Como ya sabes tengo dos hijos, uno de 3 y otro de 5 años. Los dos han pasado por un periodo de alergias alimentarias. Con el pequeño lo tuvimos fácil: al menor síntoma nos fuimos a la alergóloga (privada eso sí) que llevaba el caso de su hermano y con tan solo 1 año de eliminación de alérgenos de su alimentación hubo suficiente para curarsela.
Con el mayor fue más complicado, y hasta casi los 3 años no pudo comer "de todo". Pero claro, también le diagnosticaron la alergia a los 9 meses ( así que su estomaguito estaba más tocado y el tiempo de restricción de alimentos fue mayor).
A las dos semanas de nacer mi peque, que empezó a llorar mucho unos 10 o 15 minutos después de comer. Si estaba durmiendo se despertaba de repente y podía pasar 1 hora por lo menos llorando. Empezó a pasar los días super inquieto, a devolver muchas veces después de comer, a pedir pecho pero a la vez quitarse de él como si le "quemara" la leche y chillar..... En el ambulatorio la enfermera y la doctora de cabecera me decían que era normal, que no pasaba nada. Yo me lo creí. Empecé a buscar en internet para averiguar que le podía estar pasando a mi peque.
Descubrí que lo que a él le pasaba podía ser síntoma de alergia alimentaria pero también de reflujo, pero como los vómitos no eran constantes (dependía de las tomas y de los días, según lo que yo comiera), yo descarté que fuera reflujo. Me quité la leche y sus derivados de mi dieta, y mi peque mejoró un poco pero tampoco mucho.
Volví a la pediatra a preguntarle sobre lo que había leído y que me orientara para saber que tipo de dieta tenía que hacer yo, pero justo la pediatra que me tocaba estaba de baja (nunca volvió de hecho) y me atendió una mujer muy..... muy......¡Cómo la hierbas! eso, la de "la que se avecina" (con todo el cariño y el respeto, eh...) ... y me dijo que no me preocupara tanto, que transmitía malas energías, que tenía que equilibrarme, "relax" me dijo... "te estás obsesionando y los bebés son como esponjas, lo absorben todo" (quiero aclarar que para nada soy una persona arrolladora, que explique las cosas exagerando ni nada de eso, al revés, intento quitarle hierro al asunto en muchas ocasiones y no soy de quejarme).
La enfermera, se sumo a su opinión y me repitió lo mismo y va y me dice: "Me dijiste que te habían despedido, ¿no?". ¡Toma golpe bajo! "Si", le contesté. "Es normal que estés así, necesitas salir de casa, ¡búscate trabajo, verás cómo te animas!". Añadió que comiera lo que quisiera y que dejara de buscar en internet. Tonta de mi salí convencida que la culpa era mía y que mis nervios se los estaba traspasando a mi peque.
A los 4 meses y pico, como el peque iba justito de peso, la enfermera me mandó los cereales. ¡Error! La primera papilla se la comió a gusto por el sabor pero a la media hora empezó a llorar como si se retorciera de dolor (que en si era eso), le dí el pecho pensando que era hambre y al final acabó devolviendo. Se quedo a gusto, pero necesitó sacar la papilla porque le estaba quemando en el estómago.
A partir de ahí, si ya los días eran malos y no dormía más de 20 minutos ( a pesar de que yo notaba que necesitaba más descanso porque estaba muy cansadito siempre) y por las noches se despertaba 3 o 4 veces, empezó a despertarse aún más. Probé de todo, hacerle los cereales con mi leche, con leche de formula (que no la quería ni oler porque no era tonto y sabía que eso no le sentaba bien)....al final deje de darle cereales y siguió con mi leche.
La fruta a los 5 meses fue un poco mejor (gracias a dios no le metí la naranja!!). Pero con la verdura a los 6....¡otra vez peor! Dejo de comerse bien la fruta de la tarde porque hacer la digestión de la verdura le duraba horas y horas, la siesta era imposible porque le dolía la barriga, y hasta que no pasaba una hora o dos no se quedaba más tranquilo.
A todo esto la enfermera ni caso de lo que le explicaba en las revisiones. Pero iba cada vez peor, hasta que al final, con casi 9 meses me lo llevé a una doctora privada, por lo menos para que me dijeran con pruebas claras que no tenía alergia ni nada y asumir entonces que mis nervios lo mantenían a él alterado. Pues bien, el diagnóstico después de las pruebas de la alergia del brazo (el Test Prick, que ni le dolieron y son bastante rápidas), fue el siguiente:
Alergia a los siguientes alimentos: ¡¡¡Proteína de la leche de vaca, ternera, centeno y zanahoria!!!
