Recientemente decidí llevar a mi bebé a natación. Cuando mi esposo y yo comentábamos acerca de cómo serían sus clases, en nuestros sueños lo imaginábamos nadando desde su primer clase. Gran y grata sorpresa me llevé cuando llevé a Mateo a su clase. No solo practicaban la natación de una manera muy sutil pero efectiva, sino que también aprendían a desarrollar, convivir, explorar su entorno y su cuerpo.
Un bebé no es capaz de aprender a nadar, en el sentido estricto de la palabra, ya que aún no posee la suficiente coordinación motora antes de los cinco o siete años. Las clases de matronatación son muy diferentes a lo que probablemente tienes pensado, y nacen de la idea de que tú bebé se desarrolló en un ambiente acuático dentro de tu vientre, por lo que puede desplazarse en ella de una manera natural y que lo hará sentir lleno de confort.
Cuanto más pequeño lleves a tu bebé a estas clases mayor es la probabilidad de que se desenvuelva de mejor manera en el agua. Lo ideal es que comiences a llevarlo entre los cuatro y los seis meses de edad para asegurarte de que tu bebé no se haya olvidado de estas sensaciones. Además de que notarás que no le tiene miedo al agua, (al contrario, se sentirá seguro en ella), también será capaz de explorar y adaptarse a este 'nuevo' medio en el que se desarrollará de la misma manera que en su ambiente del hogar.
El bebé siempre debe de estar acompañado durante las clases, y lo recomendable es que sea uno de los padres el que vaya a las clases para evitar preocupaciones y que se vuelva parte de esta nueva experiencia.
Ahora bien, debes de tener en cuenta ciertas precauciones para que tú bebé se pueda sentir plenamente seguro de sí y se sienta confiado al 100% durante su clase:
- Cuando entres a la alberca sujeta a tu hijo hasta que sienta el agua.
- Durante la clase siempre debes sostener a tu pequeño contra tu vientre.
- Coloca tus manos bajo sus axilas.
- Procura mantener la mirada de tu bebé y la tuya en contacto.
- Siempre infunde en él confianza, seguridad y amor.
- Evita sumergir a tu bebé si él no se encuentra listo aún, ya que mientras que él no se sienta con la confianza plena puedes generar miedo en tu pequeño.
- Procura siempre contar con todo el equipo necesario antes de ingresar con tú bebé a la alberca.
- Lleva una maleta contigo con: traje de baño, pañal especial para nadar, sandalias, gorras de natación.
Espero que tengas la posibilidad de llevar a tu bebé a clases de matronatación ya que además de estimularle lograrás crear una relación más estrecha con tu pequeñín. Disfruta cada momento con tu hijo porque el tiempo vuela. ¡Hasta la próxima!