Continuando con el post anterior, donde abría el melón de si es posible teletrabajar (bien) con hijxs, hoy quiero compartir algunos consejos propios (y algún otro ajeno) para hacer más fácil el tema.
Antes de nada, ten presente que todos estos consejos no son ninguna verdad absoluta, que la situación de cada uno es personal, y la edad de tus hijxs influye mucho en cómo puedes vivir esta experiencia. Dicho esto, si te animas a incorporar o a probar cualquiera de ellos, y quieres compartir tu experiencia, estaré encantada de leerte.
Vayamos al grano...
Lo primero que pienso es que no es posible teletrabajar BIEN con hijos delante, especialmente si son pequeñxs. Por muchos motivos, principalmente porque requieren más o menos atención y son una fuente de interrupción (dicho desde el cariño, ¡por supuesto!)
Por tanto, mi primer consejo siempre es el mismo: si tienes la posibilidad, procura que otra persona atienda a tus hijxs durante ese rato que vayas a dedicar al trabajo. Si ambas partes de la pareja estáis teletrabajando, y tenéis posibilidad de flexibilizar el horario, podéis establecer turnos de trabajo.
En ese caso, el proceso resulta bastante más sencillo, pues tienes la tranquilidad de que durante ese espacio de tiempo, puedes centrarte en tu trabajo, y no en atender a lxs peques.
También puedes aprovechar espacios de tiempo que te pueda brindar la rutina de tu casa (por ejemplo, si tus hijxs se levantan tarde, o si duermen la siesta, puedes aprovechar esos momentos de calma para trabajar). Hay personas que deciden madrugar más, o trabajar al acostar a lxs niñxs. Aquí depende mucho de que tu trabajo te permita tener ese horario flexible o no, y de que tú quieras hacer ese esfuerzo o que trabajes bien a esas horas (en mi caso, soy más de madrugar, que de trasnochar). Conocer tus bioritmos ayuda a que puedas tomar esa decisión.
Además si tus hijxs son muy pequeños, una solución puede ser crear un espacio de juego seguro, cerca de ti (donde puedas ver qué hacen -obvio, nunca dejes a un bebé sin vigilancia-) como una mantita, o parque de juego que puedas montar en la misma sala.
Si tus hijx ya tienen edad para comprenderlo, habla con ellxs, especialmente si el paso al teletrabajo ha venido forzado por la pandemia, y es algo nuevo en casa. La mayoría de veces son más listxs de lo que pensamos y capaces de comprenderlo (salvo que sean aún muy pequeñxs). Hazles ver que, al igual que ellxs tienen que seguir estudiando (o tienen clases online), tu trabajo ahora se desarrolla desde casa, pero sigue siendo tu trabajo. Incluso, si tienen curiosidad por ello, puedes mostrarles un poco en qué consiste. Llega a acuerdos, si son más pequeñxs. Sobre todo, intenta dentro de lo que sea posible (sé que muchas veces no está en tus manos), que no todo tu día sea trabajar o estar delante del ordenador. Acuerda un horario donde se respete la tranquilidad, que se pueda trabajar, pero también un tiempo, después, para disfrutar juntos y divertirse. Como para desquitarse.
Si tienen teleclases, podéis establecer un espacio de trabajo conjunto, cada cuál en su ordenador o terminal. Si estás acostumbrada a trabajar en oficina con más personas, tener una conversación de fondo no te resultará extraño o molesto.
En cuanto a cómo prepararte para teletrabajar con hijos, te recomiendo tener en cuenta los siguientes puntos:
Elige un buen lugar para ponerte a trabajar. Busca un espacio que puedas trabajar con calidad y ergonomía, para proteger tu postura y evitar problemas físicos.
Arréglate. No te quedes en pijama, pero tampoco es necesario ponerte un traje completo (salvo que tengas videoconferencia en la que necesites vestir más formal, como una reunión con un cliente). Vamos, lo que viene siendo el arreglá pero informal de toda la vida. El hecho de darte una ducha, vestirte y arreglarte un mínimo, ya le dice a tu mente que se prepare para ponerse en marcha, que se active.
Deja la culpabilidad a un lado (y este lo pongo para que me sirva a mi como auto-consejo). No sé si te pasará igual con hijxs mayores, pero, aquí me tienes, madre primeriza, con niña de 2 años con una fase de apego bastante fuerte. Cada vez que me cierro en el despacho a trabajar, con ella por casa, tenemos un buen pollo montado. Lloros, gritos, y yo mientras con el corazoncito encogío, y la sensación de estar fallándole. Menos mal que el buen-padre nos hace razonar (a ambas), y ayuda a que me vuelva a centrar en mi tarea.
Rebaja tus expectativas. Si no tienes más remedio que trabajar con niñxs delante, estoy bastante segura de que tu capacidad de realizar tareas se reducirá. Por tanto, y para evitar una sensación constante de estrés y agobio, rebaja tus expectativas. Es decir, no plantees un día cargado de reuniones y terminando 20 tareas. Estar con niñxs pequeñxs en casa supone una fuente de más interrupciones, por lo que es más recomendable reducir tu lista de pendientes para el día y contar con más tiempo para realizarlas. No va a ser perfecto (y no es que quiera ir de negativa).
Para ello, determina bien las prioridades, qué tareas son urgentes, cuáles importantes y cuáles puedes reprogramar o delegar. De esta forma, sabrás en qué te debes centrar, cuando te pongas a trabajar.
Es recomendable conocer tus biorritmos, en qué momentos del día (o de tu jornada) realizas mejor tareas en las que necesitas el máximo de concentración o creatividad, y en qué momentos estás con menos energía, y puedes realizar tareas más mecánicas. Conociendo estos momentos de mayor concentración, puedes tratar de coordinarlos con los momentos de mayor tranquilidad en casa y con las tareas que requieran de esa concentración. Igualmente, en los momentos en que estés con menor energía o que te resulte más difícil centrarte, puedes tratar de hacerlos coincidir con esos momentos en que tienes que vigilar al peque, y tener preparada una lista de tareas sencillas, que no requieran de una gran concentración (por ejemplo, abrir el email)
Establece un sistema de gestión de todas tus tareas y proyectos (agenda, calendario, app de gestión de proyectos...). Centraliza toda la información en un sistema bien definido, para que siempre sepas dónde mirar y dónde registrar las nuevas tareas y acciones. Tu primera y última tarea de tu jornada laboral, debería ser revisar este sistema, para actualizar (marcar lo completado, añadir elementos) y tener previsto lo que realizarás al día siguiente.
Desconecta y descansa. Si trabajando en oficina es importante, teletrabajando es mucho más, ya que al estar en casa, es muy, pero que muy sencillo, alargar las horas de trabajo casi sin darte cuenta. Necesitas descansar para rendir en tu trabajo (una mente agotada no rinde igual), al igual que necesitas conciliar y mantener espacio y tiempo de calidad con tus hijxs y familia (¡y contigo misma!). Te lo mereces y es bueno para tu salud (física y mental). Realiza, si puede ser, alguna actividad física para contrarrestar un poco las largas horas sentada frente al ordenador.
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