tomar muchas decisiones. Aunque ahora que lo pienso, casi todas las decisiones me incumbian a mi. Él solo debía mantener el trabajo, intentar ascender, cobrar un poquito más…
En cambio, yo dejé mi trabajo incluso antes de quedarme embarazada. Había empezado de teleoperadora en una empresa y en menos de un año estaba llevando el departamento de franquicias. Trabajaba lejos de casa, bastantes horas al día. Y empezaba a viajar. Viajes cortos, dos, tres, cuatro días. Pero aquello iba a más. Así que pensamos que si me quería quedar embarazada, vivir mi embarazo al 100% juntos y no estar de un lado para otro, debía parar el tren. Y lo paré. Elegí ser madre al completo. Sí, fue una elección.
CONCILIAR LA VIDA FAMILIAR Y LABORAL
Igual si hubiese seguido en el trabajo a los dos meses me habrían echado. O ahora tendría un buen puesto. O puede… Ahora todo son conjeturas. Estoy feliz con mi decisión. Y eso es lo que cuenta para mi.
A los tres meses de embarazo encontré un trabajo más tranquilo, en una oficina cerca de casa y con un buen horario. Dije que estaba embarazada y aún así me cogieron. Y mi superior es un hombre. ¿Empieza por aquí conciliar? ¿Que un hombre decida o no coger a una embarazada? Seguí trabajando hasta 20 días antes de dar a luz y ahora, seis meses después, me han vuelto a llamar de la misma oficina. Hemos hablado de incorporarme más adelante, con un horario adaptado al pequeño y a mi misma, para poder seguir disfrutando de mi maternidad y con un trabajo que es tan necesario.
El otro día una compañera del mundo 2.0 decía que más que conciliar, es elegir. Y aunque estoy de acuerdo con ella, creo que es muy triste. Es triste tener que elegir, que en pleno siglo XXI debas escoger entre ser profesional o ser madre. O ser las dos cosas a medias.
¿Tienes facilidad para conciliar la vida familiar y laboral? ¿Has tenido que elegir alguna vez?
.