Según varios expertos en psicología y pedagogía, hay tres premisas que tenemos que tener claras. Una es la aceptación de la realidad. Eso de que los padres se pongan una venda en los ojos y aseguren que sus hijos 'son perfectos', es un error garrafal que sólo empeora las cosas. Otra es la empatía, hay que ponerse en el lugar. No hace tanto que dejamos de ser unos adolescentes y que tonteábamos como ellos,con el alcohol, así que intentemos retroceder en el tiempo, por unos momentos. Y la tercera es la comprensión y el diálogo, pero a base de información y nunca de prohibición. Hay que entender el momento que están viviendo y saber hablar de él con naturalidad.
¿Por qué? Es sencillo. Es más efectivo informar, que imponer, ya que con lo primero, ellos ya cuentan con la herramienta para actuar, sin embargo la prohibición a estas edades implica un distanciamiento mayor con respecto a sus padres, además de situaciones de rebeldía e inconformismo.
¿A qué edad les permitiríais tomar la primera copa? ¿Creéis que lo importante es el cómo y no el cuándo?
¿Cómo tratáis el tema del alcohol y el botellón en vuestras casas?