Ya sabéis que siempre os digo que esto es un blog personal, solo soy mamá y os cuento mi visión de la maternidad con alergias, no tiene que ser la misma para todos ESPERANZA:
Las primeras visitas al especialista las recuerdo con esperanza, siempre iba esperando oír que la alergia había desaparecido espontáneamente, esperaba ese pequeño milagro, entrar dentro del porcentaje de niños que superan la alergia antes de los 2 años, cosa que no sucedió y la salida de la consulta era un chasco.
FRUSTRACIÓN:
Los años iban pasando y las alergias ahí seguían, hemos tenido temporadas de sumar nuevas, de diagnosticar otras enfermedades relacionadas con ellas, pruebas, cambio de hospital, analíticas, ingresos...
El ver como los niños de alrededor van superando sus alergias y pueden hacer vida normal y saber que tu hijo aún sigue con alergia causa mucha frustración, sin duda la peor etapa.
ACEPTACIÓN:
Y en esta etapa podría decir que nos encontramos, en la aceptación, ir a la consulta sabiendo que sigue siendo alérgico, que sus niveles están estancados, que su alergia nos va acompañar por ahora, me quita estrés, esto no significa que hayamos tirado la toalla ni mucho menos, pero Adrián ya tiene una edad en la que es consciente y aunque todavía es pequeño quiero sea el cuando esté preparado que elija que hacer con su dieta.
La esofagítis y colitis eosinofílica que le diagnosticaron en 2017 nos ha ralentizado el poder hacer ITO a la leche (por ahora), no descartamos hacerla, siempre y cuando los especialistas nos den el visto bueno y el quiera intentarlo.
He asumido que mi hijo es alérgico y lo será siempre y mientras el sea feliz aquí tendrá a su familia para apoyarlo y ayudarlo en su camino.
Besitos