Te lo comenté el martes ¿verdad? Mi vida está en un momento de cambio total y absoluto debido a una aventura alucinante a la que me he lanzado de cabeza.
Soy feliz. Me voy a la montaña. Como cuando dices: ¡yo me tiro al monte! Pero en serio y sin buscar huir de este loco mundo. Bueno, buscándolo sólo un poquito.
A mediados del mes pasado y como aparecido de la nada me topé en el facebook con un anuncio:
“La Pernía ofrece casa y trabajo a familias con hijos para evitar el cierre del colegio”
No os podéis imaginar la de veces que me he mirado y remirado estas opciones de repoblar sin atreverme nunca a dar el paso.
Y esta vez lo dí, sin demasiadas esperanzas pero lo dí y eso es lo importante.
“¡Me presento voluntaria!”
¡La aventura nos espera!
Hoy estoy a un solo día de coger el tren y plantarme en Palencia para comenzar mi nueva vida en la montaña.
Para mí es un sueño, una utopía, como decían mis padres cuando les contaba que de mayor viviría en el monte en una cabaña de madera y sólo tendría música, libros, un sofa cama y agua caliente.
Obviamente tendré más cosas que eso porque ese era mi sueño cuando aún no pensaba en tener hijos.
Ahora tengo mi casa que parece un almacén, lleno de cajas por todos los rincones. Una caja de ropa o bulto por persona, chorrocientas cajas de libros, una grande de cds y otra de dvds.
Y espero que haya agua caliente al llegar.
¿Pero a dónde vas?
A la Pernía, una zona preciosa en pleno parque natural de las montañas palentinas.
En concreto a San Salvador de Cantamuda, un pueblo con leyenda propia: La Venganza del Conde, y con una de las colegiatas más representativas del románico palentino.
Pssss, así sin que nos oigan los niños.
Si te fijas en algunas iglesias de Palencia, Burgos y el sur de Cantabria verás que sus estatuas son un tanto peculiares: se tocan los miembros o directamente te los muestran de forma muy visual, o hacen posturas muy sexys y un tanto complejas.
Como antiguamente la gente del pueblo llano no sabía leer, estas estatuas les dejaban bien claro lo que no debían hacer porque era pecado. Aunque igual les daban ideas, quien sabe.
Lo que más me encanta de esa montaña en concreto es que hay lobos y osos, cosa que a los ganaderos de la zona no les hace ni pizca de gracia.
Pero para mí esto y que nieve en invierno son las dos cosas que más me emocionan.
Hace que no veo nevar desde…desde que estaba embarazada de Julio y fuimos a Vallter a tirarnos con un trineo roto que encontramos y nos persiguieron los zombies.
¿Y la gente qué opina?
Pues hay de todo. Se podrían dividir en varios segmentos:
Aquellos que piensan que estamos locos y somos unos hippies. Que no es que estén muy desacertados, pero: “no estamos locos, que sabemos lo que queremos, vive tu vida, igual que si fuera un sueño de los que nunca se olvidan…” Si lo has leido cantando y con ganas de dar palmas, Ole!
Quienes opinan que vamos a durar cuatro meses en la montaña. Muy positivos, ellos.
Los que se mueren de envidia sana y nos desean lo mejor por ser tan valientes.
Los mejores: aquellos amigos que hemos hecho en Sant Pere y que nos desean lo mejor pero estaban deseando al mismo tiempo que no nos fueramos. Estos sentimientos encontrados desencadenan una reacción curiosa y que me encanta: ¡Ya tenemos donde ir de vacaciones!
Hay mucha gente del pueblo donde vivo ahora (Sant Pere Pescador) que me ha transmitido un mensaje genial: el pueblo pierde una persona valiosa.
Porque en este último año me he centrado en dar respuesta a los problemas de las madres y he trabajado duro porque pusieran en marcha el casal municipal, que llevaba dos años sin funcionar.
Las opciones para compaginar trabajo en verano y familia no eran demasiadas, más allá de un casal privado con el que muchas madres no estaban conforme.
El casal se puso en marcha gracias a las 100 firmas que recogimos y al esfuerzo del ayuntamiento y el Consell Esportiu de l’Alt Empordá. Luego tuve la suerte de poder trabajar en él con el grupo de peques, una experiencia genial.
Que una madre te cuente que su hija le hace sentarse en los bancos “a disfrutar de la naturaleza” gracias a tí, no tiene precio.
