Os voy a contar mi experiencia, tal vez mis conclusiones sean erróneas, pero me ha llevado a pensar que este primer contacto es mucho más importante de lo que imaginamos.
Mi primer embarazo fue normal, lo único quizás que se salía un poco de lo habitual es que lo viví con mucho miedo puesto que había tenido dos abortos anteriormente (nuestro estado anímico también puede afectar a nuestro hijo de alguna manera, pero esto es tema de otro post). El momento del parto fue muy complicado: duró mucho y al final tuvieron que utilizar una ventosa para sacar al niño. Además había tragado y respirado el meconio y había tenido sufrimiento fetal por lo que, nada más nacer se lo llevaron corriendo a reanimación ya que su Test de Apgar era de 3.
Estuvo en cuidados intensivos y yo le pude ir a visitar a las 7 horas, con lo traumático que puede resultar tanto para la madre como para el propio niño esta separación (menos mal que permitían grabar en un móvil y su padre pudo enseñarme un vídeo antes de esas horas).
Pasado el mal trago mi hijo fue creciendo normalmente, lo que observamos es que era un niño muy nervioso y sobre todo notábamos que siempre buscaba el contacto personal. Por la noche teníamos que darle la mano para dormir y a media noche se venía a nuestra cama diciendo que tenía miedo (cosa que sigue haciendo después de 5 años).
En cambio mi hija que nació por cesárea 2 años después, y que nada más nacer estuvo conmigo (tuvimos contacto piel con piel), nunca ha mostrado ese tipo de miedos y necesidad de tener ese contacto físico.
Hace unos días fui a hablar con la tutora de su curso, que ha estudiado Psicopedagogía y había hecho un Máster en emociones, y en la conversación salió que el niño dormía con nosotros.
La profesora nos comentó que era un niño que necesitaba el contacto físico, y que incluso cuando estaba con ella siempre tenía que estar dándole la mano. Ella nos preguntó abiertamente si el niño tenía algún miedo, le preguntamos porqué y nos dijo que en clase había trabajado con ellos la expresión oral de sus miedos y nuestro hijo dice que había expresado su gran miedo: MIEDO A LA SOLEDAD.
Me quedé helada, creo que nunca hemos hecho nada para que se sienta solo, e incluso siempre está rodeado de los primos y las abuelas.
En ese momento me vino a la cabeza ese momento en el que le separaron de mí; debe ser muy traumático para un bebé estar 9 meses junto a su madre y que, de pronto, le lleven a un sitio desconocido dónde se encuentre solo.
La profesora me comentó que cuando mi hijo hizo esa revelación a sus compañeros parece como si se hubiese quitado una piedra de encima y que cambió de conducta relacionándose con los demás y siendo un niño más alegre.
Quizás los que hayáis estudiado psicología podáis aportar algo a este tema; para mí está claro que el estar con la madre las primeras horas es fundamental.
.