Y es que, lo quieras o no, es una de esas cosas que tiene septiembre.
Al margen de lo bueno o malo que os parezca llevar a los niños a extra escolares, a veces hace falta y, a veces, hasta les hace falta
Mientras sigo intentando acertar con qué les gustaría hacer, o qué no, me he planteado varías ideas
1. La decisión
Aún no entiendo que tenga que ser yo (o papá o la abuela/o, o quién esté al cargo) quien tenga que decidir.
Hablo en el caso de los más pequeños (cuando crezcan imagino que mejor ni meterme). Siendo todo nuevo para ellos, nos hacen elegir, ¿y si les enseñaran a ellos lo que significa / implica cada actividad?
¿Correr, saltar, bailar, cantar, pintar, jugar, dormir…?
Supongo que habrá donde lo hagan pero, como no ha sido mi caso, planteo que Septiembre se destine a una especie de “jornadas de puertas abiertas” para que ellos sepan decir qué les gustaría hacer.
2. El tiempo
Pensar que mientras están en las actividades harás mil cosas en casa…¡venga ya!
Pero si entre que voy, vuelvo y me entretengo…
No nos engañemos, 1 hora es una hora, aquí y en Pekín, y no da para tanto. Al final, es normal, habrá más de una tarde en la que caerá un café de madres…
3. La coordinación
Relacionado con el punto 2, cuando tienes más de un hijo, tu yo interior, el más sincero, piensa:
Pues que les coincidan las horas y así me los quito un rato de encima y me lo dedico a mi.
¡Error! Si aún lo crees vuelve al punto 2.
Si a eso sumas lo difícil que es conseguir esa coincidencia siempre puedes reconsiderar la idea y encontrar la parte positiva:
Dedicar tu tiempo sólo a uno de ellos.
No sé si os pasa pero a mí, uno que yo me sé, me tiene monopolizada.
Con esta hora libre que lo tendremos ocupado, podré tener un rato todo para ella.
De nuevo la misma idea, sólo será una hora, pero podría ser nuestro ratito. Sin duda ella lo necesita igual que yo, pasamos muy poco tiempo juntas.
Otra cosa será que al tercer ratito me diga que me vaya a paseo… pero yo voy a probar.
Y tú ¿ya has cuadrado la semana?
Ya lo sabes, me encanta saber tu opinión.
Un beso grande,
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