¿Cómo viven los niños el divorcio?
Durante el proceso de separación surge un clima emocionalmente delicado en el hogar, aparecen una serie de conflictos, afloran emociones, culpas, resentimientos entre los cónyuges, quienes de alguna manera son la parte afectada. En esta transición en ocasiones se deja de lado a los hijos, algunos padres piensan que al ser aún pequeños no perciben la situación. Todo lo contrario, los niños viven el divorcio de una manera muy diferente a la que experimentan los padres. A continuación algunas consecuencias de lo que acarrea consigo una separación.
Se pueden presentar conductas regresivas en el niño como: orinarse en el pantalón, miedo a dormir solo, empezar a hablar como bebe y no querer comer solo.
Surgen emociones como: la depresión por el separación, en los más pequeños el miedo a quedarse solos y ser abandonados, la culpa al pensar que su padre o madre se va por algo malo que hizo el niño, el enojo ante la partida, la preocupación al rechazo y la ansiedad.
La ausencia de los padres puede ocasionar problemas de conducta como la agresividad, hiperactividad o impulsividad.
El rendimiento académico se ve afectado.
Tienen la esperanza de que sus padres puedan volver a juntarse, esa idea en ocasiones puede llevarlos a intentar manipular la situación y a idealizarla para unirlos .
Los adolecentes, desarrollan relaciones conflictivas con sus padres, miedo a la soledad, depresión, culpabilidad, problemas de alcohol y drogas, dificultad para entablar relaciones sociales y un comportamiento anti social.
¿Qué no debo hacer?
No Discutas delante de tu hijo, evita exponerlo durante los conflictos.
No intentes ganarte a tu hijo o tenerlo como aliado con regalos y dinero.
No hables mal de su padre o madre. Eso solo le generaría aún más conflictos.
No lo uses como mensajero o espía.
No lo involucres en las peleas.
¿Qué hacer?
Reasegúrale tu afecto, déjale en claro que siempre estarás allí para cuando te necesite.
Conversa con tu hijo y explícale el tema del divorcio a su nivel de una manera clara y sincera.
Ponlo al tanto de los nuevos cambios de la rutina del hogar.
Establece un vínculo de relación y cooperación con tu ex cónyuge para la buena educación de su hijo.
Pacta un acuerdo y compromiso sobre las normas, límites y posibles castigos, para no generar contradicciones y desautorizar a quien imparte la disciplina. Ambas partes deberán ser coherentes y equitativas.
Un proceso de separación es una situación difícil de afrontar para los padres por la carga emocional que este involucra, seria prudente buscar un acompañamiento psicológico tanto para los padres como para los hijos quienes también sufren a consecuencia de este conflicto. De esta manera se podría velar por el bienestar y el desarrollo saludable de los niños.
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