Aprender a cómo combatir el sobre peso en los niños, ya que, muchos de nosotros poníamos el grito en el cielo al ver esas series norteamericanas donde aparecían jóvenes increíblemente obesos, pero lo cierto es que la globalización y la consiguiente proliferación y aceptación de la comida basura, ha desplazado a nuestra dieta mediterránea, haciendo que en la población española la tasa de obesidad en edades tempranas sea cada vez mayor.
Parece asombroso cómo estos pequeños pueden llegar a esos extremos, ya que se considera que los niños son activos por naturaleza y es con la edad cuando se manifiestan los problemas relacionados con el peso.
Sin duda, la alimentación en edades infantiles ha de ser lo más variada y equilibrada posible, pero no siempre es así. La bollería industrial, las hamburguesas y la cantidad de chucherías que ingieren es extremadamente peligrosa. Pero no basta con controlar lo que comen, porque muchas veces es casi imposible, sino que también hay que motivarles para que lleven a cabo algún tipo de ejercicio físico, que además les ayudará a relacionarse e influirá en su socialización más que una videoconsola.
Un ritmo imparable
Normalmente, los jóvenes son más activos que los adultos, ya que un niño sano, interesado en la actividad deportiva, siempre está en movimiento. Además, está demostrado que los infantes se recuperan de los esfuerzos con mayor rapidez. Es por esto que un niño necesita ejercitarse físicamente, a poder ser al aire libre, para gastar toda esa energía, de lo contrario su desarrollo no será el adecuado y sus habilidades motrices podrían no desarrollarse con total plenitud.Muchos son los niños que desarrollan algún tipo de actividad deportiva, y aunque la natación y otros deportes individuales sean muy necesarios, siempre son mejores los juegos en equipo ya que, además de favorecer su forma física, son una manera de enseñarle los valores de la amistad y del trabajo en grupo, y evidentemente mejorarán sus relaciones sociales, algo fundamental en su aprendizaje y formación como persona.
Que un niño tenga hábitos sedentarios, dedicando sus ratos de ocio a estar sentado delante del televisor o jugando con algún videojuego, hace que su calidad de vida se vea perjudicada. No sólo en el hecho de que pueda engordar por no quemar las calorías que consume, sino porque el no realizar deporte puede causar trastornos de concentración a la hora de estudiar y una consiguiente desmotivación.
En el lado opuesto están los niños hiperactivos y aquellos que participan en la alta competición. El exceso de ejercicio también puede llegar a ser muy perjudicial para su salud, ya que los músculos pueden desarrollarse de una manera que no concuerde con el crecimiento normal, al tiempo que existe un mayor riesgo de padecer lesiones frecuentes podría deformar su cuerpo.
Los más practicados
El deporte tradicionalmente siempre ha tenido una gran división entre sexos, y aunque es cierto que el fútbol sigue siendo el preferido de los niños y que las niñas se decantan por el ballet o la gimnasia rítmica, estas fronteras sexistas cada vez se están diluyendo más. Y lo mejor es la gran variedad para elegir, puesto que si al menor no le gusta un determinado ejercicio, podemos intentarlo con otro. La lista es amplísima y las características de cada uno también son muy variadas.Por mencionar algunos, los juegos de pelota en equipo como fútbol, baloncesto, balonmano y voleibol, son los más practicados. Pero es cierto que a veces se prefiere una actividad de tipo individual, como el atletismo, el ciclismo, la gimnasia y la natación, que están muy indicados por trabajar mejor la actividad física. No obstante, siempre se pueden combinar pequeñas dosis de ambas modalidades y mantener un equilibrio entre el esfuerzo personal y el juego con los compañeros.
Los deportes de rivalidad son muy beneficiosos porque enseñan al pequeño la importancia de ganar, al tiempo que aprende a encajar las derrotas. Pero si se entra en la alta competición hay que tener cuidado con el estrés que le pueda suponer y tener la absoluta certeza de que está preparado para afrontarlo. Los médicos recomiendan no hacerles competir hasta los diez años, ya que antes de esa edad los niños deben tomarse el deporte como un simple juego, sin presiones.
Una excesiva competitividad
En la cultura occidental es tristemente frecuente utilizar el deporte infantil como un método para ganar dinero, olvidando completamente que el deporte debe ayudar a los chavales a ser más saludables y a compartir experiencias con otros niños de su edad. La actitud competitiva y de tensión existente en el mundo deportivo universitario y profesional, se ha ido trasladando poco a poco al ámbito infantil.Por esto es muy importante que los padres tengan un papel activo ayudando al niño a desarrollar la honradez en la competición, ya que los pequeños trasladarán lo aprendido en sus juegos al resto de sus comportamientos.Los padres serán un apoyo fundamental para el conveniente desarrollo de la actividad deportiva de los niños y deberán prestar atención a sus hijos brindándoles apoyo emocional, colaborando y asistiendo a los eventos deportivos en los que participen, teniendo expectativas realistas sobre su capacidad y comportándose como espectador modelo y respetuoso.