CATARSIS NOCTURNA, DE UNA MAMÁ






¡Sí! esa mamá soy yo. Siempre esperando que ojalá se duerman temprano y sin tanto interrogatorio. Sin tener que soplarme, sólo por una noche la repetida programación de Dicovery Kids (Por favor, ¡cuando se actualizarán los capítulos de odd squad! ¡Un poco de clemencia!)




Sin querer ésta noche, lo he logrado. Ha sido sen ¡No! No ha sido sencillo. Cansarlos por la mañana y por la tarde. Y casi llegada la noche, no dejar de repetir ¡No duerman, ya mismo salen los tallarines! Un baño, el biberón de leche y misión cumplida.

De pronto, estoy en la cama con ellos, y pienso ¿Para qué, quería que se duerman temprano? ¿Qué era lo que tenía que hacer? ¿Voy a ver alguna película? Y llego a la conclusión, que paso tanto tiempo con ellos, que me puedo quedar en el aire si no están. ¿No les ha pasado, alguna vez? (Creo que necesito un novio)




Ayer, felicité a una amiga por la llegada de su segundo bebé, ¿Tú esposo y tú deben estar muy felices? le dije. De aquella respuesta, sólo me he quedado con esta frase, que sigue dando vueltas en mi cabeza, desde que la escuché; “Tú sabes, un hijo es un atraso”. Y estoy pensando, si estoy atrasada, si estuviera en la NASA, sino fuera porque hace cinco años fui mamá. Es verdad, a veces me pregunto, ¿Dónde estaría hoy, sino estuvieran mis pequeños? No tengo una respuesta. Porque yo (y sólo yo) hice girar mi vida de otra manera. De una manera diferente, pero ¿por qué tiene que ser mal descrita?

Es casi tan ligero, como preguntarse, ¿Qué hubiera sido de mi vida, si hubiera estudiado otra carrera? ¿Si me hubiera casado, con tal o cual? ¿Si hubiera viajado, cuando pude? ¿Si hubiera invertido mi dinero en otra cosa? Siempre mirando el pasado. Siempre pensando en las cosas que no fueron, y no serán; cómo si la vida se acabara mañana. (De repente son los huaycos, y las lluvias torrenciales que nos tienen preocupados)




No me quiero contagiar de pesimismo, quiero seguir proyectándome a ese futuro que es tan incierto y próximo a la vez. Y nunca olvidar lo que por años está escrito en Eclesiastés, “Nunca digas que todo tiempo pasado fue mejor, no es de sabios hacer tales preguntas”



Ahora, tengo que confesar, que Mateo fue víctima de un zancudo hambriento, por lo que pronto, tendré que apagar este computador e ir a calmar el enojo de ese niño, que muchas veces irritado me dice “Y te voy a malograr el hígado” (Malógramelo nomás hijito, de algo nos tenemos que morir)




Buenas noches, mamis noctámbulas.

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Etiquetas: catarsis de mama