La artritis asociada a la infección se clasifica en artritis supurativa o artritis reactiva. Aunque se sospecha, si bien no se ha demostrado, que ciertos microorganismos infecciosos desencadenan la artritis reumatoide juvenil (ARJ) y otras formas de artritis crónica, las bacterias, los virus y las espiroquetas se asocian a una artritis transitoria que no cumple los criterios de la ARJ. La artritis reactiva sigue a una infección fuera de la articulación, que a menudo está en el aparato digestivo o el genitourinario, y en ella intervienen de forma característica inmunocomplejos que contienen componentes no viables del microorganismo iniciador en la articulación inflamada.
La evolución de la artritis reactiva es variable, según el tipo, y puede progresar a una espondiloartropatía crónica. Artritis postinfecciosa se utiliza para distinguir una sinovitis estéril que sigue a un tratamiento curativo de una artritis supurativa.
¿Por que se produce la artritis reactiva ?
La artritis reactiva sigue habitualmente a una infección entérica por Salmonella, Shigella, Yersinia enterocolitica, Campylobacter jejuni, Cryptosporidium parvum o Giardia intestinalis, o a una infección de la vía genitourinaria por Chlamydia trachomatis o Ureaplasma. Otros ejemplos destacados de artritis reactiva son la artritis estéril de la fiebre reumática aguda, la fiebre causada por el estreptococo del grupo A o la asociada a la endocarditis infecciosa , y la tenosinovitis asociada a Neisseria gonorrhoeae.
La artritis reactiva puede ser una respuesta autoinmunitaria de mimetismo molecular en la que participan linfocitos T que muestran reactividad cruzada frente a antígenos (sinoviales, cartilaginosos, glucosaminoglucano) presentes en las articulaciones. Estudios del líquido sinovial de pacientes con artritis reactiva plantean que, en la patogenia de la enfermedad, los linfocitos T pueden estar más implicados en la promoción de la inflamación que en la eliminación de las bacterias mediante mecanismos citotóxicos. El origen de las células anómalas puede estar fuera de la articulación.
Signos y síntomas
La enteritis bacteriana causada por Shigella, Salmonella, Yersinia y Campylobacter puede seguirse al cabo de varios días o semanas de una monoartritis o poliartritis, y a veces de una entesitis, con las espondiloartropatías. Aunque la velocidad de sedimentación globular (VSG) puede estar elevada, a menudo no hay fiebre ni leucocitosis. En ocasiones aparecen una uretritis y una conjuntivitis en estos síndromes. La artritis postinfecciosa puede seguir 1-2 meses después a una enfermedad menos llamativa, como una enfermedad respiratoria superior vírica. El dolor o la tumefacción articular suelen ser transitorios y suelen durar <6 semanas. Ciertos virus asociados a la artritis pueden provocar patrones particulares de afectación articular. La rubéola y la hepatitis B suelen afectar a las articulaciones pequeñas; la parotiditis y la varicela afectan a las articulaciones grandes, especialmente a las rodillas. El síndrome de artritis-dermatitis de la hepatitis B se caracteriza por un exantema y una artritis que imitan a una enfermedad del suero.
La artropatía asociada con la rubéola sigue a una infección natural por el virus de la rubéola y con escasa frecuencia a la vacuna de la rubéola. Suele aparecer en mujeres jóvenes, con una mayor frecuencia al aumentar la edad, y no es frecuente en preadolescentes ni en varones. Las artralgias en las rodillas y en las manos suelen comenzar en los 7 días siguientes al comienzo del exantema o 10-28 días después de la vacunación.
El parvovirus B19, responsable del eritema infeccioso (quinta enfermedad), puede provocar artralgias, tumefacción articular simétrica y rigidez matutina en los adultos, sobre todo en las mujeres, y con menos frecuencia en los niños. La artritis aparece en ocasiones durante la infección por citomegalovirus, puede hacerlo durante la varicela, y es rara tras la infección por el virus de Epstein-Barr.
