Hoy vengo a pedir tu opinión porque hay un tema que siguiendo mi instinto me trastorna y me parece una locura que haya quien gestione así los conflictos que tiene su hijo/a, pero por otro lado topo con un dicho africano que dice así:
“Para educar a un niño hace falta toda la tribu”
Mi conflicto interno sobre cómo gestionar conflictos.
Realmente me confunde pero ya he visto en varias ocasiones que parece ser lo más natural y aceptado del mundo que si tu hijo comienza un conflicto con la hija o el hijo de Fulanita, ésta tenga derecho a regañar a tu hijo. Hablo de madres porque en padres no lo he visto nunca.
Recalcar que por suerte no me ha pasado a mí ni a ninguno de mis hijos diréctamente, sino a personas próximas a mí. De haberme pasado no se cuál habría sido mi reacción pero creo que no permitiría que nadie agarrara a mi hijo para reñirle por su forma de actuar. Y no es sobreprotección, es protección contra lo que considero un acto violento y abusivo de un adulto a un niño ya que las veces que he sido testigo de esta situación los hijos de mis conocidas han sido sujetados por el brazo y obligados a tragarse un bodrio de charla justificando en una de las ocasiones una futura agresión con frases como: si otro día mi hijo te pega un puñetazo ya sabrás por qué…
No digo que mis hijos sean divinos y no discutan con sus amigos, pero puedo decir que pegarse con otros niños es algo que no hacen. Tener disputas, cruzar argumentos y defenderlos a gritos si ¡y qué gritos! pero en el momento en el que el conflicto dialéctico es insostenible y el otro niño/a decide pasar a las manos directamente vienen a mi y salen de la zona de conflicto. A veces vuelven llorando y les consuelo hablándoles de que cada uno tenemos una opinión que no siempre coincide. Y al que pega que lo relaje su madre, sin ofender.
Pero en estas situaciones de las que os hablo cuando los niños llegan a pegarse he visto ya varias madres que los separa, pregunta al suyo qué ha pasado, obviamente el niño o la niña niega su parte de culpa e inmediatamente después y llena de rabia agarra al niño con el que su hijo/a peleaba y le riñe delante de su madre.
En una de las ocasiones me acerqué a la madre de uno de los niños, al que le había caído una tremenda bronca por parte de una señora que no era su madre y le dije:
Yo no podría permitir que cualquiera que no soy yo regañe a mis hijos.
Y ella me contestó:
A ver si te crees que me ha hecho gracia.
No se si soy yo quien está equivocada pero si mi hijo entra en conflicto con algún compañero yo hablo con el mío sobre cómo ha actuado y espero que la otra madre hable con el suyo. No me da por enganchar de mala manera al hijo o hija de otra persona y echarle la bronca sobre como debe o no actuar.
Cuido a muchos niños de las edades de mis hijos por las tardes hasta que sus padres salen del trabajo y no me sale echarles el sermón. Si tienen conflictos les llamo la atención, buscamos soluciones y si aún así pasan la tarde enfadados, insatisfechos o emperrados en seguir enfrentándose unos con otros cuando llega su madre a buscarles le cuento lo que ha ocurrido porque pienso que ella sabrá mejor que yo cómo lidiar con el carácter de su hijo/a.
Si Nosequién escupe a mi hijo en el parque, algo que le ofende mucho, por norma general mi hijo viene llorando a contármelo y le digo: “díselo a su mamá que está ahí.”
Pero ni por asomo sale de mí regañar a un niño que no es mío. Mi planteamiento en cuanto a este tema es que si yo no lo haría, ¿por qué otras madres lo hacen? ¿y por qué las madres de los niños a los que regaña una extraña no se niegan a esa situación?
Creo que lo más lógico sería que cada madre se ocupe de su hijo para hacerle ver lo que ha hecho.
Un día hablando con una de estas madres que tiene tendencias de ogro para con los hijos/as de los demás le dije que mis hijos estaban educados para evitar la violencia, a lo que me contestó que su hijo pega para defenderse y a ella le parece bien porque el colegio es una selva y tiene que saber defenderse.
Así que esta madre cuando surgen conflictos interpreta que su hijo siempre es la víctima y prefiere ridiculizar a niños de 4 años en lugar de enfrentar que su hijo ha pegado y pegar está mal. Así, tajante.
Fue complicado y supongo que una pérdida de tiempo, explicarle a una persona adulta este concepto:
La violencia es injustificada siempre. No hay víctimas ni verdugos sino un ir y venir del niño en ambos papeles, y eso para mí no tiene defensa. Cuando mis hijos se pegan, que lo hacen, sencillamente les digo que no se pega, me da igual quién ha comenzado, quien ha seguido o porqué lo hacen. Si un niño/a pega, al que ha recibido le entran ganas de responder del mismo modo, y si devuelve el golpe recibirá otro golpe del otro y así hasta que los separes. Un sin sentido.
Y no pretendo juzgar a quienes tienen esta forma de criar, cada cual es cada cual pero es difícil contar esto sin que parezca juzgarles porque no estoy nada de acuerdo en que apliquen la “educación” de sus hijos a niños/as que no son suyos.
Aunque parezca que tengo una postura clara, siento que puedo equivocarme al posicionarme en este tema y quizá esté bien que otras personas eduquen (que no regañen) a los hijos de los demás tal y como dice el refrán.
Pero puntualizo: educar, no regañar. Y educar para mí es hablar con el niño si se da la necesidad aunque como he dicho yo no lo haría. Educar para mí es aportar en positivo y si el modo en el que aportas es haciendo sentir mal a ese niño… no estás portando nada.
Si que pienso que la educación es cosa de la tribu, interpretándolo en cuanto a que el conjunto de la sociedad y sus actos son el modelo que nuestros hijos reciben, lo cual me lleva a pensar de nuevo que no hago mal al decir que esta madre no debería reaccionar así con los hijos de las demás, básicamente porque su modo de actuar puede ser modelo a imitar por los niños en el futuro.
Entiendo que el mundo es salvaje, creo que todos lo sabemos pero si algo es hostil, no deberíamos seguir la corriente y preparar niños agresivos que sepan vivir en un mundo salvaje sino más bien deberíamos preparar niños que cambien a mejor ese carácter salvaje, que destruyan lo que hay de feo y lo transformen en algo grande, que den un giro al mundo, un giro a mejor.
A veces mis hijos pecan de no saber defenderse de las agresiones pero porque no les he preparado para un mundo salvaje sino para que cambien el mundo no siguiendo la corriente de actos violentos. Aún así responde todo a mi modo personal de ver el mundo y cada cual tiene su enfoque.
Todo esto en mi postura de madre, como educadora es otra historia y no queda más remedio que mediar en los conflictos pero mi forma de mediar no pasa por regañinas ni castigos. Evito en la medida de lo posible hacerlo con mis hijos, no lo haría con mis alumnos. Nos sentaríamos y hablaríamos sobre lo que ha pasado y si ha llegado a haber violencia el mensaje que daría sería bastante claro: no es necesario llegar a las manos.
Y no digo con esto que de vez en cuando no regañe a los niños, claro que sí, soy humana, pero trabajo por reducir las broncas y los gritos aunque es complicado y hay momentos en los que me sale de dentro la bruja, como dicen mis hijos.
No se qué pensarás en cuanto a esto, pero me interesa para tener más puntos de vista. Así que si tienes una opinión o una posición en cuanto al tema házmelo saber en los comentarios o en las redes sociales. Estaré encantada de leerte.
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