Consecuencias del aislamiento
El desarrollo del lenguaje sufre cuando un niño está aislado de los demás. Esto afecta directamente a la capacidad del niño para comunicarse en situaciones sociales. El desarrollo normal del lenguaje comienza durante la infancia, cuando el bebé escucha los sonidos y las palabras de las personas que lo rodean. El infante se comunica a través del llanto, arrullos, riendo y luego por el balbuceo. Estos sonidos no son sin fin, ya que ayudan al infante juntar sonidos para formar palabras. En el aislamiento, sufre el aprendizaje, ya que el bebé no tiene cura o refuerzo de los demás. El niño aprende que si llora, luego sus padres vendrán a su atención.
Emociones
La inestabilidad emocional es muy común entre los niños aislados. Un niño puede tener miedo de una situación, si se trata de uno-a-uno o entre grupo de personas, pero esto es sólo una emoción que está cerca de la superficie. Otras emociones que se producen cuando un niño está aislado son la ansiedad, el estrés y la aprensión. Estas emociones básicas se pueden sumar para crear ataques de pánico, depresión y otros problemas.
Autoestima
Interacción con otros es imprescindible para desarrollar la auto-imagen saludable de un niño o la autoestima. Niños aislados no se sienten a gusto con los demás porque no tienen la capacidad de comunicarse y seguir las señales sociales. Ellos pueden sentir que no se ven lo suficientemente bueno para adaptarse a las normas sociales, creando así una autoimagen pobre.
Un niño que no tiene frecuentes oportunidades para interactuar con otros de su edad puede desarrollar una baja autoestima. Los niños aprenden sobre sí mismos haciendo amigo, sin embargo esto no quiere decir que cada día de juego será una experiencia positiva; a veces su pequeño puede sentirse excluido en el parque o pueden tener dificultades para hacer frente a un capricho de otro niño.
La falta de empatía
Un niño absorbe los valores de sus padres, pero la interacción social con otros niños le da la oportunidad de poner estos valores en acción. Un niño que nunca tiene la oportunidad de jugar con los demás puede no desarrollar la capacidad de empatizar con cómo se siente otra persona. Debe involucrar al niño en la interacción social, esto lo ayudara a relacionarse con los demás y comprender que ella no es la única persona en el mundo cuyos sentimientos importa.
Separación o ansiedad
Si un niño nunca se expone a nuevas personas o compañeros de juego, puede desarrollar la separación o ansiedad ante los extraños cuando se enfrenta a la salida del hogar. Una de las mejores formas de detener este tipo de ansiedad es la práctica. Presente su hijo a situaciones en las cuales requerirá interactuar con niños de su misma edad. Puede que se aferran a su pierna al principio, pero al final va a participar.