La varicela también puede complicarse con una artritis supurativa, habitualmente debida a Streptococcus del grupo A. El virus de la inmunodeficiencia humana se asocia a una artritis que se parece a la artritis psoriásica más que a la ARJ.
Se han publicado casos de artritis no supurativa en niños, sobre todo adolescentes varones, con acné intenso en el tronco. Los pacientes suelen tener fiebre e infección persistente de las lesiones cutáneas pustulosas. Los episodios recidivantes pueden asociarse también a una miopatía y durar varios meses. La endocarditis infecciosa puede asociarse a artralgias, artritis o signos sugerentes de vasculitis, como los nódulos de Osler, las lesiones de Janeway y las manchas de Roth. La artritis reactiva quizá debida a inmunocomplejos también aparece en niños con infecciones por Neisseria gonorrhoeae, Neisseria meningitidis, Haemophilus influenzae del tipo b y Mycoplasma pneumoniae.
La sinovitis transitoria (sinovitis tóxica) suele afectar a la cadera, a menudo tras una infección respiratoria alta. Los niños de 3 a 10 años de edad son los que más se afectan y refieren un dolor intenso de inicio agudo en la cadera, con dolor referido al muslo o la rodilla, con una evolución de alrededor de 1 semana.
La VSG y el recuento de leucocitos suelen ser normales. Los estudios ecográficos o radiológicos pueden confirmar un ensanchamiento del espacio articular de la cadera por un derrame. A veces es necesario realizar una artrocentesis de la cadera para excluir una artritis supurativa, lo que a menudo consigue un alivio espectacular del dolor. La causa de este síndrome relativamente común se desconoce, pero se cree que es una artritis vírica o postinfecciosa.
Como se que mi hijo tiene artritis
La artritis aguda que afecta a una sola articulación sugiere una artritis supurativa; la osteomielitis puede provocar dolor y derrame en una articulación adyacente pero suele acompañarse de dolor óseo local sobre la zona de la infección. El diagnóstico de la artritis postinfecciosa suele hacerse por exclusión sólo después de que se haya resuelto la artritis. La artritis acompañada de síntomas gastrointestinales o pruebas de función hepática anormales puede deberse a una hepatitis infecciosa o autoinmunitaria. Te interesara leer: 10 tipos mas frecuentes de artritis
La artritis o la espondiloartritis aparecen en algunos niños con enfermedad inflamatoria intestinal, ya sea la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa crónica . Cuando dos o más líneas de células sanguíneas revelan una reducción progresiva de su concentración en un niño con artritis, deben tenerse en cuenta la infección por parvovirus, el síndrome de activación del macrófago (hemofagocítico) y la leucemia. La artritis persistente (>6 semanas) indica la posibilidad de una enfermedad reumática, incluidas la ARJ, la espondiloartropatía y el lupus eritematoso sistémico.
Tratamiento
No es necesario ningún tratamiento específico para la artritis reactiva o postinfecciosa, excepto el tratamiento del dolor y las limitaciones funcionales con antiinflamatorios no esteroideos. Si recidivan la tumefacción o la artralgia, puede ser necesario un estudio adicional para excluir una infección activa o una enfermedad reumática en evolución.
Complicaciones y Pronostico
La artritis postinfecciosa que sigue a una infección vírica suele resolverse sin complicaciones, a no ser que se asocie a la afectación de otros órganos, como la encefalomielitis. La artritis reactiva, especialmente tras una infección entérica bacteriana o de la vía genitourinaria por Chlamydia trachomatis, puede evolucionar en el tiempo hacia una artritis y una espondiloartropatía crónicas. Los niños con artritis reactiva tras infecciones entéricas sufren en ocasiones una enfermedad inflamatoria intestinal meses o años después de su comienzo. También se han descrito la uveítis y la carditis en niños diagnosticados de artritis reactiva.
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