No hay día en que no repare y me haga esta pregunta. Siempre hay un instante en el que -afortunadamente, ya- me "pillo" en medio de una nube de estrés, tensa del cuello y hombros, pensando una y otra cosa, mientras arrugo la cara y rechino los dientes. ¿Pero cuál es la prisa? - me digo para salir de esa energía-
No es tan fácil como parece y me hubiera gustado empezar a practicar este ejercicio desde el primer año en el que fui mamá, pero pues todo pasa cuando tiene que pasar. Lo cierto es que vivimos en un mundo en el que se empeñan en llevarnos a un ritmo muy acelerado ¿Lo han notado? empezando por las tiendas que en septiembre ya nos venden el holloween y día de muertos y en octubre la navidad y ni hablar de las roscas (que por cierto todavía hay en algunas panaderías).
Y en la otra esquina, las redes sociales...¿cada cuándo las revisas? ¿qué tanto tiempo les das o te quitan?... pero la mejor parte, sin duda, es la que va para nuestros críos ¿cuántas veces les dices "date prisa"?
Recuerdo una vez que se lo dije a Raquel, ya casi era hora de salir para su clase de ballet y le solté el típico "pero apúrate que se nos hace tarde, bla bla bla.. " y ella tan sabia, atinó a preguntar -¿Pero por qué hay que apurarnos, mamá? La respuesta era delatarme como mamá desorganizada e irrespetuosa o culparla a ella. Mejor respiré profundo y le dije, "tienes razón ¿cuál es la prisa?, llegaremos cuando tengamos que llegar".
Disfrutar el trayecto y la "crianza lenta".
¿Por qué meter prisas a los niños cuando para ellos, casi todo es una novedad, cuando ellos tienen toda esa capacidad y necesidad de observar más, cuando para ellos casi todo es un descubrimiento? El hecho de ser sus padres no nos da el derecho de empezar a hacerlos esclavos del reloj y hacer que dejen de disfrutar el trayecto de la vida. Es más, es algo que deberíamo re-aprender con ellos.
Por eso me llamó la atención el movimiento slow de la crianza o crianza lenta, que busca que nuevamente sintamos lo que significa vivir y ver cómo tu hijo goza de este hecho junto a ti.
"El movimiento Slow, nace como una contra respuesta a la apertura de un McDonalds en Piazza di Spagna de la ciudad de Roma, creándose así la organización Slow Food, orientada a la recuperación de las raíces culturales de la comida Italiana, en donde se priorizaba el placer de comer sin prisa. Esta corriente cultural se centra en calmar o relentecer las actividades humanas para poder tener un control del tiempo y poder saborear la vida.
Este movimiento lento fue ampliando los horizontes llegando a terrenos como la ropa, el turismo, ciudades y la crianza Slow. De esta última me quiero referir dada su amplia riqueza para aprender a calmarnos y dejarnos sorprender por la aventura de ser padres". guiainfantil.com
No es tan complicado como parece ¿verdad? pero tampoco tan simple, cuando nos hemos convertido en esclavos del reloj y de las prisas de modo inconsciente. Por eso a diario hago el esfuerzo por zafarme de ello, por ejemplo, cuando despierto: respiro conscientemente, me intento relajar y disfrutar por unos segundos el amanecer (porque luego hay que hacer el jugo, preparar el desayuno, limpiar la cocina, checar el feis, escribir algún post, etc. etc. jajaja) en la hora de la comida, trato (pocas veces lo consigo) de mantener el celular lejos para poder admirar y saborear lo que como, pero luego ¿cómo subo la foto al insta?... Sin duda una de las más grandes batallas que ahora enfrento conmigo misma. Porque en efecto, no debería tener prisa, pero ¿qué creen? Mi hija no será una niña por siempre (snif, snif)
Y ya me voy a parque a jugar con ella. Pero si ustedes tienen unos minutos más, le dejo estos tips para implementar la crianza lenta. Ya les contaré cómo me va a mí y, recuerden, TODO NUTRE:
-Evita compararlos con otros niños
-No los hiperestimules
-Fluye
-Desconéctate de la tecnología
Pero los que saben dicen que lo más importante es que quieras nuevamente contemplar un atardecer.
Nos leemos pronto.