Cuando empecé con el blog hace ahora 6 meses llevaba un més leyendo sobre marketing online, sobre qué escribir para captar tráfico, sobre SEO… y hoy por hoy, sin descuidar estos aspectos no los considero prioritarios. Incluso el tráfico me la trae un poco al fresco, porque para mí este blog vale más que unas cifras, unos seguidores, o el dinero que le podría estar sacando y no le saco. Pero a lo que voy. Leyendo sobre cómo captar lectores, una de las claves era escribir artículos sobre cosas que debes o no hacer, en mi caso salió este artículo de maternidad prohibitiva:
12 Cosas que debes evitar decirle o hacerle a tus hijos.
Y ahora, 6 meses después y tras leer un montón de blogs de maternidad y educación casi a diario, me avergüenzo de cómo coordiné ese post, de como lo construí de modo imperativo. No lo borro porque mis errores me hacen crecer y verlo me indica qué dirección no debo tomar. Además es bastante personal para mí pues se basa en mi experiencia, pero está mal enunciado.
Nadie debería decir a ninguna madre o padre cómo debe o no debe criar a sus hijos. Nadie, ni imponer ni sugerir.
Cuando te encuentras ante la realidad de tu maternidad/paternidad ya tienes suficiente trabajo por delante para que la gente te ande confundiendo con su criterio a veces erróneo basado en que los bebés no saben lo que quieren o por el contrario en que son malévolos y te manipulan.
Merecemos una maternidad/paternidad en la que se respeten nuestras decisiones, no una maternidad/paternidad prohibitiva en la que se nos prive de tomar nuestras propias decisiones y cualquiera de nuestros actos sea tachado de incorrecto.
Sobre las madres y los padres recae una tarea muy gruesa que se lleva lo mejor posible: sacar adelante a quienes conformarán los adultos del futuro. Se dice pronto, el futuro está en nuestras manos, pero si a cada paso que das, a cada decisión que tomas en cuanto a tu hijo/a aparecen miles de piernas a ponerte la zancadilla, nuestra tarea que ya es complicada en sí misma se vuelve extremadamente insostenible.
Anti-niños
Últimamente leo muchos artículos en los que se culpa a los padres del comportamiento de sus hijos en lugares públicos como aviones o restaurantes. Hablo de este aunque no es el único.
¿Realmente somos culpables los padres del comportamiento de nuestros hijos? ¿No será quizá que el mundo no está preparado para ellos? Los adultos nos aburrimos en un viaje de 8 horas y los niños también y el avión o el tren no disponen de recursos para transportar niños y que disfruten del viaje, y el restaurante no está capacitado para acoger a los niños porque no les ofrece un lugar adaptado a ellos.
Más que culpar a los padres/madres de la actitud de los niños frente a un mundo de adultos, igual habría que empezar a pensar que los niños no son de adorno, que son personas y sienten y se aburren como tú y como yo.
Si yo, como ellos estuviera libre de los convencionalismos sociales y del qué dirán igual me expresaría armando un pollo en la cola del cajero porque llevo ahí una maldita hora y me aburro y me enfada tener que hacer eso a la fuerza.
Por esto mismo hay que empezar a aceptar que los niños se expresan fuera de estos convencionalismos, son libres y hay que respetar su libertad, porque nada les librará de perder la libertad de expresar lo que sienten cuando sean adultos.
Los padres y madres hacemos lo que podemos y consideramos lo mejor para nuestros hijos. Tratamos de enseñarles a gestionar sus emociones y ser educados en un ambiente que exige demasiado de nosotros y de ellos. Dentro de nuestra labor como padres y madres está el facilitarles experiencias sociales como acudir a un restaurante o viajar en transporte público. Su reacción no depende de la educación que le hayamos dado, depende exclusivamente de él y los factores que se den en el momento: aburrimiento, cansancio, malestar, enfado, hambre…igual que la tuya como adulto.
Entiendo la postura de quienes odian a los niños y sus voces y llantos, de verdad. Aunque me cuesta, lo entiendo, pero no lo comparto porque no es fructífero. Un mundo sin niños es un mundo acabado. ¿Acaso no disfrutaste de tu incivilizada infancia? ¿No te tirabas piedras con tus amigos? ¿No gritabas por las calles de tu pueblo a la hora de la siesta? ¿Y llamar a timbres y salir corriendo? ¿Alguien te quitó eso? ¿alguien te prohibió la entrada a algún lugar que no fuera una discoteca siendo menor?
Y seguro que siendo niño has ido a comidas familiares, bodas y la has liado en el restaurante, sea porque te apetecía correr, chinchar a tu primo lanzándole migas de pan, porque tenías hambre y tardaban en ponerte la comida o porque estabas agotado y te dió por llorar.
