Se utiliza para detectar trastornos cromosómicos. Estos son los problemas que puedan existir en la estructura de los cromosomas de tu bebé, como el síndrome de Down, síndrome de Patau y el síndrome de Edwards y cientos de trastornos genéticos, incluyendo la enfermedad de células falciformes y la fibrosis quística. La amniocentesis no detecta todo tipo de anomalía, sin embargo. No se puede decir, por ejemplo, si su bebé tiene labio leporino y paladar hendido.
Por qué optar a una amniocentesis
Si tu ecografía muestra un problema con tu bebé, como un defecto en el corazón, lo que puede indicar una anomalía cromosómica.
Tienes uno o más familiares con un trastorno genético.
Tú o el padre de tu bebé, tienen algún riesgo de tener un hijo con una condición hereditaria, como la enfermedad de células falciformes.
Ha tenido un embarazo previo afectado por una anomalía genética.
Cuándo me puedo hacer la prueba
La amniocentesis se realiza generalmente en el segundo trimestre, a partir de 15 semanas. Cualquier anterior significa que hay menos líquido que rodea al bebé, y retirarlo puede causar un defecto de nacimiento llamado talipes. Demasiado pronto puede que no haya suficientes células en el líquido amniótico de tu bebé para analizar. Si deseas un diagnóstico más temprano, pregunta acerca de CVS.
Es inusual necesitar una amniocentesis en el tercer trimestre. Solo si se encuentra alguna anomalía durante un análisis posterior, o tienes demasiado líquido amniótico. La extracción del líquido amniótico en exceso puede hacer que se sienta más cómodo.
Qué riesgos se asocian con la amniocentesis
Saber cuáles son los riesgos es la máxima prioridad. No hay manera de obviar el hecho de que una amniocentesis es un procedimiento invasivo. Hay un pequeño riesgo, menos de uno de cada 1.000 mujeres tiene una infección grave u otras complicaciones.
Se estima que aproximadamente una de cada 100 mujeres experimenta un aborto involuntario como consecuencia directa de la amniocentesis. Averigua cuál es la tasa en tu hospital. La amniocentesis realizada en el tercer trimestre tiene un riesgo mucho menor de complicaciones y no está vinculada a un parto prematuro.
Si eres VIH positivo, existe un mayor riesgo de que el virus se transmite a tu bebé durante la amniocentesis. Por esta razón, es mejor evitar el procedimiento, en particular en el tercer trimestre.
Si todavía quieres seguir adelante entonces tendrás el tratamiento con terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) durante el procedimiento. Esto reduce el riesgo de transmisión a tu bebé.
Es natural preocuparse sobre hacerte una prueba durante el embarazo como una amniocentesis. Si tienes dudas lo mejor es hablar con tu médico, Él te dará un informe completo de los pros y los contras, y luego con tu pareja y toma la mejor decisión para ti y tú bebe.