El embarazo es el período de tiempo comprendido entre la implantación del cigoto (de 12 a 16 días después de la fecundación) y el parto. Definiendo entonces a la gestación como los procesos fisiológicos que abarcan el desarrollo y el crecimiento del feto dentro del útero de la madre.
Normalmente, las mujeres se preocupan mucho cuando sospechan que están frente a un embrazo sólo con ciertas manifestaciones o cambios que comienzan a presentar; e incluso, muchas veces compran pruebas que se pueden realizar en casa para saber si están embarazadas o no; para el médico es distinto, ya que se vale de distintos métodos diagnósticos para saber si hay un embarazo establecido; es por esto que hay distintos enfoques en cuanto al diagnóstico de un embarazo, tomándose en cuenta los síntomas presuntivos de un embarazo, los signos y síntomas probables de un embarazo, y los métodos de certeza que demuestran la presencia de un feto.
Diagnóstico Presuntivo de embarazo:
Estos síntomas presuntivos, corresponden a manifestaciones que se comienzan a presentar a partir del segundo o tercer mes de embarazo; y que hacen presumir a la madre que está embarazada; se incluyen:
Náuseas: Esta es una manifestación común durante el embarazo y casi todas las mujeres las presentan durante la gestación; comenzando generalmente durante el primer mes de embarazo y continuando hasta las semanas 14 a 16 de gestación, en algunos casos se pueden presentar durante todo el embarazo.
Vómitos: También son muy comunes y son precedidos de náuseas.
Ambas manifestaciones son presuntivas de embarazo porque a pesar de que se presentan con normalidad durante el mismo, también se pueden presentar en otras situaciones, como por infecciones gastrointestinales, el uso de anticonceptivos orales, intoxicaciones alimentarias e incluso por factores emocionales.
Síntomas urinarios: Como la polaquiuria y la disuria, que se suelen presentar en el embarazo por las modificaciones fisiológicas que ocurren en este período, como lo es la compresión de la vejiga por el útero grávido. Son síntomas presuntivos porque la polaquiuria se puede observar en casos de diabetes mellitus y la disuria también se puede observar en infecciones urinarias no asociadas al embarazo, tumores pélvicos, entre otros.
Alteraciones del apetito: Estas pueden ser unas de las primeras manifestaciones que se presenten, incluso antes que las náuseas y vómitos; ya que durante el embarazo, la madre comienza a presentar rechazo a ciertos alimentos y preferencia por otros; además de que se comienzan a presentar los antojos.
Fatiga: Frecuente en los primeros meses de embarazo, debida al aumento de los niveles de progesterona; presentando la madre falta de energía para realizar su trabajo cotidiano, somnolencia y disminución de su capacidad física normal, además de que aumentan sus horas de sueño al día.
Aumento de la temperatura basal: Esto sólo lo pueden evidenciar aquellas mujeres que llevan un registro gráfico de su temperatura basal en casos de estar en tratamientos de infertilidad con el fin de saber cuándo es mejor intentar concebir un embarazo; siendo un signo presuntivo la elevación de la temperatura basal durante tres semanas luego de la ovulación; aunque esta elevación también se puede observar en infecciones, persistencia del cuerpo lúteo y en aquellas mujeres que están recibiendo tratamiento con progesterona.
Mamas: La congestión de las mamas y el aumento en su sensibilidad son un signo presuntivo precoz de embarazo; esto se debe a la elevada producción de hormonas.
Diagnóstico Probable de embarazo:
Estos aportan un alto nivel de probabilidad de embarazo, ya que representan signos y síntomas que son fundamentales de un embarazo; estos son:
Amenorrea: La causa más frecuente de amenorrea es el embarazo, por lo que se considera que toda mujer en edad fértil con vida sexual activa y que presenta amenorrea está embarazada hasta que se demuestre lo contrario, pero es sólo un signo probable de embarazo porque también se puede presentar en síndrome de ovario poliquístico, estrés, problemas emocionales, tumores de ovarios, desnutrición y anorexia nerviosa. Por el contrario, la presencia de sangrado a través de genitales no descarta un embarazo, ya que el mismo es muy frecuente durante la gestación.
Cambios vaginales y uterinos: Estos corresponden a ciertos signos que se presentan tanto en la vagina como en el útero de mujeres embarazadas:
1.- Vagina:
Aumenta de tamaño tanto en su longitud como en su anchura, esto con el objetivo de prepararse para el parto.
Aumenta el tejido elástico, para favorecer la distensión.
Hay aumento de las papilas, de las arrugas y de los pliegues.
Signo de Jacquemier-Chadwick: Es el color violeta que adquieren tanto la vagina como el cérvix, por aumento de la vascularización que se produce durante el embarazo.
2.- Útero: El cual sufre un agrandamiento por la estimulación de las hormonas propias del embarazo, aumentando sus dimensiones, su peso y su capacidad; sufriendo modificaciones en su situación según el tiempo de embarazo: Pelviano a los dos meses de embarazo; luego es abdominopelviano; arriba de la sínfisis de pubis a los tres meses de embarazo; umbilical a los cuatro meses y abdominotorácico a partir del sexto mes de embarazo.
