El año pasado me pasó lo mismo aunque Raquel ya estaba con nosotros, pero era tan pequeñita (sólo tenía 3 meses) que no merecía la pena ir. Pero este año no me la podía perder... Salimos a las 17 de casa de la abuela para ver si dando un paseo la enanilla se dormía, que decidió no echarse la siesta y si no luego no iba a haber quien la aguantara... se durmió, efectivamente, pero seguimos paseando y buscando regalos de última (mejor dicho, ultimísima) hora. Mira por donde, al pasar por una calle nos llega un sonido de banda de tambores... "Están ahí, están ahí!!" comentó mi sobrino (8 años) y así era... allí, al final del paseo y frente a la puerta del Parque de Gasset se estaba formando la cabalgata... llegaban los músicos, los caballos con los pajes, las carrozas con los Reyes... A las 18:30 empezó a desfilar así es que despertamos a Raquel. Lo primero que iban eran unos dinosaurios enoooooooooormes y, claro, pobre mía, empezó a hacer pucheros y a querer venirse conmigo que estaba más atrás (y eso que estaba con su padre), pero enseguida se le pasó, no llegó a llorar siquiera. Después venían los ponies tirando de las carretas con los juguetes, los pajes y tooooooooodo el acompañamiento de los Reyes montados a caballo, hasta un elefante!!! (de cartón piedra y sobre ruedas... pero elefante jejejejejeje).
Realmente no sé quién disfrutó más si Raquel, mis sobrinos, mi marido o yo. La enana no se enteró de mucho, pero no perdía detalle. Mis sobrinos alucinaban con tantos caballos. Mi marido disfrutó como nunca de ver a la niña con esa carita tan asombrada, bailando, tocando las palmas y señalando tooooooooooooodo lo que se le cruzaba por delante. Yo, por un momento, recordé cuando era pequeña y me iba con mi madrina de bautizo (ella siempre ha sido la que me ha llevado a ver la cabalgata) y después, antes de volver a casa, pasábamos por la suya para recoger los regalos. Luego me llevaba a casa y me ponía a buscar, porque cada vez me los ponían en un sitio distinto... También recordé otro día que, ya más mayor, me fui con mi amiga a ver a los Reyes y, recogiendo caramelos, me tiraron al suelo... allí me quedé y cuando se me acabaron todos los que había a mi alrededor ya me levanté, si no me iba a quedar sin ninguno mientras me levantaba y no me pareció bien...
El caso es que durante un rato, ayer volví a ser niña junto a mi hija!