En primer lugar es fundamental cuidar la alimentación. Es muy importante tomar alimentos con ácido fólico, como espárragos o naranjas, ya que esta vitamina es necesaria para la formación del sistema nervioso del feto. También hay que consumir alimentos ricos en calcio, pues favorece la formación de los huesos del bebé.
Es conveniente realizar algo de ejercicio físico moderado, como caminar, hacer yoga o natación. Esto resultará muy beneficioso tanto para la salud de la madre, como para la del bebé.
Debido a los cambios hormonales propios del embarazo las encías y los dientes pueden resentirse, por lo que durante esta etapa hay que prestar especial atención a la higiene bucal para garantizar la salud dental.
Evidentemente no es nada aconsejable fumar, ya que el uso del tabaco durante el embarazo puede disminuir el peso del feto al nacer. Tampoco se debe tomar alcohol, café ni medicamentos. Éstos últimos sólo en caso de que sean recetados por un médico.
Y por supuesto hay que someterse a exámenes prenatales y ecografías rutinarias para asegurarnos de que todo va bien, o por el contrario, para detectar cuanto antes posibles anomalías.