Me invade un gran sentimiento de tristeza pensar en este tema. Pero hoy ha llegado el momento.
Mis dos hijos nacieron por cesárea. Tengo un problema en las corneas y por recomendación médica por riesgo a tener un desprendimiento de retina directamente me programaron cesárea.
Para mí el tema de tener un día y una hora para tener a mis hijos, me hizo sentir muy mal, fatal, tengo muy mal recuerdo de todo aquello. Esos momentos de soledad en el quirófano, sin la compañía de mi marido, y escuchando a médicos hablar de sus cosas sin tener ni una palabra para mí, fue desgarrador. Sólo me enseñaron a los niños de lejos, no me los pusieron encima y no tuve contacto con ellos hasta bastante después.
Con mi primer hijo, perdí mucha sangre y estuve unas 3-4 horas en recuperación. Hasta que al final espabilé, no hizo falta ponerme sangre y me llevaron a la habitación. Allí estaba mi hijo. Un niño al que no conocía y el que decían que era mi hijo. Recuerdo estar muy sedada cuando llegue, recuerdo familiares besándome y dándome la enhorabuena, recuerdo encontrarme muy mal, y recuerdo que al final alguien me puso el niño encima. ¿Qué sentí? Por mal que me siente al decirlo, incluso vergüenza que pueda darme reconocerlo, no sentí nada. Era mi hijo y no sentí nada. Recordarlo ahora me duele, me duele mucho.
He visto a tantas madres decir que el momento de verle la cara a sus hijos era el mejor momento de su vida y eran inmensamente felices y yo sentirme fatal por no sentir nada en ese momento.
Según fueron pasando las horas empecé a ser consciente de que era mi hijo y ya sí, conecté con él. Pero pasaron horas hasta que eso sucedió. Y durante ese tiempo mi hijo no tuvo una madre que lo amamantara y lo abrazara. Es horrible para mí decir todo esto, es más no sé si seré capaz de hacerlo público.
Todavía no encuentro la explicación a lo que pasó. A veces me digo que fue por la cesárea, que mi cuerpo no estaba preparado, que yo no estaba preparada para ser madre, que nadie me supo ayudar. No lo sé, pero lo hice mal, muy mal.
Como decía al cabo de las horas, ya abrazaba a mi hijo e intentaba con todas mis fuerzas darle el pecho, pero no supe hacerlo. No sé por qué, en esos momentos lo que me decían era que no tenía leche, otros que no se enganchaba, no sé, mil cosas. El caso es que me bloquee y decidí darle el biberón y olvidarme del tema no sin antes desmoronarme. A día de hoy sigo sin saber por qué no podía.
No quiero con esto entrar en el debate de si el biberón es bueno o es malo, no es ese el tema. Todas somos madres y queremos lo mismo, lo mejor para nuestros hijos. Cada una hará las cosas a su manera y cometerá sus propios errores.
Lo que me tiene mal es que ahora después de casi 5 años siento haber perdido esa oportunidad, que me hubiera gustado tener esos momentos de conexión, ojalá pudiera volver atrás en el tiempo. Y ya no porque la leche materna sea mejor o sea peor, si no por el hecho de que por un total desconocimiento no lo hice.
Nadie, nadie, supo ayudarme en el hospital.
Cuando me quedé embarazada del segundo desde el minuto uno me cerré en banda y dije que no lo iba a intentar siquiera. Cosa de la que hoy estoy todavía más arrepentida. Con él ni lo intenté y segura estoy que con él hubiera sido más fácil. Tiene 3 años ahora y si le hubiera dado la oportunidad seguiría con lactancia porque es un niño que necesita mucho el contacto conmigo, y eso se lo ha perdido por una decisión absurda que un día tomé.
Mi ignorancia sobre el tema, y la soledad que sentí con mi primer hijo me hizo equivocarme no una sino dos veces.
Sobretodo lo siento por el segundo. Él lo nécesitaba. Sólo se calmaba cuando estaba conmigo. Seguro y a pesar de no saber de lo que hablo hubiera pasado mejor sus primeros meses si le hubiera dado leche materna. Ya no sólo porque resultó ser intolerante a la lactosa sino porque necesitaba ese contacto con su madre y yo no supe darme cuenta.
Escribir esto como desahogo no sé si me está sirviendo de algo pero lo hago por si alguna otra madre ha pasado una situación parecida y esto le ayuda en algo.
Hace poco otra mamá bloguera Maria Enbrazosdemamá me dijo una cosa que no olvidaré: no le habrás dado teta pero le has dado amor. Con eso me quedo. Sé que seguiré cometiendo muchos errores como madre pero espero por lo menos darme cuenta de ello.
Desde que estoy en este mundo bloguero he conocido un poco más el tema de la lactacia y desde aquí agradezco a todas las personas que dedican su tiempo ayudando a madres inexpertas. Ojalá me hubiera encontrado con doulas, matronas o asesoras de lactancia que ya sea de la forma que sea cobrando o sin cobrar, me hubieran apoyado o ayudado en esos momentos. Por lo menos si hubiese tenido ayuda y la decisión hubiera sido la misma hubiese sido porque realmente no quería dárselo, no porque no supiera o pudiera hacerlo. Es tan respetable querer hacerlo como no querer, pero no por no poder.
Cuánto me ha costado escribir esto.
Gracias por leerlo.