Por ellas, por su amor inagotable, os paso éstas palabras del autor Juan Francisco Sáinz.. Se trata del fragmento de un relato llamado Ten cuidado, en el que un hijo reflexiona ante los sabios consejos de su madre.
(...) ''Si no tuviera tanta prisa al irme, seguramente me diría algo parecido a esto: Ten cuidado de la vida. Ten cuidado de enamorarte y no ser correspondido o de serlo y no saber amar. Ten cuidado de los golpes de la vida, que no te dejan cojo pero pesan al andar. Ten cuidado de miradas que engañan, de sonrisas que guardan rencores, de charlatanes que no saben de que hablan, ten cuidado.
Ten cuidado de amistades que se rompen cuando el amigo encuentra otra persona en quien cargar sus cosas, de parejas empalagosas. No te fíes de la gente de uniforme, no te vayas con quien no se quiera ir contigo. No seas tacaño en sonrisas, no te eduqué para que lo fueras.
Ten cuidado de llorar y no ser consolado, de juzgar si no quieres ser juzgado. Corre sólo por lo que valga la pena. Vuela si las piernas se quedan cortas para llegar. Ten cuidado de creer que el físico es importante y de esa gente que prefiere perder las horas ante el espejo y no ante los libros.
Rodéate de buena gente y sólo entonces, baja la guardia. Y entonces vuélcate con esa gente, escúchales, ayúdales y algún día tú serás parte de ellos y ellos parte de ti. Pero ten cuidado cuando elijas. Ten cuidado de elegir la carrera o forma de ganarte la vida que te agrade. No merece la pena ser rico en vida y pobre de espíritu...'''
¿Qué os parece este homenaje a la sabiduría de nuestras madres? ¿Hacéis de éstas máximas pautas para vuestra vida y la de vuestros hijos? ¿Os sentís así, ahora que sois madres 'más que hijas'?