Mucho se comenta sobre la Lactancia Materna, algunos afirman que es necesaria sólo hasta los primeros 6 meses de vida, otros piensan que es suficiente amamantar al bebé hasta el primer año y hay quiénes incluso defienden una lactancia a libre demanda hasta pasados los dos años. ¿Qué hay de cierto en todo esto? ¿Por qué es tan importante que un bebé lacte? Si estás pensando en destetar a tu bebé éste artículo es para ti.
Según la OMS, la lactancia materna debe ser exclusiva hasta los 6 meses y debería prolongarse hasta los dos años del bebé. Porque es la mejor manera de asegurar la salud y la supervivencia de los niños.
Sólidas bases científicas demuestran que la lactancia materna es beneficiosa para el niño y la madre:
Promueve el desarrollo sensorial y cognitivo.
Proporciona toda la energía y los nutrientes que el niño necesita durante los primeros meses y continúa aportando la mitad de necesidades nutricionales durante la segunda mitad del primer año y hasta un tercio el segundo año.
La leche, es el alimento natural del niño, reduce la mortalidad infantil, protege y previene al bebé de enfermedades infecciosas y crónicas como: resfríos, bronquitis, otitis, meningitis, infecciones de orina, diarrea, neumonía, colesterol, obesidad, diabetes tipo 2, asma, alergia, colitis ulcerosa. Además tiene beneficios sanitarios que llegan hasta edad adulta.
Favorece la pronta recuperación en caso de enfermedad.
¿Cómo se beneficia la madre:
Ayuda a recuperar el peso anterior al del embarazo.
Ayuda a espaciar los embarazos.
Disminuye el riesgo de tener osteoporosis, hipertensión, depresión post parto, cáncer ovárico y mamario.
La lactancia materna, funciona a libre demanda, sin restricciones en cuanto a frecuencia y ración de las tomas. Ya que no solo calma el hambre sino también la sed.
Amamantar, es el proceso más sencillo y natural para alimentar al bebé. Madre e hijo se fusionan piel con piel, trasmitiéndose el uno al otro, miradas cargadas de afecto, emoción y satisfacción. Es un intercambio de posturas, un diálogo cargado de complicidad e intimidad, donde el más pequeño se construye del otro, en el otro y con el otro. Es simplemente un sublime acto de amor.
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