Vamos con otra historia de Maternidad con alergias
Mi nombre es Sofía y mi hijo mayor es alérgico a frutos secos y legumbres.
Te contaré un poco como fue nuestra historia, aunque seguro que muy similar a la de muchas familias.
Jesús desde pequeño ya tenía factores que podían indicar una posible alergia, algo que he sabido años después, porque en el momento nadie te informa y todo es "normal"...
Dermatitis atópica y bronquio espasmos cada vez que se resfriaba un poco.
A los 18 meses tras probar un poco de anacardo (la recomendación de no darlos pronto es por atragantamiento no por alergia, eso es de lo que informan y viene así en el libro de vacunas en el apartado de recomendaciones), tuvo una reacción descomunal.
Nunca había oído hablar de una reacción alérgica así... Como mucho y como muchos asociaba alergia a estornudos, mucosidad, picor de ojos.... Así que cuando sales del hospital con un informe en la mano y la adrenalina en otra te sientes perdida. No hay nadie que te informe sobre legislación alimentaria, ni como plantear el tema en el colegio ni nada, solo que si le vuelve a pasar se la pongas, lo cual tampoco te enseñan, y vayas a urgencias. Lo único que hacen es recomendarte la asociación de Aepnna, que ha sido un gran refugio para muchas familias.
Me volví autodidacta, me pasaba tardes buscando información en el ordenador, mirando médicos especialistas, leyendo etiquetados... En definitiva estudiando sobre alergias alimentarias.
Quizá lo que más me ha marcado es, primero tener que buscarnos la vida para aprender sobre algo que considero que deberían enseñar los centros médicos, y también ver que los niños alérgicos se les exigen unas responsabilidades que no son acordes a su edad y les hacemos madurar antes de tiempo, les hablamos de cosas y en términos que no suelen corresponder a sus años, y en la mayoría de los casos porque sobre todo en el cole les dejamos en manos de adultos que a veces nos toca fiarnos más de los niños que de ellos.
Yo a mi hijo siempre le doy "pistas" para que sepa si se han podido equivocar en el comedor. Por ejemplo si hay puré de guisantes, le digo que si su puré es del mismo color que el del resto desconfíe y pregunte. Que se fije de donde sacan su comida etc... Al cambiar de cocinera le insistí que si le ponían algo que no había comido allí antes, que llamara a la cocinera y segundo día y justo pasó eso...
Me llamaron que mi hijo no se quería comer el pescado y les dije que se fiaran de él. Efectivamente ese pescado nunca se lo había puesto anteriormente porque no podía.
Por otro lado hay docentes que han sido una balsa, que han hecho gracias a su compromiso personal que me fuera tranquila a trabajar y que fuera siempre uno más en el aula.
La alergia nos ha hecho aprender sobre alimentos muchísimo y somos mucho más conscientes de lo que comemos.
También nos ha enseñado con quién podemos contar y con qué personas no, hay gente que nos ha defraudado, cuestionado y dejado de lado, pero también hay personas que sin saber, han querido aprender, ponerse al día, cambiar su forma de ver los cumples con tal de que todos disfrutáramos al mismo nivel.
Lo que más me preocupa es pensar cómo se tiene que sentir él en algunas situaciones... Siempre le pregunto con situaciones concretas donde él es el diferente y dice "bien", o "normal" o "no mamá, no me ha importado", pero se que ha aprendido a vivir con la resignación por bandera, es su escudo para que no le afecten algunas cosas, o al menos eso creo.
En resumen, en lo que te cuento mi intención es resaltar que cuando te dan el diagnóstico te dejan con "el culo al aire" y la otra la gran responsabilidad que ponemos en manos de los niñ@s en edades muy tempranas.
Espero que mi relato te pueda ser de utilidad, aunque también creo que será tremendamente similar a los de muchas familias.
Sofía.