La mayoría de las convulsiones febriles duran un minuto o dos, aunque algunas pueden ser tan breves como algunos segundos y otras pueden durar por más de 15 minutos.
La mayoría de los niños con convulsiones febriles tienen temperaturas en el recto de más de 102 grados F. La mayoría de las convulsiones febriles ocurren durante el primer día de la fiebre en el niño.
No se considera que los niños propensos a convulsiones febriles tienen epilepsia, ya que la epilepsia se caracteriza por convulsiones recurrentes que no son precipitadas por fiebre.
Las convulsiones febriles usualmente ocurren en niños entre las edades de 6 meses a 5 años y son particularmente comunes en niños que están en la edad de aprender a caminar. Los niños rara vez desarrollan su primera convulsión febril antes de los 6 meses o después de los 3 años de edad. Entre más avanzada es la edad del niño cuando tiene su primera convulsión febril menor es la probabilidad de que el niño sufra otras.
¿Qué hace a un niño ser propenso a convulsiones febriles recurrentes?
Algunos factores que parecen aumentar el riesgo de los niños a padecer de convulsiones febriles recurrentes incluyen: una primera convulsión febril a edad temprana (menos de 15 meses), fiebres frecuentes y el tener familiares cercanos con historial de convulsiones febriles.
Si la convulsión ocurre inmediatamente al comienzo de la fiebre o cuando la temperatura es relativamente baja, el riesgo de que se repita es más alto. Un primer episodio de convulsiones febriles largo no aumenta substancialmente el riesgo de convulsiones febriles recurrentes largas o cortas.
¿Qué debe hacerse por un niño con convulsiones febriles?
Los padres deben permanecer calmados y observar cuidadosamente al niño. Para prevenir heridas accidentales, se debe colocar al niño en una superficie protegida tal como el piso o la tierra. El niño no debe ser aguantado o restringido durante la convulsión. Para prevenir ahogos, el niño se debe poner de lado o sobre su estómago.
Si es posible, uno de los padres debe sacar cuidadosamente cualquier objeto de la boca del niño. Los padres nunca deben poner ningún objeto en la boca del niño durante una convulsión. Objetos colocados en la boca pueden romperse y obstruir el pasaje respiratorio del niño.
Si la convulsión dura más de 10 minutos, el niño debe ser llevado inmediatamente a la facilidad médica más cercana para tratamiento. Una vez finalizada la convulsión, el niño debe ser llevado a su médico para determinar el origen de la fiebre. Esto es especialmente urgente si el niño muestra los síntomas de cuello rígido, letargo extremo o vómitos abundantes.
Fuente: National Institute of Neurological Disorders and Stroke. “Convulsiones febriles”, NINDS. Diciembre 2012. Publicación de NIH 13-3930s.
Si desea leer toda la información, puede visitar el link: espanol.ninds.nih.gov/trastornos/convulsiones_febriles, que fue revisado por Mischiquiticos.com en Febrero de 2019.