Hace ya más de un año, si me hubieran preguntado, no habría dudado ni un segundo: no puedo, no tengo tiempo, tengo dos hijos, es que soy madre... Estas eran mis respuestas ante cualquier propuesta de ocio para mi. No hablamos de una excursión en familia o una noche en pareja, hablamos de algo solo para ti, un baño caliente, una hora de lectura en silencio, el silencio sin más... Jajaa alguna se debe estar tronchando al leer esto, "silencio sin más!! Sus hijos deben ser de otro planeta".
Pues ni mis hijos son de Marte, ni me he dado un golpe en la cabeza. Lo único que tenemos que hacer para tener esos momentos, es pedirlo. Oh!! Le habéis pedido alguna vez a alguien que se los lleve un rato para dedicártelo a ti? Yo si, y desde que lo hago, mi vida ha cambiado radicalmente.
Por alguna razón que desconozco, cuando nacieron mis hijos, asumí todas las responsabilidades de su cuidado. Y no me refiero al tiempo que estoy físicamente con ellos. Me refiero a reuniones del cole, compra de materiales, citas médicas... Por qué tengo que hacerlo yo si somos dos?
Así que un día sin más, le pregunté a mi marido "podrías ir a la reunión del cole del jueves?" Y él contestó sin más "claro, a qué hora es?" Ya está, así de sencillo, aplicación práctica de una actitud emprendedora. Un día fue la reunión, otro día comprar no sé qué material y al otro ya estaba pidiendo tiempo para mí, y todo ello me fue concedido sin más. Y digo concedido porque tuve que pedirlo, porque nunca antes lo había hecho y no formaba parte de nuestras rutinas, era la novedad. Con el tiempo, todo esto se ha normalizado y somos los dos los que pedimos tiempo de soledad, para relajarnos o para hacer algo de forma tranquila, sin constantes interrupciones.
Hasta mis hijos han aprendido que en la vida hay momentos para estar todos juntos y otros, en los que cada uno hace "sus cosas", las que sean, y nadie puede ser molestado en esos tiempos. Alguna puede preguntarse "qué extraño método habrá utilizado para lograrlo?", pues ninguno. Tan fácil como jugar un rato con mis hijos y después decirles "mamá ha jugado con vosotros un rato, y ahora toca el rato de los niños con los niños y mamá a sus cosas". Punto. No lo aprenden de un día para otro, comienzan siendo ratos muy cortos, pero a base de repetir un día y otro, poco a poco van entendiendo el significado de estas palabras y asumiendo que cada cosa tiene su momento. Igual que aprenden que hay momentos para jugar a superhéroes y otros para relajarse antes de dormir, aprenden que hay momentos de estar juntos y otros de hacer cosas por separado.
Qué os parecen los descubrimientos de hoy? Como poco son prácticos, no?
Un besote!!
Fotos: Sara González Carrasco