Además dejo un proyecto sin concluir en este pueblo, pero sé que entre unas cuantas madres rebeldes he sembrado una pequeña semilla que si se riega se convertirá en algo muy grande.
Entrevistas a la radio
Claro, para nosotros esto es un cambio muy grande, pero no eramos conscientes de la magnitud que tiene a nivel de la provincia de Palencia el que nosotros vayamos allí, hasta que nos empezaron a llamar de la radio.
A día de hoy llevo 3 entrevistas concedidas a diferentes emisoras de radio (Ser Palencia, Cope, Onda Cero)
En la primera me moría de vergüenza y no sabía muy bien qué responder.
Soy bastante extraña, cuando tengo que estar nerviosa porque mi vida da un tremendo giro, estoy tranquila y cuando me hacen una entrevista me pongo de los nervios y digo tonterías o me atasco en pensamientos poco claros.
Luego hay entrevistas y entrevistas, mientras unas emisoras son francas en sus preguntas y demuestran un verdadero interés, otras buscan algo de sensacionalismo y conflicto.
¿Cómo? Me preguntan que si estoy emocionada por mi incorporación al nuevo trabajo o que si hemos decidido ir allí por el trabajo. No es solo eso, es todo, es mucho más grande que un trabajo.
Para mí esto es mucho más que solo moverme por trabajo, es un sueño, es evitar que un pueblo envejezca, que un colegio cierre y es mi oportunidad de aportar todo lo que pueda a un pueblo al que ya quiero sin siquiera haberlo visto más allá de internet.
Sé que puede ser tremendamente injusto que en una comunidad con cifras altas de paro, ofrezcan una casa y un trabajo a alguien que viene de otra comunidad.
Pero la decisión no la he tomado yo en su totalidad.
De todas formas, de ser así, de sentar mal nuestra llegada, no sería la primera vez que me siento extranjera dentro de mi propio país, lo he vivido en Asturias y aquí en Cataluña, aunque más acentuado en Asturias. Todo se supera.
Pero bueno, ante los prejuicios de los demás yo poco puedo hacer. Puedo hacer algo con mis prejuicios que son los que controlo y lo que puedo hacer es sencillamente dejármelos aquí y viajar sin ellos.
Cuando vine a Cataluña me los traje conmigo y poco a poco fui confirmando algunos y desmintiendo otros.
Ahora quiero irme a descubrir con ojos inocentes de niña, a emocionarme, a esforzarme porque el pueblo sea conocido y no desaparezca y a disfrutar de la preciosa vista de un pueblo rodeado de montañas.
Esta soy yo, pero con un móvil en la mano y mi Instagram pareciendo el National Geographic.
Hablando de niños…
¿Cómo se lo han tomado mis hijos? Estupendamente, están deseando llegar al pueblito y eso de ir a un cole con 6 niños les llama mucho la atención.
Se les hace contradictorio tener que ir los dos a la misma clase ¿Sergio va a hacer P5? ¿Julio va a hacer 3º?
Estos niños son de adaptables como su madre, así que ya se acostumbrarán.
Otra cosa que me preguntan es si no me da cosilla eso de que haya niños de todas las edades.
Yo lo veo súper enriquecedor. Ahora mismo si le dices a Sergio, el mayor, que escriba una división, no sabrá hacerlo, no sabrá ni lo que es.
Pero si Fulanito, que va con él al cole del pueblito, está dando las divisiones, cuando llegue el momento de aprender a dividir al menos ya le sonará. “Ah, es aquello que hacía Fulanito el año pasado”
Los grandes se responsabilizan de los peques y los peques aprenden de los grandes, lo bueno y lo malo.
Este cambio de centro un poco precipitado es el motivo por el que no he escrito nada acerca de la vuelta al cole porque no tengo ni libros comprados ni nada de nada, vamos totalmente a ciegas. Que todo fluya.
SIIII, son todo expectativas, todo. De principio a fín.
Pero no quiero plantearme nada negativo.
Si empiezo a hacerlo terminaré con prejuicios absurdos pensando que me quemarán en el rollo jurísdiccional del siglo.XVI que hay en la plaza del pueblo, cual bruja por no profesar la religión católica.
Paso.
Bueno, gente, que me voy y no se hasta cuando podré volverme a pasar por el blog.
A ver si me trasladan rápido la linea y en cuanto vuelva a tener internet, te traigo un sorteo gracias a tres artesanas y creativas que he ido conociendo durante este año de blog.
¡Qué gran año!
.