Desde hace varias décadas son muchos los estudios que han demostrado que los perros resultan altamente beneficiosos para los niños. Así que, adoptando unas normas básicas, tanto de higiene como de comportamiento, este tipo de mascota no tiene por qué resultar un peligro para tu hijo, sino todo lo contrario, puede convertirse en su fiel amigo y compañero de juegos.
Veamos de forma resumida cuánto puede aportar y enriquecer a un niño el vínculo que se crea entre éste y el animal doméstico por excelencia:
- Fomenta una serie de valores y sentimientos como el amor, el afecto, la lealtad, la empatía, el compañerismo, la sensibilidad, y la compasión.
- Al tratarse de animales tan afectivos, los peques se sentirán muy queridos por su mascota, lo cual favorecerá su autoestima.
- El perro necesita una serie de cuidados (salir a pasear, bañarles, darles de comer...). Gracias a estas tareas, los niños desarrollarán su sentido de la responsabilidad y se sentirán útiles.
- Favorece el ejercicio físico, y por consiguiente reduce la ibesidad infantil, ya que el niño dedicará más tiempo a jugar y a pasear con su perro.
- Los peques se sentirán acompañados en todo momento.
Pero para poder disfrutar de todos estos beneficios, es fundamental que el niño entienda desde el principio que el perro no es un juguete y que el perro aprenda cuál es su lugar en la familia, para evitar posibles celos.
¿Tenéis perro en casa? ¿En qué favorece éste a vuestros hijos? ¿Creéis que los perros y los niños son una buena o mala combinación?
Foto: El gran zoo