Los síntomas son variados, van desde desmotivación en general, poca energía, sentimientos de negatividad, apatía,... Algo interesante es que siempre se habla del estrés postvacacional como algo relacionado únicamente con los adultos, pero lo que los estudios sociales revelan año tras año es que los pequeños de la casa también padecen este trastorno. Hay sencillas técnicas que ayudan a alivianar este tipo de estrés del que gran cantidad de personas tienen interiorizado y no son conscientes de que lo padecen.
Para los papás lo mejor es realizar sencillos ejercicios de visualización de cómo será su situación cuando vuelva a su empleo (no olvidemos que las tareas domésticas es un trabajo también), y sustituir los elementos negativos por positivos, pensar en aquello que nos resulta gratificante y agradable de nuestras tareas, y pensar qué no nos agrada de nuestro entorno que podríamos cambiar.
Además de reflexionar sobre la vuelta al trabajo también hay que realizar esto sobre otros ámbitos de la vida diaria y, lo más importante, señalar las cosas que nos hacen sentir bien en nuestro día a día, valorar lo que tenemos. Una vez los papás son conscientes lo mejor es ponerse manos a la obra con los pequeños (y los no tan pequeños) de la casa, hablar con ellos sobre cómo será la vuelta a la escuela. La comunicación madre/padre con el hijo es muy importante, prácticamente vital para reducir el estrés que al pequeño le pueda surgir.
Y vosotros papás y mamás ¿qué pensáis? ¿Creéis importante trabajar por reducir el estrés en los pequeños o hay otras cosas más importantes?
Os dejo un pequeño vídeo con unos consejos para que la vuelta de las vacaciones sea más fácil.
M. Ángel Sevilla. Sociólogo y periodista.
sevillamayol@yahoo.es