A lo largo del embarazo, las futuras mamas no dejan de imaginar cómo será su bebé, qué día nacerá, cómo será su llegada al mundo, etc. Sin embargo, lo que, probablemente, nunca se esperen, es que lleguen demasiado pronto, antes de que termine su periodo de gestación, lo que indica que son bebes prematuros.
Esto es lo que ocurre con los bebés prematuros. Bebés que por causas desconocidas nacen antes de lo esperado, sin llegar a tener todos sus órganos formados. A pesar de esto, no tienen porqué desarrollar ningún problema a lo largo de su vida. Si quieres conocer todo sobre éste tipo de bebés, no te pierdas este reportaje, te damos todas las claves.
¿A qué se le llama prematuro?
Como ya hemos dicho, la definición exacta de los bebés prematuros es el que nacen antes de las 37 semanas como consecuencia de un parto prematuro. Este tipo de bebés nacen con cierta inmadurez de sus órganos vitales (respiración, digestión, vista...) y esto suele hacerles muy sensibles y vulnerables a ciertas enfermedades, por lo que, normalmente, suelen pasar ciertas semanas en la Unidad de Neonatos de un hospital, hasta que terminan de desarrollarse.
El nacimiento de bebés prematuros en España, representa un 8% del total de todos los nacimientos en un año. Sin embargo, no todos los bebés tienen por qué presentar problemas. Puede ocurrir que un niño de 32 semanas nazca con el mismo peso que un niño de 40, aunque lo normal es que si el feto nace antes de las 35 semanas necesite ayuda para terminar de formarse.
¿Cómo es su aspecto?
Normalmente, los bebés prematuros son físicamente algo distintos a los demás. En general, tienen una cabeza bastante grande, desproporcionada con el resto del cuerpo. Tienen la piel muy fina y brillante. Su masa muscular es muy pobre, lo que hace que podamos ver perfectamente tantos sus venas, como sus arterias.
El color de la piel en los prematuros puede ser más sonrojado al nacer. Pueden tener bastante cabello fino, o por el contrario, no tener nada. Las uñas suelen ser muy pequeñas. Y, por último, en cuanto a los genitales, en las niñas tienen un aspecto distinto, puesto que los labios mayores no cubren los labios menores, y, en los niños, normalmente, no se ha producido el descenso de los testículos al escroto.
Problemas en los bebés prematuros
Es posible que un bebé prematuro no experimente ningún problema durante su vida, aunque no es lo habitual. Los principales problemas que tienen que atravesar estos niños están relacionados con la dificultad a adaptarse al medio extrauterino y su bajo peso.
Hay que tener en cuenta que a lo largo del embarazo, el bebé experimenta su mayor crecimiento durante las ocho últimas semanas. En esas semanas llegan a alcanzar 2/3 de su peso total, por lo que , si el niño nace antes de estas semanas tendrá un peso muy bajo, que rondará aproximadamente un kilo. Lo mismo ocurre con sus órganos vitales. Cuánto más pequeño es el feto, menos desarrollados están sus órganos, por lo que más enfermedades puede contraer.
El sistema respiratorio es el más afectado. Para poder funcionar correctamente, los pulmones necesitan una sustancia denominada surfactante, que impide que se colapsen los alvéolos pulmonares y permite el paso del oxígeno a los tejidos. Los bebés prematuros tienen muy poco surfactante, lo que impide que los pulmones se llenen del aire presente en el ambiente. Esto quiere decir, que el bebé no puede respirar por sí sólo, necesita que le inyecten surfactante artificial y le proporcionen un soporte respiratorio, por lo que debe permanecer en el hospital.
Los demás sistemas suelen verse afectados igualmente, sobre todo el visual, ya que los bebés prematuros apenas han desarrollado el sentido de la vista, que es el último en desarrollarse.
Cuidados prematuros
Normalmente, los cuidados prematuros se realizan en el hospital, en muy pocos casos puede realizarse en casa. Por tanto, ¿qué pueden hacer los padres para cuidar a sus hijos? Sobre todo, demostrarle su amor cada vez que puedan tener contacto con ellos, haciendo que perciba su presencia.
Una vez que lleguen a casa, es importante seguir teniendo ciertas precauciones, tales como evitar que se enfríen, puesto que a veces no son capaces de mantener su propia temperatura. Además, hay que tener cuidado al cogerle, puesto que su cuello no tiene fuerza para mantener la cabeza y habrá que mantenerla siempre perfectamente sujeta.
Por tanto, la conclusión a todo esto es que no hay que alarmarse en caso de que nuestro bebé nazca prematuro. Es cierto, que las primeras semanas pueden llegar a ser bastante duras, pero, en poco tiempo, el bebé podrá cuidarse como cualquier otro bebé nacido en un periodo normal. Aún así, tendrán que llevar un seguimiento con el pediatra, para evitar posibles problemas en el futuro.
Agradecimientos: Newstouse, Miraclebabies, Morphealth