Después de muchos años esquivando y temiendo la pregunta “y los niños, ¿para cuándo?”, tu pareja y tú os habéis dado cuenta de que queréis tener vuestro primer hijo. Es vuestro primer gran proyecto común, en el que sólo participáis y tenéis decisión vosotros, que hasta el momento de conseguir el embarazo, probablemente será vuestro secreto. Os sentís preparados para ser padres y, a ser posible, queréis serlo ya.
Si sois previsores (o planificadores), tendréis una fecha fijada en la que comenzar la “búsqueda”. Probablemente, de cara a unos meses para ir mentalizandoos y preparando vuestros cuerpos y mentes para dar el gran salto. (O a lo mejor no, quizá os hayáis liado la manta a la cabeza y ya estáis buscando ampliar la familia.)
De cualquiera de las dos maneras, si un embarazo está en vuestros planes en un futuro próximo, lo más importante que podéis hacer es empezar a cuidaros ya. Especialmente la futura mamá, que es la que necesitará mayores reservas de vitaminas y minerales esenciales para gestar a un bebé sano. Pero que el futuro papá no se duerma en los laureles.
La mayoría de profesionales afirman que un embarazo no dura 9 meses, sino 12 (o incluso, más). Y es que los 3 meses previos a la concepción son igual o más importantes que los 9 siguientes, ya que vuestro estilo de vida y alimentación repercutiran en la creación de las dos células que se necesitan para conseguir un embarazo: los óvulos y los espermatozoides. Si los dos os cuidáis antes de empezar a buscar un bebé, mejoraréis vuestra fertilidad y conseguiréis un embarazo más rápido.
Quiero tener un bebé ¿Cómo nos preparamos?
Lo primero es acudir a una visita preconcepcional o haceros (los dos) un chequeo general. ¡Se necesitan dos personas para crear un bebé sano!
Si alguno de los dos está tomando medicación, especialmente la madre, hablad con vuestro médico para saber si es seguro durante la preconcepción o el embarazo.
Reducid o eliminad los vicios: hay innumerables estudios que explican los efectos negativos del alcohol y el tabaco (y resto de drogas) en el desarrollo del feto, y este consumo repercutirá en la salud del bebé durante su vida. Ahora es el mejor momento para ir abandonando estos malos hábitos. El café (y la cafeína) también es bueno que consideres beberlo en menores cantidades.
Haz ejercicio (pero con moderación). Si haces ejercicio normalmente, probablemente no tendrás problemas para continuar con su práctica (excepto en algunos casos que te indicará tu médico). Y si el ejercicio no lo ves desde que acabaste el colegio, es mejor que empieces ya: El Yoga y el Pilates te ayudarán a relajarte y a fortalecer los músculos para soportar el peso de la tripa.
Duerme más. El sueño, o mejor dicho, la falta de sueño, altera las hormonas y los ciclos de la mujer, por lo que intentar dormir entre 7 y 8 horas al día mejorará tu fertilidad.
Controla tu peso. Ya sea por exceso o por defecto, no estar en vuestro peso ideal puede repercutir en vuestra fertilidad. La grasa produce estrógenos, por lo que si tienes un exceso de células grasas estarás produciendo más estrógeno de lo que tu cuerpo necesita y creando un desajuste hormonal – y lo mismo pasa si no tienes suficiente grasa: que no estarás creando suficiente estrógeno para mantener tus niveles en un rango normal. En el hombre, el exceso de grasa convierte la testosterona (una hormona masculina) en estrógeno (una hormona femenina), y esto puede provocar una disminución de la calidad del esperma o bloquear por completo su producción. En ambos casos, la solución es tan sencilla como perder peso, pues con cada kilo perdido aumenta exponencialmente la fertilidad.
Mejorad vuestra dieta. Sois dos los que vais a concebir a un bebé, así que es importante que incluyáis en vuestro plan una dieta equilibrada que contenga nutrientes tan importantes como el calcio (y si optas por conseguir el calcio a través de lácteos, que estos sean enteros mejor que desnatados), el hierro, los ácidos grasos Omega 3, que consumáis más proteína proveniente de legumbres, frutos secos y semillas que de animales y más hidratos de carbono que provengan de alimentos integrales, frutas, verduras y legumbres mejor que de productos refinados.
Sé que en este punto se van a descolgar la mayoría de los futuros papás, y si tenéis un truco para que ellos se tomen un complejo vitamínico, contadnos cómo en un comentario Pero sí, los complejos vitamínicos para el período de preconcepción los tenéis en versión mujer y hombre. Si seguís una dieta equilibrada probablemente no tengáis excesivas carencias, pero es mejor ir sobre seguro y tomarse una cápsula al día para saber que estamos tomando las cantidades de ácido fólico y vitaminas esenciales que necesitamos para gestar un bebé.
Aprovechad estos meses previos para ir introduciendo poco a poco (o, si sois unos valientes, todos de golpe) estos cambios en vuestro estilo de vida y, cuando llegue el momento de empezar a buscar un bebé, sabréis que habéis hecho todo lo posible para que vuestro camino hacia la maternidad (y paternidad) sea mucho más rápido y sin baches.
Y, por supuesto, si ya estáis en plena búsqueda de un embarazo, también podéis ir haciendo estos cambios porque seguro que os ayudarán a que el positivo aparezca antes.
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