Comparto con vosotros, lo que debemos saber acerca de la fiebre de nuestros hijos:
1. Debemos de tener muy presente que la fiebre, no es una enfermedad sino un mecanismo de defensa de nuestro organismo contra las infecciones, tanto las causadas por bacterias como por virus.
2. En ningún caso, un estado febril por sí mismo, causa ni ceguera, ni sordera, ni daño cerebral ni muerte.
3. Aproximadamente, un 4% de los niños, están predispuestos a tener convulsiones por fiebres, pero el tratamiento de la fiebre no evita estas convulsiones. Nunca deberemos usar medicamentos para bajar la fiebre con este propósito.
4. El paracetamol y el ibuprofeno tienen la misma eficacia para tratar el dolor y su dosificación ha de realizarse en función sólo del peso del niño, no de la edad. La alternancia o combinación de paracetamol y de ibuprofeno no es recomendable. Hay que tratar los niños febriles sólo cuando la fiebre se acompaña de dolor o malestar general.
5. Esta desaconsejado el uso de friegas de alcohol, paños húmedos, desnudar a los niños, baños, duchas,… para el tratamiento del estado febril.
6. No desnudar ni abrigar al niño con fiebre.
7. Hay que ofrecer, al niño con fiebre, de forma frecuente líquidos y que éstos tengan hidratos de carbono (papillas, batidos, zumos de frutas,…). El niño debe estar bien hidratado.
8. No es aconsejable el uso de ibuprofeno o paracetamol tras la vacunación para prevenir las reacciones locales o febriles.
9. Ni la cantidad de fiebre ni tampoco el descenso de ésta tras administrar paracetamol o ibuprofeno, sirven para orientar la gravedad de la infección.
10. Debemos vigilar signos de empeoramiento clínico y consultar con carácter de urgencia si nuestro hijo presenta:
– Rigidez de cuello.
– Convulsión o pérdida de conocimiento.
– Decaimiento, irritabilidad o llanto excesivo y difícil de calmar.
– Manchitas en la piel, de color morado o rojo oscuro, que no desaparecen al estirar la piel de alrededor.
– Vómitos y/o diarrea muy abundantes o persistentes que causen deshidratación en los pequeños (ojos hundidos, ausencia de saliva, lengua seca,…)
– Dificultad para respirar (respiración muy rápida, agitada, marca las costillas y hunde el esternón, se oyen silbidos cuando respira,…).
– El niño no orina o la orina es escasa.
– Si el niño tiene menos de 3 meses de edad, siempre requiere una consulta urgente la fiebre.
Descarga aquí el Decálogo.
Buen día a tod@s!!
.