Existen muchas formas y estrategias para calmar a un bebé, sin embargo considero que las que te presento a continuación podrían ayudarte a calmarlo sin que llegues a desesperarte y recurras a métodos y prácticas que van en contra de su integridad física y emocional.
Tener una buena actitud frente al llanto, ser consiente que el bebé llora para comunicarnos algo. Trata de relajarte y sé consecuente con el amor que sientes por tu bebé.
No intentes parar el llanto bajo ningún concepto. Es el bebé quien debe encontrar sus propios mecanismos de autorregulación.
Coge a tu bebé en brazos y siéntate en un lugar confortable. Sostenlo con calma, sin mecerlo ni distraerlo, y no apartes tu mirada comprensiva de sus ojos.
Acompaña el llanto y el sentimiento del bebé desde donde él lo permita. Háblale suavemente. Puedes decirle: “te quiero”…”estoy escuchándote”… “puedes llorar tranquilamente en mis brazos”… “yo estaré aquí para acompañarte”. Déjale saber con palabras, aunque no te entienda, que quieres ayudarle a sentirse mejor.
Desterrar palabras o frases como “no se llora”, “no es para tanto”, o el clásico “shhhh”.
Observa tus propias emociones. Su llanto hará vibrar tu propio llanto reprimido. Si necesitas llorar, hazlo. Dile que estás triste también.
Toca sus brazos o su frente con ternura para reasegurarle de tu presencia física, intentando no distraerlo de su llanto.
Continúa sosteniendo a tu bebé atentamente hasta que espontáneamente deje de llorar.
No recurrir al chupete como un tapón.
Ten en cuenta que cada bebé es diferente y único, lo que a uno le ayuda puede que a otro no le agrade. Es importante estar atentos a sus reacciones para encontrar las estrategias la que mejor se adapten a tu bebé.
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