Rabietas ¿Por qué se producen ? es el primer artículo de una serie de varios donde abordaré el tema de la rabietas desde mi doble vertiente, es decir como madre y como psicóloga infantil.
Como madre de un niño de ya 10 años y de otro de 7 me he encontrado en diversidad de ocasiones envuelta por alguna rabieta de mis hijos. Por eso, porque sé por lo que estás pasando y la frustración que te produce cuando tu hijo entra en alguna de sus tan temidas rabietas, intentaré darte la claves de por qué se producen y si, como padres, podemos evitarlas o prevenirlas.
Ya lo sabrás, por propia experiencia, las rabietas se producen en plena calle, en el parque, en el súper,… no importa: el niño quiere algo y lo quiere ¡ya! Empieza el espectáculo.
Esta podría ser la descripción que hace cualquier madre sobre la rabieta de su hijo:
Mi hijo llora, se tira por el suelo, grita,… me llama tonta, caca, ya no te quiero y…. todo lo que se le ocurre.
Así es, una de las temidas rabietas que cualquier hijo de vecino tiene o tendrá. Pero ¡Calma! Ante todo calma. Cuando estamos viviendo un episodio de como este hemos de intentar no perder los papeles ante la pataleta del niño. Y tener mucha pero que mucha paciencia.
Rabietas ¿Por qué se producen?
Primero, y antes de abordar qué hacer, debemos saber que :
tales conductas son habituales en niños de 2 a 4 años.
Las crisis de oposicionismo con sus “no”, los “mío, mío” y las rabietas son la expresión de su yo naciente y la necesidad de afirmar su propia individualidad.
Es muy común que los niños de entre 2 y 4 años recurran a los berrinches para conseguir aquello que quieren.
Se debe, principalmente, a que en estas edades los niños aún no tienen la capacidad suficiente para expresar con palabras aquello que pretenden o necesitan. Por ello, recurren a las pataletas. No son capaces de tolerar la frustración y les resulta complicado comprender que no pueden tener siempre lo que quieren.
Tampoco son capaces de verbalizar lo que desean, por lo que el resultado es la fórmula ideal para que tenga lugar la pataleta, berrinche o rabieta. En esos momentos los niños solo piensan en la rabia que tienen. Incluso puede habérseles olvidado el motivo por el que se inició su enfado.
Pero si algo está claro a esta edad es que, aunque no sepan muy bien lo que quieren, seguramente será lo contrario de lo que tienen. ¿Quién no ha escuchado de boca de su hijo “¡Yo no quiero “esto”, yo quiero “aquello”!”?
¿Quién no se ha desconcertado cuando su hijo que estaba aparentemente tranquilo, de golpe, como si alguien hubiera apretado algún resorte en su cabecita, explota de rabia? Y claro, nos preguntamos ¿y ahora qué pasa?
Rabietas ¿Podemos prevenirlas?
La respuesta es sí y no. Me explico. Estas son algunas claves para prevenirlas.
Los niños se portan mejor cuando duermen todo lo que necesitan y comen bien.
Es indispensable que los niños tengan y sigan una rutina marcada, con horarios fijos para dormir y comer.
También puede ser muy útil explicarles de antemano sobre algo que va a ocurrir, que sepa qué se espera de él.
Otras opciones, como dar la oportunidad a los niños de tomar pequeñas decisiones o felicitarles cuando se porten bien, pueden prevenir futuros berrinches.
Pero cuando las rabietas son inevitables, es imprescindible que guardemos la calma y no perder la paciencia (algo más fácil de decir que de hacer, lo sé por partida doble).
Intentemos descubrir qué es lo que quiere nuestro hijo, pero evitemos que se salga con la suya si sólo intenta llamar la atención.
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Artículo revisado y actualizado en noviembre de 2018, primera redacción Marzo de 2012.