Hola amigas y amigos! hablaremos de un tema bastante importante para aquellas madres y padres que están en crianza ¿Crees que tu hijo se porta mal?. Hace ya unos meses descubrí que necesitaba dar un cambio y un nuevo enfoque a la relación que tenía con mis hijos. Algo no estaba funcionando bien, ninguno de los “métodos” que aplicaba conseguía que me sintiera bien con lo que hacía hasta que encontré la disciplina positiva.
Intentaba hacer las cosas como mejor podía, pero no conseguía tener conexión con ellos. Creía que mis hijos se portaban mal y descubrí que no es así. Mis hijos al igual que todos los niños no se portan mal porque sí, lo que hacen lo hacen por algún motivo como comprendí leyendo la serie de ¿por qué los niños se portan mal? del blog Criar sentir vivir. Cuando decidí que todo tenía que cambiar y que algo debía hacer para mejorar la relación que tenía con ellos, puedes leer aquí ese momento, empecé a adentrarme en el mundo de la disciplina positiva. En este “mundo” todo lo que encuentro me parece tan lógico y tan adecuado que se ha instaurado en mi vida de una forma natural. Tanto que lo que mi cuerpo me pide es escribir sobre ello y hacerlo llegar a todo el mundo. Ojalá a mi me hubiera llegado información de disciplina positiva hace mucho más tiempo.
El otro día mi amiga Nuria os contaba en este post a grandes rasgos lo que es disciplina positiva.
De lo primero que me di cuenta es de que no empatizaba con ellos. Es muy importante ver a través de sus ojos. Si lo haces, vas a evitar muchos conflictos. Cuando tu pequeño explota en medio de un centro comercial porque quiere irse a casa, o porque quiere montarse en ese cochecito tan chulo, o porque quiere que le compres algo, no lo hace por fastidiarte, lo hace por algún motivo y no porque se porte mal. No lo hace porque sea malo, no, lo hace porque es su forma de expresar. No sabe hacerlo de otra manera. No sólo son pequeños de tamaño, su cerebro también está desarrollando y no pueden tener la misma respuesta que tenemos los adultos cuando estamos cansados, cuando queremos algo y no podemos, o cuando no nos gusta algo. Pero esto como padres y adultos que somos nos cuesta verlo y la mayoría de las veces se toma un camino fácil….
Cuando un bebé llora recién nacido no lo hace para fastidiarte, lo hace porque es su forma de expresarse, no conoce otra. Lo más habitual es que no grites a un bebé por llorar, pero sin embargo cuando ese bebé ya tiene 2 o 3 años, lo haces cuando estás en ese centro comercial y él está tirado en el suelo pataleando. Es lo mismo, ¿por qué a ese bebé de 2 días no le gritas porque lleva 2 horas llorando, que no sabes por qué lo hace, y a ese niño de 3 años que llora tirado en el suelo le gritas y te lo llevas de malas maneras?. Sigue siendo igual de indefenso que ese bebé. ¿Consigues algo gritando o dándole un cachete?. Sí, es posible que sí, que en ese momento asustado por tu reacción deje de llorar y se levante del suelo. Pero, ¿seguro que lo que quieres es que lo haga por asustarse de ti que eres su madre o su padre?. Lo único que conseguimos así es enseñarle que las cosas se solucionan a gritos y por la fuerza, cosa que él que está aprendiendo lo verá como correcto y será lo que haga porque tu eres su principal referente.
Es verdad que a veces las situaciones así nos superan y la solución más rápida y sencilla que encontramos es esa. Es comprensible, yo he pasado muchas veces por ello, pero sé y lo vivo diariamente que poniéndome en su lugar, dándoles opciones, entendiendo que es lo que les hace sentirse así y dándoles amor, sobretodo amor, se puede salir de una rabieta sin necesidad de dar un cachete ni gritarle.
Las rabietas es uno de los temas que más locos nos vuelve a los padres pero que son más fáciles de manejar de lo que parece. Será un tema en el que profundizar en otro momento.
A los niños hay que darles amor, quererles, jugar con ellos y disfrutar de ellos. Pero qué nos pasa muchas veces que aunque creamos que es así, realmente no lo hacemos. Y ellos se dan cuenta. Quizás no se den cuenta de una manera consciente pero les hace actuar de forma que a nosotros no nos parece correcta. Por eso la importancia de empatizar con ellos y de ver a través de sus ojos y nos daremos cuenta que no se portan mal.
Entenderles, respetarles, darles opciones, no querer cambiarles, aceptarles como son, ayudarles, enseñarles y hacerles sentir importantes, son algunas de las cosas que puedes aplicar para conseguir que tanto tú como tu peque seáis mucho más felices.
Para cerrar el tema te dejo una pregunta que puedes hacerte ¿qué se consigue castigando o premiando a un niño?
Para la próxima os cuento lo que me ha enseñado la disciplina positiva sobre premios y castigos.
Nos vemos pronto....