Una idea generalizada es que tras con la maternidad, las horas de sueño varían considerablemente, tanto en calidad como en cantidad, sin embargo, durante el embarazo también ocurre este cambio.
Si va a ser tu primera vez en la maravillosa etapa del embarazo, y has notado que no logras conciliar el sueño como de costumbre antes de concebir a tu bebe, ten en cuenta que esto puede extenderse unos meses y como puedas ir acostumbrándote a ello. Nosotros te ayudaremos a conseguirlo.
¿Por qué durante el embarazo?
El malestar físico es el principal, y está relacionado al tamaño del feto, que a medida que va creciendo en el vientre materno pesa más. Crece más la placenta y el corazón de tu hijo late más rápido cada vez. Puesto que sentirás a tu bebé moverse y crecer dentro de ti la mayor parte del tiempo, esto tendrá un impacto directo en tu confort a la hora de dormir.
Las típicas posturas como la de dormir boca arriba o 'mirando hacia abajo', van a tener que ser sustituídas por la más cómoda para las embarazadas: dormir de costado o de lado. Aunque te parezca antinatural o forzada, es la más recomendada por los médicos. Toma nota.
Gran necesidad de orinar
Esto suele ser una característica de los primeros meses del embarazo. Está muy relacionada al tamaño y peso del feto, pues a medida que crece va presionando la vejiga y el útero se agranda lo que hace sentir ganas de orinar. Muchas veces sentirás deseos de ir rápidamente al baño y solo será una alarma falsa.
Falta de oxígeno y aumento de la presión sanguínea
Con el embarazo, el ritmo cardíaco crece, debido a la necesidad del corazón de bombear más cantidad de sangre. El proceso consiste en el envío de sangre al útero, para alimentar al feto y que su pequeño corazón comience tímidamente a latir y así enviar sangre a su cuerpo.Los calambres en el cuerpo
En los nueve meses de gestación, el cuerpo de la mujer segrega una sustancia llamada relaxina, que hace que ésta se prepare para el día del parto. El efecto que tiene en el cuerpo la relaxina es aumentar la elasticidad de las articulaciones por lo que podría traer consecuencias como lo es la inestabilidad de la mujer al estar de pie. Además, es frecuente que se den lesiones de espalda con mayor facilidad debido a esto.Un síntoma que suele ir acompañado del aflojamiento muscular son los dolores y calambres. Éstos suelen ser molestos y continuos, y aparecen a cualquier hora del día, sin necesidad de hacer grandes esfuerzos.
Dolor de estómago y acidez
Los procesos estomacales también cambian, haciendo que las digestiones sean más pesadas y provocando acidez en muchos casos. Por ello hay que cuidar la alimentación y, además de procurar comer de todo (lo que el médico nos permite).Hay que evitar las comidas pesadas antes de las horas de sueño, así como las bebidas gaseosas o la cafeína. A algunas mujeres les resulta muy confortable colocar un cojín o almohada entre las piernas o debajo del vientre, haciendo una función de 'protección' del bebé.
Consejos para dormir 'un poco mejor'
Una vez asumido que tus horas de descanso no serán tan beneficiosas y reconfortantes como cuando no estabas esperando un bebé, sí que puedes tener en cuenta una serie de pautas para estar algo más cómoda.
Como te decíamos, la alimentación será vital, o muy condicionante para dormir con 'calidad'.
-No realizar esfuerzos o ejercicio físico antes de dormir
-No tomar demasiado líquido. Si se tienen náuseas, el agua y un par de galletas o pan, pueden aliviar los síntomas.
-Controlar las rutinas de sueño. Es recomendable hacerlo siempre a la misma hora.
-El calcio es bueno para conciliar el sueño. Un vaso de leche caliente seguramente ayude a que vayas a dormir.
En principio, tomando en cuenta estas bases, tu calidad de vida no tiene por qué verse altamente perjudicada. El sueño es una parte muy importante de nuestra rutina. Sin él, no descansamos y por lo tanto, no estamos al cien por cien para afrontar el día. Si sigues estas pautas y no logras normalizarlos, puedes intentar asistiendo a clases de yoga o relajación pues son muy beneficiosas en este aspecto.