Para mí dormir bien es fundamental para poder afrontar el día, pero no suele ser así, y durante el embarazo empeoró. Y es que gran parte de las mujeres embarazadas tienen dificultades para dormir.
Normalmente suele ser peor durante la recta final del embarazo, cuando las patadas del bebé se sienten más fuertes, el parto está cerca y hay que levantarse varias veces para ir al baño durante la noche.
En mi caso, las molestias comenzaron muy pronto. Una de las cosas que cambiaron fue mi postura para dormir. Yo solía dormir hacia el lado izquierdo, mirando hacia la ventana, pero no sé por qué, me molestaba dormir así y mi cuerpo se sentía más cómodo durmiendo hacia el otro lado. Una amiga me dijo que eso era porque venía una niña en camino y, meses más tarde, nos confirmaron que así era.
Buscando una solución, para poder dormir mejor, me di cuenta de que si cenaba antes, siempre a la misma hora, y de forma más saludable y ligera, mejoraba un poco. Así que comencé a cenar a las 20 horas cada día y noté la diferencia.
Siempre he dejado el móvil fuera de la habitación, excepto cuando Monsieur Accidents viaja, que ahí si lo tengo todo el tiempo en la mesita de noche. Dejar de mirar el móvil una hora antes de ir a dormir ayuda a mejorar la calidad del sueño.
Durante el embarazo, fuimos más conscientes de que nos teníamos que relajar antes de dormir y el momento de lectura en la cama se hizo más frecuente.
Apagar las luces ayuda a regular el ritmo del sueño y a estar más descansados. Lo que yo no sabía es que ayuda a evitar una ingesta excesiva de alimentos. Siempre se aprende algo nuevo.
Los alimentos ricos en magnesio y triptófano también ayudan a regular los ciclos de sueño y vigilia. Algunos alimentos que son ricos en calcio y magnesio que puedes tomar antes de ir a dormir son: plátano, yogur pasteurizado con canela y jengibre espolvoreados, cuatro o cinco almendras, un puñado de pipas de calabaza o un pedazo de queso blanco pasteurizado.
Además, el magnesio ayuda a aliviar los calambres de las piernas, habituales en el embarazo, que sobre todo se sufren durante la noche.
Una buena hidratación es fundamental. Recuerdo que estaba todo el día tomando agua y seguía durante la noche. Las veces que he vomitado ha sido agua, pero mi cuerpo seguía pidiéndome más y más agua. Además, cada noche al acostarme Monsieur Accidents ponía el humificador con unas gotas de aceite esencial de lavanda para que me pudiera relajar.
La matrona me recomendó que, comprara una almohada que me ayudara a dormir bien durante el embarazo y que luego la pudiera seguir utilizando después del parto. Y estoy muy contenta con la compra porque realmente me ha servido durante el embarazo y desde que nació Ma Petit Chloé la ha estado utilizando ella. Al principio, para que la cuna no le resultara tan grande y se sintiera más recogida y cómoda; después, para ayudarle a sentarse; y, por último, cuando Monsieur Accidents nos deja a las dos en la cama, la pone en su lugar. Esta almohada pasaba de la cuna al parque, de nuestra cama a la cuna de viaje que tenemos en el salón y de vuelta a la cuna.
¿Cómo está siendo o ha sido tu sueño durante el embarazo? ¿Tienes o tenías algún truco para mejorarlo?
Recuerda que compartir tus experiencias con nosotros puede ayudarnos a todas.
Nos vemos en el siguiente post.