Cada día parece el Día de la Marmota: todos los juguetes por el suelo, lápices que aparecen en cualquier esquina de la casa, peleas para que hagan los deberes, etc. ¿Te suena? Es la historia de muchas casas en las que hay niños pequeños y, sin embargo, darle la vuelta a esta situación es posible.
¿Cómo? Ayudándoles a tus hijos a que aprendan a organizarse mejor. Organizarse mejor para jugar y disfrutar, pero recoger al finalizar y de manera ordenada. Organizarse para que tenga tiempo para hacer los deberes, pero también para jugar, porque es esencial que los niños jueguen. Organizarse para colaborar en las tareas de casa que pueda hacer y sean acordes a su edad.
¿Quieres saber cómo? Sigue leyendo porque hoy te traemos 7 ideas para que, con paciencia, cariño y acompañamiento, logres que tus hijos entiendan la importancia de la organización, lo incluyan en su vida como una rutina y lo hagan con gusto, porque conocen los beneficios reales que tiene esto para ellos y los que le rodean.
Su opinión es importante
Muchas veces pensamos que por ser nuestros hijos, tenemos derecho a decidir por ellos que es lo que tienen o deben hacer, especialmente si hablamos de extraescolares o del orden en el que han de hacerse las cosas. Tanto en el primer caso como en el segundo, la opinión de tu hijo es importante y es realmente válida.En el caso de decidir qué tipo de actividades desea hacer, preséntale la oferta que tiene a su disposición. Explícale bien y de manera neutral, qué supone cada actividad y qué beneficios y obligaciones va a tener con cada una de ellas. Adáptalo, por supuesto, a su lenguaje. Él tendrá la capacidad de decidir qué es la que más le gustaría y por qué.
En caso de que se trate de hacer tareas del colegio o del hogar, acompáñale para explicarle cuál consideras tú que es el mejor orden y el motivo. Pregúntale si está de acuerdo y cuando lleguéis a una acuerdo, apóyale y acompáñale para que, poco a poco, lo incorpore a sus rutinas.
Conviértelo en rutinas y hazlas agradables
Las rutinas son una de las mejores opciones para que los niños incorporen hábitos a su vida, sin necesidad de que lo vean como una obligación. Pero para ello también es importante que, por un lado, entiendan el motivo por el que las hacen y, por otro, que les resulte agradable.Lavarse los dientes puede que les resulte costoso, pero si entienden que es para que tengan una buena salud bucodental, entonces no tendrán mayor problema. Tampoco si les acompaña una pasta de dientes que les agrade y un cepillo de dientes que les guste. Se trata de motivarles cuando son tareas que les resultan más incómodas.
Convierte el almacenaje en juguetes
Si una de las cosas que más les cuesta a tus hijos es recoger, que tengan espacios en los que dejar sus juguetes o sus libros y que les gusten, porque los ven como juguetes, esto ayudará a que recojan. En Deco&Kids tenemos algunas ideas para ti:Cajas de almacenaje: como las cajas en forma de Lego de diferentes tamaños, las cestas de almacenaje en forma de frutas o las cajas con dibujos que les gusten, como los dinosaurios.
Bolsas y sacos de almacenaje infantil: de manera que lo puedan recoger en un momento y todo en el mismo sitio y que, incluso, puedan llevárselo a una casa o a la calle, sin necesidad de andar buscando qué llevan o qué no llevan.
Maletitas y organizadores: de colores y dibujos agradables, como los animales que son uno de los tipos de imágenes que más les gusta a los niños para jugar y dejar volar su imaginación.
Acompáñales y sé ejemplo
Los niños aprenden por imitación, por lo que si ellos ven que tú haces algo, ellos también lo van a hacer. Por eso, si les decimos, por ejemplo, que tienen x tiempo para ver la tele, tú también tendrás que, por un lado, cumplir con ese tiempo y, sobre todo, no abusar tú de ver la televisión.Cuando se trata de tareas que tú no haces en casa, como por ejemplo, los deberes, acompáñales desde el inicio en esta rutina. No se trata de que les hagas los deberes, solo de que sepan que, si te necesitan, estás ahí y, sobre todo, que al principio tendrás tú que pedirle que lo hagan, pero si siempre lo hacen a la misma hora o si saben que cuando llegan a casa es lo primero que tienen que hacer, poco a poco conseguirás que lo hagan sin que tú tengas que decirles nada.
Despieza las tareas
A veces lo que les cuesta a los niños no son tanto las tareas en sí, sino la complejidad de las mismas. Esto no quiere decir que no estén preparados para llevarlos a cabo, sino que el proceso de aprender a hacer los pasos en el orden necesario, les cuesta más.¿La solución? Dividir las tareas en otras más pequeñas. Que vayan aprendiendo por fases, por pasos. De esta manera les resultará más sencillo coger esas rutinas y hacer las tareas. Por ejemplo, si lo que quieres es que cuando se quiten el pijama para ponerse la ropa, lleven el pijama a su cama para guardarlo y la muda la lleven a la lavadora, primero es importante que tengan adquirido el hábito de quitarse solos el pijama y vestirse y, después, que empiecen llevando una cosa y cuando ya veas que lo hacen, que incorporen la otra.
Paciencia, la clave para todo
Todos tenemos días malos, pero es importante tener paciencia con los niños. Ellos, igual que nosotros, tienen sus tiempos para procesar estas tareas. Al principio les costará mucho y luego, poco a poco, lo irán haciendo al ritmo esperado. No te desesperes hasta que esto no llegue. Intenta respirar en esos días en los que estás muy cansada y piensa que hay tiempo para todo.Organizarse es posible y tu peque lo va a conseguir con vuestra ayuda.