La llegada de un bebé al mundo supone para la madre un cambio radical en muchas vertientes no sólo en el aspecto físico, sino también en el psicológico y en su forma de vida. La preocupación de algunas mujeres por recuperar la línea lleva a depresiones y obsesiones que pueden ser evitadas de una forma muy sencilla. Desde Studio Pilates revelan que lo que más afecta a la mujer es la flacidez, sobre todo en la zona abdominal.
Lo esencial desde el principio es llevar una buena alimentación acompañada de la realización de ejercicio. Sin embargo, se debe comenzar cuando el médico indique que el útero ha vuelto a su tamaño normal ya que, según el tipo de parto que se haya tenido, se requerirá mayor o menor tiempo de recuperación.
Según Raúl Bravo Jiménez, fisioterapeuta, la vuelta del útero a su normalidad tras el parto es de 10 días aproximadamente y el sistema cardiovascular se normaliza a las dos o tres semanas si todo cursa con normalidad. La realización de gimnasia, salidas aeróbicas, masajes tonificantes o el uso de fajas son algunas de las opciones para recuperar la figura, aunque otras mujeres recurren a la cirugía estética.
Ejercicio y vida saludable
Tras el parto, algunas mujeres necesitan volver a recuperar el aspecto que tenían antes del embarazo para sentirse atractivas. El punto de partida es iniciar un régimen adecuado, con una dieta rica en vitaminas y proteínasSe debe aumentar la ingesta de líquidos a unos tres litros por día y tomar mucha fibra y fruta. Bravo afirma que las carnes rojas y los lácteos son alimentos que se necesitan con asiduidad pues en el posparto se requiere de gran cantidad de calcio y fósforo.
Poco a poco, se comenzará con ejercicios aeróbicos de manera suave para reducir peso, recuperar la fuerza física y la tonificación de los músculos. Un buen ejemplo es salir a pasear al aire libre unos 30 ó 40 minutos en terrenos llanos y sin cambios de ritmo, mejorando el sistema cardiovascular, la flexibilidad y estabilización de las articulaciones. Además, también disminuye los síntomas de la depresión posparto.
Pasados unos meses, la actividad física podrá comenzar a ser un poco más exhaustiva y se podrán realizar todo tipo de deportes con una intensidad progresiva. Alguno de éstos son la natación, el ciclismo, el patinaje, el yoga, Pilates, aeróbic o, simplemente, la puesta en práctica de una tabla de ejercicios en casa.
Lo principal es que se haga ejercicio varias veces por semana. El especialista señala que las zonas donde debemos prestar más atención son la zona perineal (músculos de la pelvis), el abdomen y los lumbares.
Sin embargo, es muy importante realizar una actividad que implique todo el cuerpo para que los sistemas internos (cardiovascular, respiratorio, renal, etc) vuelvan a la normalidad lo antes posible.
El desarrollo físico y mental
Pilates es un tipo de gimnasia que ayuda a desarrollar el cuerpo y la mente. Hace trabajar la movilidad articular, la flexibilidad y la tonicidad muscular. Además, es muy recomendada después del parto, debido a que es una actividad relajada que contiene gran variedad de ejercicios. No obstante, la zona que más se ejercita es la abdominal, mediante repeticiones cortas y constantes. Yolanda González, desde Studio Pilates, afirma que con Pilates, a través de ejercicios de 10 repeticiones, se consiguen mejores resultados que con la realización de abdominales de forma masiva.
Los ejercicios se pueden realizar en máquinas, suelo, etc. Además, sirve como método terapéutico y preventivo, ya que previene lesiones y mejora la resistencia y el entrenamiento. Especialistas de Studio Pilates afirman que es un tipo de gimnasia recomendada para todo tipo de personas en la que se realizan ejercicios físicos constantes y de respiración.
Masajes como terapia de recuperación
Los masajes también pueden resultar una buena terapia para la rehabilitación posparto. La falta de sueño, los cambios hormonales y las tareas con las que se encuentra la nueva madre pueden ir dañando su musculatura: contracturas cervicales, lumbares, agotamiento e irritación son algunos de los ejemplos más claros.
Existen distintas modalidades de masajes que se pueden aplicar como el circulatorio, que evita la aparición de varices y favorece al riego sanguíneo; los linfáticos, que se realizan en las extremidades y ayudan a evitar la retención de líquidos y a reducir grasa; y los descontracturales, que se realizan en casos de aparición de dolores musculares en zonas concretas.
El experto explica que los primeros son masajes rápidos, generales y con mucha fricción, los segundos son muy suaves y circulares, y la acción de los últimos dependerá del lugar donde se produzca el dolor y de las causas.
Los masajes aportan mucha vitalidad y energía, ayudando a prevenir enfermedades y reducir el estado constante de cansancio y ansiedad. Estas terapias unidas a una buena dieta y a la realización de deporte son las mejores pautas a seguir para conseguir una rápida recuperación física y mental.