Por este motivo, Deanna Marie Mason, experta en educación y salud familiar con más de 20 años de trayectoria profesional, ha recopilado una serie de recomendaciones para que según la edad y etapa de desarrollo de los más pequeños, podamos elegir el juguete más apropiado. Mamá Psicóloga Infantil quiere compartirlos contigo para que puedas acertar con los juguetes de tus peques. Te lo cuento a continuación en función de la edad.
Recién nacido (de 0 a 6 meses)Los bebés necesitan algún elemento que les aporte seguridad. Están acostumbrados a estar con sus padres, por lo que es importante ofrecerles un peluche o muñeco blando que les transmita seguridad. Además, son recomendables los arcos de actividad, ya que los colgantes con colores, luz y sonido, ayudan a mejorar su coordinación y fuerza.
Bebés de 6 a 12 meses: Para estos niños es recomendable tener a mano un mordedor. Alrededor de los 6 meses empieza la dentición, por lo que les ayudará en el proceso. Además, los sonajeros potencian su coordinación. Con unos 10 meses pueden empezar a jugar con bloques, mejorando el control de sus manos y brazos.
Entre los 12 y los 18 meses: La carta a los Reyes ya puede incluir también libros con fotos e imágenes. Este tipo de libros ayuda a mejorar el desarrollo del lenguaje, asociando este momento con el rato de irse a dormir. Además, darles juguetes que puedan arrastrar, tipo cochecitos, le anima a moverse.
De 18 a 24 meses:
Este es el momento de mayor actividad para los niños más pequeños, por lo que una mesa de actividades sobre la que puedan pulsar interruptores o diversas piezas potenciará su coordinación. La música es otro de esos elementos con los que los niños siempre se sientes a gusto. Pedir a sus majestades CDs con música infantil ayudará a fomentar el desarrollo del lenguaje y la memoria.
De 24-36 meses Los juegos más habituales consisten en la imitación de las personas que tienen a su alrededor. Herramientas de plástico, objetos de cocina o un carrito de limpieza, por ejemplo, son juguetes con los que los pequeños de la casa podrán fingir que son alguien conocido. Además, en esta edad los niños empiezan a expresarse con un vocabulario limitado y adaptado a sus capacidades, por eso es recomendable que tengan libros para colorear y papel y pinturas para dibujar, ya que fomenta su capacidad de comunicación.
De 3 a 5 añosA partir de los 3 años, y hasta los 5 aproximadamente, es recomendable también introducir juguetes de fantasía como disfraces, trucos de magia o superhéroes, ya que es el momento perfecto para que los pequeños de la casa jueguen a ser sus personajes preferidos. Si además, pedimos a los Reyes Magos juegos de mesa adaptados siempre a su edad, les enseñaremos poco a poco cómo potenciar la cooperación y relacionarse con otras personas.
De 5 a 8 añosPero si tus hijos ya han alcanzado los 5 años, y al menos hasta los 8, lo más recomendable es hacerles ver que en su lista de peticiones no deberían faltar los juegos de mesa y los juguetes que fomenten la realización de deportes, sobre todo si son para practicar en equipo (balones, equipaciones, raquetas…). Además, es la edad perfecta para aprender a montar en bici o patinar, y por tanto el momento idóneo para pedir la ansiada bicicleta o los patines de última moda. Pero si lo que les gusta a nuestros pequeños son las actividades más sesudas, un kit de juegos científicos para disfrutar convirtiéndose en el nuevo CSI del colegio, que además, ayudará a potenciar su desarrollo cognitivo y creatividad será el regalo estrella de la Navidad.
Con independencia del juguete que incluyamos en nuestra lista de deseos para el niño, lo importante es atender a la edad recomendada que suele aparecer en los embalajes, ya que se trata de una medida de seguridad enfocada a su bienestar y protección, concluye Deanna Marie Mason.
Con estos consejos seguramente los Reyes Magos acertarán de pleno con los regalos para los más pequeños. Consejos sencillos con los que la familia al completo disfrutará de la Navidad.
Sobre Deanna Marie Mason
Deanna Marie Mason es una profesional de la Salud que cuenta con el máximo grado de formación, una especialización en pediatría con un foco especial en el mundo de los adolescentes y más de 20 años de experiencia profesional trabajando con recién nacidos, niños, adolescentes y familias.
A lo largo de estas décadas, Deanna ha ayudado a infinidad de familias a mejorar sus vidas, proporcionando guías de actuación basadas en los últimos avances científicos y médicos que permiten anticiparse a los problemas más habituales de niños y adolescentes y prevenirlos con éxito.
Además, es escritora y colaboradora en publicaciones científicas como Research and Theory for Nursing Practice, Nurse Researcher o Holistic Nursing Practice. Actualmente dirige su propio negocio de consultoría y recientemente ha publicado Qué hacer para que tu hijo no sea un imbécil, libro en el que explica cómo podemos ayudar a los adolescentes a encontrarse a sí mismos mientras se encuentran inmersos en una etapa de cambios.
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