Signo de Hegar: Ablandamiento del istmo uterino (porción que une el cuerpo uterino con el cuello), se presenta a partir de la sexta a octava semanas de embarazo.
Signo de Piskacek: Se percibe una prominencia en la trompa uterina en donde se encuentra implantado el feto cuando se explora el útero.
Signo de Noble-Budin: Se palpan los fondos de saco redondeados y turgentes, a partir de la octava semana de gestación.
3.- Cuello Uterino: El cual cambia de consistencia y color.
Signo de Goodell: Reblandecimiento del cuello uterino que se produce a partir de las semanas 5 ó 6 de embarazo.
Su situación también varía, ya que al inicio del embarazo está posterior pero cuando se acerca el parto, se vuelve central.
Pruebas de Laboratorio: La cual consiste en la detección de la gonadotropina coriónica humana, ya sea en sangre o en orina; mediante estudios que pueden ser cualitativos (positivo o negativo) o cuantitativos (cantidad de hormona presente). La gonadotropina coriónica humana tiene un papel sumamente importante en el embarazo, se comienza a producir seis días luego de la fecundación y mantiene el cuerpo lúteo que a su vez produce progesterona; esta hormona posee dos subunidades en su estructura, una alfa (que tiene similitudes con otras hormonas) y una beta (siendo esta la medida cuando se solicita una prueba de embarazo, ya que su estructura es distinta a otras hormonas, por lo que es más específica).
Esta prueba puede solicitarse siete u ocho días después de la fecundación y es mejor solicitar una determinación cuantitativa de subunidad beta de la hCG ya que aparte de ser específica, nos permite saber la cantidad de hormona presente que nos ayudaría a diferenciar un embarazo normal de uno molar por ejemplo. Su pico máximo se da en las semanas 8-12 con valores que van desde 50.000-150.000 mUI/cc.
Representa un método diagnóstico de sospecha, porque a pesar de tener una elevada sensibilidad, la especificidad no lo es tanto porque un aumento de la gonadotropina coriónica se puede observar en otras situaciones.
Diagnóstico de Certeza de embarazo:
También conocidos como diagnósticos positivos para un embarazo, incluyen métodos mediante los cuales se demuestra la presencia del producto de la concepción:
Ecografía: O ultrasonido, es el estudio más económico y accesible para certificar la presencia de un feto, es inocuo y puede detectar la presencia de un saco gestacional en la semana número 6, pero es recomendable que se certifique el embarazo luego de la semana 8 de gestación.
Presencia de latido cardíaco fetal: Lo normal es que se encuentre entre 120 y 160 latidos por minuto, debe ser regular y se puede detectar mediante:
Ultrasonido a las 6 semanas.
Doppler fetal a las 9 semanas.
Auscultación directa, entre las 19 a 20 semanas.
Percepción de movimientos fetales:
Por ultrasonido a partir de la semanas 7 u 8 de embarazo.
La madre refiere movimientos por parte de su bebé a partir de la semana 20.
Otros métodos: Que han quedado prácticamente en desuso por los efectos adversos que ocasionan, en vista de que son métodos invasivos, se incluyen la embrioscopia y la fetoscopia.
Como ya se mencionó anteriormente, existen muchos medios para diagnosticar un embarazo, algunos que orientan a la madre y otros a los médicos, lo mas aconsejable cuando sospeches de un embarazo es que acudas a un médico, que establecerá un diagnóstico definitivo y hará descarte de otras situaciones que pudieran asemejar un embarazo, como:
Quiste de ovario: Puede confundirse con un embarazo, ya que el útero puede aumentar de tamaño; pero no hay síntomas presuntivos (como la congestión mamaria) y no hay signos de sospecha (no se presentan cambios ni de vagina ni de útero).
Mioma: Se puede confundir con un útero grávido, suelen ser múltiples y tienen consistencia más dura, además de que no hay modificaciones gravídicas, se diferencia realizando una prueba de embarazo y una ecografía.
Hematometra: Se confunde con un embarazo porque la mujer presenta amenorrea, el útero aumenta de tamaño y además se presentan contracciones irregulares; se descarta con el interrogatorio y el examen físico.
Pesudociesis: O embarazo espurio, comúnmente conocido como embarazo psicológico, y aunque se pudiera pensar lo contrario, esto si existe, y consiste en que la mujer imagina estar embarazada, asociado a mujeres infértiles y en aquellas cuya menopausia esta cercana o cuando hay problemas con la pareja como una forma de retenerla. Se descarta un embarazo en estos casos porque a pesar de que la mujer presenta síntomas presuntivos, el útero es pequeño y no hay signos pélvicos de embarazo.
Otros: Como son el caso de la obesidad en conjunto con la menopausia; ya que si la mujer presenta amenorrea y aumento del perímetro abdominal asociado, lo primero que piensa es en un embarazo, pero no es así; no hay ningún síntoma presuntivo y menos algún signo sospechoso de embarazo.
La entrada Embarazo y cómo diagnosticarlo aparece primero en Mega Medico.