Por ello, la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que los recién nacidos sean alimentados exclusivamente con leche materna hasta los seis meses de vida, pues aportará numerosos beneficios para el bebé, y también para la mamá ya que es uno de los momentos más gratificantes y hermosos.
La leche materna tiene una composición perfecta adaptada al niño:
- va cambiando a medida que el niño va creciendo
- la leche que inicialmente produce el pecho materno se denomina calostro,
rico en proteínas y anticuerpos
- tras unos días aparece la leche de transición o lo que denominamos
"la subida" donde los pechos se hinchan y se endurecen
- para pasar posteriormente a la secreción de leche definitiva
- se modifica a lo largo del día
- incluso su composición cambia entre el principio y el final de la toma. Todas abremos
escuchado alguna vez, que al principio de la toma la leche se compone principalmente
de azúcares y es al final cuando su composición es más grasa y que le saciará más.
Pero después de la teoria, lo que realmente preocupa a las mamás o futuras mamás es, ¿con qué frecuencia tengo que dar el pecho? ¿cuándo sé si ha acabado de comer? entre otras cuestiones.
Pues vamos por partes, al recién nacido se le debe dar el pecho cuando lo pide, es decir a demanda. No hay que seguir un horario sin variaciones ya que no venimos a este mundo con un reloj, a veces puede que pasen unas tres horas y otras que a la hora y media ya tenga hambre. No hay que alarmarse por esto aunque muchas veces crea bastante ansiedad para la madre (y lo digo desde mi experiencia). Es el bebé el que irá regulando su horario de tomas y con el tiempo todo será mucho más llevadero.
Una manera de saber si el bebé está tomando la leche que necesita será a partir de su peso, también si moja el pañal entre 6-8 veces al día, si se queda tranquilo después de la toma...
Por otra parte, dar el pecho lleva su tiempo y la preocupación de si ha vaciado o no el pecho, de cuando lo debo pasar al otro y si habrá comido la parte grasa de la leche, también crea ansiedad en la mamá. Normalmente sabremos si ha acabado el pecho cuando este esté más ligero o cuando el bebé deje de succionar, aunque a veces puede que haga pausas para descansar. Mi recomendación es de no alarmarse y, ofrecer un pecho, una vez haya dejado de succionar (suelen tardar unos 10-15 minutos si todo va bien) hacerles expulsar el aire tragado, y colocarlo en el otro pecho. No siempre acaban de tomar el segundo pecho, porque se duerman o simplemente no tengan más hambre, entonces en la siguiente toma empezaremos por este último. Y así, seguir el ritmo que marquen.
La teoria también nos dice que hasta la introducción del primer alimento nuevo, el número de tomas de pecho son:
5 tomas diarias + 1 ó 2 tomas nocturnas
pero como os he dicho no hay que preocuparse si el bebé hace más tomas siempre y cuando su peso vaya aumentando correctamente.
Desde aquí animo a las futuras mamás a darles a sus hijos lactancia materna, pues es una experiencia muy bonita y gratificante a parte de ser muy beneficiosa para la salud del bebé.
Hasta la próxima!!!