Llevaba meses dándole zanahoria cada día en su puré de verduras, por eso empeoró tanto al introducirle la verdura!! La doctora me hizo una dieta eliminando alérgenos, me dijo que ni se me ocurriera meterle naranja a la fruta y que le dejáramos reposar el estomago un poco. A los 3 días el niño empezó a dormirse tranquilo (hasta entonces siempre se despertaba a los 20 minutos histérico y se pasaba 1 hora llorando y gritando en brazos). A la semana empezó a dormir siestas de 45 minutos, y a los 10 días de estar haciendo su dieta durmió por primera vez hasta las 5 de la mañana del tirón!!!!
La doctora me dio dos opciones en lo que a la leche se refería: Seguír dándole el pecho y hacer dieta de muuuuchas cosas, o darle leche de soja (de farmacia ). Decidí dejarle de dar el pecho porque estaba tan baja de moral y me sentía tan culpable de no haber encontrado solución antes para su malestar y de todo lo que había comido y que le había sentado mal a mi niño, que preferí optar por la soja.
Además, no me veía con fuerzas de seguir una dieta tan estricta. El niño mejoró en todos los sentidos, y yo también.
A los 10 meses le tocaba introducir el pescado, lo probamos con el rape (supervisado por la doctora de la alergía) pero también le dió alergia, así que el pobre también se quedó sin comer pescado. No introdujimos el huevo porque era fijo que le hubiese producido alergia también.
Así estuvimos hasta los 18 meses a base de pollo y pavo (también podía cordero pero no le gustaba), arroz, patata y judía. Sin cereales ( que no son para nada necesarios, la verdad) y comía pan y sopa de pasta (buscando siempre la marca que no contuviera trazas). Después ya pudimos probar con el pescado, el huevo, todo muy poco a poco, hasta que al final, a los 3 años, la alergia de la leche le había bajado casi hasta desaperecer y probamos con yogures y al final, con la leche. Ahora ya puede comer de todo, excepto frutos secos.
Lo peor de esta experiencia es la inseguridad que me creo el saber que a mi hijo le pasaba algo, que lo notaba aunque fuese una novata, pero que todo el mundo me dijera que eres yo la obsesionada, la histérica o la hipocondríaca. Ni siquiera mis familiares más cercanos creían en lo que yo decía. Además se sumaba la culpa por no conseguir aliviar a mi niño. Fueron 9 meses horribles que nos afectaron en todos los sentidos.
Las alergias pueden tener muchos tipos manifestación. En los hospitales o en los ambulatorios solo se preocupan de hacer las pruebas si la alergia se manifiesta con el cerramiento de las vías aéreas o asma (que es muy grave evidentemente), si no, cuesta mucho que te manden hacer pruebas.
Un síntoma muy claro de alergia (aunque no exclusivo) es la piel atópica. Detrás de todas las articulaciones y de las orejas, se producen unas rojeces y eccemas ( en las orejas se les puede llegar a hacer herida y todo porque les pica y se rascan en cuanto pueden). El resto de la piel suele estar seca y poco hidratada.
Además, también existe el dolor de barriga como síntoma ( que puede ser interpretado como solo intolerancia, que ya es también para pasarlo mal) porque por dentro del estómago y el intestino también se hacen heridas.
Los cambios rápidos en las cacas (pasar de descomposición a estreñimiento en un día) y la irregularidad de las mismas, también son otro síntoma.
Todo esto es lo que he aprendido de mi experiencia y lo que la doctora de la alergia nos explicó sobre sus síntomas. No me quiero dejar de decir, que para detectar una alergia, la prueba adecuada es el "Prick Test" y que los análisis de sangre (que son más baratos eso sí) no son para nada fiables, porque existe la Inmunoglobulina E en nuestro cuerpo, que se encarga de luchar contra los agentes alergénicos o parásitos y que hace que en sangre los resultados de proteína de vaca ( o de lo que sea) en sangre den negativos. Eso si, la inmunoglobulina E se dispara (así que, si en el análisis miran este parámetro, aún pueden descubrir algo, pero no qué alimento esta produciendo la alergia).
En la Asociación Española de Alergia a los alimentos y látex puedes encontrar muchísima información sobre las alergias.
Si crees que tu bebé puede tener alergia, te has estado informando y sus síntomas coinciden y tu crees, por tu instinto de madre, que tu peque lo está pasando mal, ¡confía en ti misma!
¿Tu peque o tu habéis pasado por alguna alergia?