Eso en cuanto a los anti-niños que son también anti-madres/padres y para los que somos unos dejados incompetentes y para colmo idiotas. Raro es que de esta definición de paternidad/maternidad impuesta como verdadera ya desde un principio puedan surgir hijos “decentes”, con modales, que se sienten rectos a la mesa y conozcan todas las normas sociales que a menudo dependen más del límite de tolerancia personal de cada uno, que del conjunto de la sociedad.
Feminismo VS Maternidad
El otro ataque que he visto recientemente en este caso solo hacia la maternidad es el que viene del lado feminista, que considera que las madres estamos dejando de lado nuestro papel profesional para volcarnos en la crianza de nuestros hijos/as y puede ser, no le quito la razón, pero tampoco le veo lo malo.
Que los grupos feministas que buscaban en principio la liberación de la mujer, el poder de decisión y su incorporación en igualdad de condiciones al mundo laboral, critiquen la decisión de una mujer a priorizar la crianza y educación de sus hijos frente a tener una carrera profesional exitosa, ¿no es acaso contradictorio?
Después de todo se buscaba la libertad de decisión y esto no deja de ser una decisión, que para nada la ata o la limita. Quedándote en tu casa los primeros 3-6 años de tu hijo/a si te implicas en su educación estás favoreciendo el desarrollo global de este y aportándole unos valores que le serán vitales cuando se convierta en adulto. Como decía antes los niños son el futuro.
Y si se puede hacer, si como ocurre actualmente puedes compaginar un trabajo desde casa con la crianza de tu hijo ¿por qué no hacerlo? O si dispones de una jornada que te permite pasar más tiempo con ellos ¿Por qué no pasar tiempo con ellos? ¿Cuál es el problema? ¿Sugieren quizá que hay que ocupar nuestro tiempo de adultos y que los niños se críen solos como nos criamos muchos de nosotros? ¿O que sean los padres quienes los críen y renuncien a su trabajo para hacerlo? Porque esto ya es una realidad.
Más bien sugieren que si antes el sexo femenino estaba bajo el dominio de los hombres, ahora estamos a las órdenes de los niños.
Pero son niños, y nosotras madres. No es que nos debamos a ellos, es que dependen de nosotras. Tampoco hay que fliparse y hacer todo lo que tus hijos te exijan, pero con unas normas que salgan de tí y con respeto no encuentro de dónde puede surgir esa tiranía de los niños de la que tanto se habla.
Siempre es igual, los niños son Satán y en cuanto a nosotras, las madres hagamos lo que hagamos lo hacemos todo mal.
Si te quedas en casa con los niños estás a favor del patriarcado, defensora del machismo más acérrimo y retornas a comportamientos y roles casi cavernícolas o salvajes en los cuales el cuidado de tus crías es más importante que tu crecimiento personal y tu concepto de tí misma como mujer. Como si no fuera paralelo y complementario el crecimiento personal y la crianza de tus hijos/as. En fin. Gritemos todas ¡abajo los penes!¡qué críen los hombres! ¡y frieguen los platos! ¡y cambien pañales! ah no, que además de trabajar ya hacen todo esto…oh vaya.
Si haces vida social fuera de tu hogar, si viajas, si sales a restaurantes… que sea sin niños que molestan al resto del mundo, pero si los dejas con los abuelos, pobres abuelos que ya no están para estos trotes; si contratas una canguro, qué explotadora qué poco la pagas y sin hacerle contrato…mal mal; si los dejas solos…¡llamen a servicios sociales ya mismo!
Basta ya de maternidad/paternidad prohibitiva, de causar a los padres y las madres estrés y dolores de cabeza pensando “¿lo estaré haciendo bien?” Y que encima se vea como lo más natural del mundo y todo el mundo asienta cual perro cabezudo en el delantero del coche ante la frase: “no es culpa del niño, es culpa de los padres.” Pues no, no es culpa de nadie, cada cual reacciona ante las cosas como lo que es. Si eres un niño te expresas y reaccionas como un niño. Punto.
¿Sabes qué, madre/padre que me lees?
Haz lo que te diga tu instinto, da la teta, el biberón, colecha, déjale enviciarse con el chupete, depender de una mantita, lleva a tu hijo/a en carro, en fular, en brazos, llega tarde o temprano, déjales elegir la ropa o imponte, llévalos a guardería, quédate con ellos en casa, haz homeschooling, hazles responsables, deja que disfruten, trabaja o quédate en casa… hazlo a tu manera, de verdad. Solo tú conoces tu situación, tus posibilidades y solo tú puedes escuchar a tu instinto y saber qué necesitan tus hijos. Nadie más.
TOTAL. Hagas lo que hagas te van a criticar y lo hagas como lo hagas, siempre que ames a tus hijos/hijas (cosa que es casi imposible de no hacer) ellos y ellas van a crecer y se van a convertir en adultos y todo lo que les has dado lo van a valorar más tarde o más temprano.
Van a valorar si has estado en casa con ellos o si has trabajado duro para sacarlos adelante. TODO lo van a valorar porque eres su madre o su padre.
¿Acaso no valoras tú como adulta/o lo que tus padres hicieron por tí?
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